30 de julio de 2014

Elogio a las preguntas y al enojo (de sanz)

el presidenciable de faunen se molestó durante la entrevista que le hicieron en conferencia de prensa y no lo ocultó. sinceridad radical y un fastidio, por las dudas.


El lunes 28, como cada noche de lunes en CN23, se dio un acontecimiento periodístico inusual en la tevé actual: un político, entrevistado durante una hora, para referirse –sobre todo– a sus planes y proyectos, a qué modelo de país propone; y no sólo para denostar políticas oficiales o posturas opositoras.
Esa noche, Ernesto Sanz, senador, titular de la UCR y precandidato presidencial por FAUNEN, se sentó ante seis periodistas; los conductores del ciclo Conferencia de Prensa, Ana Vainman y Esteban Talpone, y los panelistas Sergio Abrevaya (Página 12), Pablo de León (Clarín), Gabriel Michi (Fopea-Radio América) y Carlos Romero (Tiempo Argentino). Un equipo plural y un invitado que no rehuyó, e incluso fomentó, el contrapunto, dieron lugar a una hora intensa.
Sanz, uno de los dirigentes más experimentados de la actualidad, fue mostrando su disgusto con el correr de las preguntas. Lo expresó directamente al final. Fue ante una consulta poco habitual en ese tipo de ciclos: "¿Qué le pareció el programa?"
Sanz: –He estado en un programa donde hay muchos prejuicios hacia mí. Pero me encanta. La Argentina tiene que salir de esta cuestión en la que muchos se han comprado estar en los dos extremos, yo no estoy en ninguno de los dos extremos, pero alguno de ustedes sí.
Talpone: –Permítame decirle que no hay ningún prejuicio hacia usted…
Sanz: –Sí, sí… pero me encanta porque ustedes tienen esa libertad y yo tengo la libertad de decírselo (…) me ven como a un antikichnerista furioso, un gorila, saben qué muchachos, yo he venido acá, a este canal, sé a dónde vengo, como también sé cuándo voy a otros canales, me han preguntado de un montón de cosas y no me han preguntado de corrupción… qué les pasa, ¿les cuesta hablar de corrupción del gobierno en este canal?
Así fue cerrando Conferencia de prensa, donde Sanz habló y respondió durante 55 minutos como quiso temas varios: de la interna entre él y Cobos en las PASO de agosto de 2015. De su desconfianza por las encuestas a más de un año de los comicios. Del helicóptero de De la Rúa y cómo afectó a los radicales "de gestión" que por años debieron responder sobre el fracaso aliancista. De Griesa y los buitres. Del discurso del ruralista Etchevehere, al que no criticó, tan sólo matizó la frase del titular de la SRA sobre la década "depredada", que él calificó de "desaprovechada"). Por supuesto, habló del procesamiento a Boudou y de la "incomodidad" de sus pares oficialistas por la presencia del vice en el Senado. Rechazó que vaya a acompañar a Macri en la fórmula de 2015. Dijo que la causa por escuchas ilegales en la que el alcalde porteño está procesado por presunta asociación ilícita fue un invento del juez Oyarbide por pedido del gobierno. Denunció el aumento del narcotráfico en la Argentina y la falta de controles del Estado o directamente la connivencia de algunos estamentos oficiales con ese delito. Cuestionó la falta de una coordinación federal en materia de seguridad. Criticó el avance del juego de azar en el país. Se pronunció contra la posibilidad de legalizar el aborto. Planteó dudas sobre la despenalización del consumo de drogas. Y hasta reconoció su admiración por Joaquín Sabina al que emula en el karaoke, su hobby.
"Me equivoqué", reconoció ante la pregunta de Romero sobre sus "temerarias" declaraciones de hace más de cuatro años contra la AUH –que dieron lugar al título de tapa de la primera edición de Tiempo el 16 de mayo de 2010–. ¿Qué había dicho entonces? "Desde el momento en que se implementó el programa de la Asignación Universal por Hijo, los datos marcan que lo que se venía gastando en juego y droga ha tenido un crecimiento." Ahora aclaró que lo "verbalizó mal".
Un repaso, aunque incompleto, refleja el abanico de temas que Sanz respondió el lunes; pero lo que subyació, luego del programa, fue el malestar ante su experiencia en CN23.
¿Qué le molestó al senador?
Quizá la actualidad de los medios dominantes anquilosó a cierta dirigencia que perdió el hábito de contestar no sólo con y sobre críticas al gobierno –o que no está ni bien ni mal, es lógico que suceda, pero es sólo una parte–. ¿Qué pasa cuando los interrogantes están fuera de la concepción TN de periodismo y de la vida?
Lo concreto, y también saludable, es que el senador mostró sin cortapisas su enojo ante Talpone y Vainman. Y que tampoco hubo lamentos y quejas posteriores de los periodistas que fueron criticados por el radical como sucedió hace más de una año con el entredicho entre conductor de noticiero Juan Miceli y el diputado Andrés Larroque.
Alguna vez, el propio Talpone precisó: "En ningún manual de periodismo está escrito que el entrevistado debe salir contento de una entrevista."
Nada grave.
Sólo otro acto de la relación entre políticos y periodistas. Pero, en este caso, con un matiz: el prejuicio.
Sanz llegó al estudio del "canal oficialista" esperando una estocada, alguna zancadilla. Cómo se explica, sino, su explicito fastidio ante seis profesionales que sólo "quieren preguntar" y lo hacen sin andar gritándolo o montando un show. Trabajan de eso.
Canta Sabina que "no hay nostalgia peor que añorar lo que nunca jamás sucedió". Tal vez, el senador, experto en largas sesiones de esgrima parlamentaria, partió de CN23 con esa sensación: se enojó con algo "que nunca jamás sucedió". En ese estudio, no se jugaba una Argentina de extremos: sólo se formularon unas cuantas preguntas.
Tiempo argentino

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