14 de septiembre de 2014


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Por Yael Crivisqui
Yegua y Groncha es un personaje que circula por las redes sociales. Tiene cuenta de Facebook,Twitterun blog y una página de internet. Se trata de una reivindicación del conurbano como la verdadera mirada del país y el reconocimiento a la “cuestión popular” partiendo de las propias historias, familias y espacios de quienes integran el proyecto.
La búsqueda de lo que atesora la intimidad y el erotismo que se amplía poniendo el cuerpo para defender la libertad, son las bases  de este colectivo artístico que más ha agitado las redes sociales en la actualidad. Entrevista a los creadores de Yegua y Groncha.
Construcción y autodeterminación
APU: ¿Podemos decir que el surgimiento de Yegua y Groncha es consecuencia de la realidad de la última década?
Yegua y Groncha: Nos preguntamos, en realidad, si Y&G no alcanza ahora el nombre y la forma después de un proceso vital, familiar, artístico, es decir, existencial, que venía constituyéndonos desde siempre. La última década ha permitido materializar y visibilizar preocupaciones y deseos que han sustentado nuestros empeños más vitales, incluso aquellos que apenas estaban esbozados, aquellos que recién nos fueron dados a conocer ahora cuando el terreno dio fertilidad a la inquietud. No todo lo deseado tuvo en su momento la cualidad clara de una idea o de un proyecto en el pasado. A veces sí, y hablaba en ocasiones, mucho más de una añoranza de lo que se desconocía que de una frustración o el fracaso de la vida.
En nuestro trabajo artístico hubo lugar siempre para un pedido, o un ruego: ofrézcanme un mundo más deseable, ¡por favor! También hubo circunstancias para la decepción. En el revés, un latido, una aspiración que fue alcanzando la posibilidad de alojarnos, o de vernos arrojados quizá, a un soliloquio testimonial; de un “me gustaría tanto que…”, pasamos a un “ahora sí”, ahora sí hay lugar para el latido de mis sienes. O también, ahora me han otorgado sienes en las que batir mi sangre.
APU: Desde que Y&G comenzó a alborotar el mundo de las redes sociales, tengo la sensación de que el mensaje que se emite a través de cada imagen, al público lo atraviesa de maneras muy diversas. Ahora bien, más allá de las interpretaciones de la gente, ¿Y&G, efectivamente, “juega” con el libre albedrío o pretende dar un mensaje puntual?
Y&G: Lo que opera en la imagen, en las palabras que la acompañan, es un latido que interroga sobre el libre albedrío que se nos impone mucho más que el que nosotros ejecutamos. Somos libres de autodeterminar qué y cómo decir contemplando siempre la idea de una alteridad. Nosotros en los otros nosotros y en los otros más allá de nuestro universo de representación. Hay ejecución de sometimiento e interpelamos los atributos fáciles de cualquier adhesión o rechazo: los nuestros sobre todo. Obrar sin atenernos a nuestros propios intereses, sólo individuales, es libertad. Obramos en representación de nosotros y de otros que nos representan. Obramos, por llamar de algún modo a la acción de vivir y sentirnos artistas, porque nos han dado condiciones de posibilidad y queremos también propiciarlas. Pensamos la libertad como un espacio abierto y en tensión: recibe e interroga, se interroga, relaciona símbolos, cuerpos, materiales de época, instrumentos políticos.
“Porque sí”, “porque me da lo mismo”, “porque se me antoja”, son expresiones de un afuera que nos sujeta a representaciones que nada tienen para decir más que la sumisión a formas y coyunturas políticas muy alejadas de un tipo de sociedad más justa y plena.
Se puede construir la felicidad como un espacio en sintonía con los otros, sí. Eso es autodeterminación más que libre albedrío.
¿Un mensaje puntual? Sí, el de un empecinamiento. No desconocer ni olvidar la defensa permanente de la condición humana en un mundo que amenaza con dejar al sujeto fuera de su propia figura. Ser un sujeto digno, expresado, feliz, sin apremiantes condiciones que lo degraden ante un mundo injusto en el que el “bien” (entendido como el poder de unos sobre otros) apenas remite a la satisfacción de unos pocos en detrimento del resto.
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APU: En  este proyecto caben muchas cosas: el peronismo, la patria grande, la sexualidad, el humor y el cuerpo de la mujer. ¿Hay un proceso, si se quiere,  a través de estas premisas,  de reconstrucción o revisión cultural, social, política y de estereotipos?
Y&G: Hay una dinámica que articula vida y trabajo. Revisa, cuestiona, ser ríe, parodia, ironiza. Se construye. Si es una reconstrucción o no será objeto de quién interpreta o se guarde la libertad de hacerlo. Nosotros construimos mundo en esa articulación de cuerpo en el decurso de los hechos sociales, políticos, humanos. Y cuando decimos construimos mundo, hablamos de una creación que aspira a delimitar qué queremos –bien en plural y en expansión-, y que nos parece que no. Es una creación que intenta des-hablarnos. Dejarnos desnudos de tanta repetición, de tanto molde vacío. Mostrar. Y donde no mostramos con la obra, ser sujetos de conquistas identitarias cada vez más genuinas o, en realidad, menos determinadas por lo valores asfixiantes de una sociedad tan proclive a dejarse hablar y tan inerme frente al poder implacable de los animadores que propician fiestas antropofágicas. Llamamos así a toda actividad que traga la posibilidad de toda alteridad. Ser consumidos por modos de representación que van desde la sexualidad a la modalidades del amor y los vínculos.
Erotismo, críticas y el bien común
APU: ¿Cuál es el modo en que tratan el erotismo?
Y&G: Nos gusta citar a Bataille cuando dice: “La transgresión no es la negación de lo prohibido, sino que lo supera y lo completa”; en este sentido nuestro trabajo aborda el erotismo como el instrumento “vital que se opone” para verter sobre lo quieto, sobre el anclaje desbordado y fijo de lo sexuado, un soplo de ironía sobre los patrones inmóviles. La literalidad nos acosa, y jugamos con ella para debilitar su incidencia en la conformación de los vínculos en sociedad. Un no a la obediencia sin más nos guía. No hay preceptos ni grafía que pueda determinar qué es lo erótico en cada quién. Son múltiples los estímulos que pueden componerlo. Lo explícito pone en escena lo que no está allí e impulsa los modos de abordaje de la vida, de las pasiones, de todo imaginario o fantasía sobre una vida en oposición a la violencia. En este sentido, nos expresamos eróticos.
Y sí, Y&G, vive en estado de éxtasis. Alegría, fuera de sí y en unión con el afuera. Esos momentos, en su conjunto hablan de un movimiento erótico que dialoga con todas la salientes de la vida, y que la política como gran territorio de conquistas, aún en nuestros desacuerdos, posibilita abandonar la violencia de lo sexuado para fundar imaginarios que no excluyan lo sagrado entendido como todo aquello que no execra toda función corporal del hombre. Toda.
Erotismo del sueño. De la imaginación. Del paso que aspira a otro. Del cuerpo que abraza a un otro, pero siempre hay un testigo fuera de la escena que se deja abrazar también. Dar lo que se desea porque otros lo desean y porque nosotros mismos lo deseamos: ¿hay algo más erótico?
El pie de la letra es una patada permanente a los patrones impuestos.
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APU: Imagino que habrán recibido alguna crítica desde los sectores más conservadores del feminismo, como así también, del mismo peronismo…
Y&G: Intentar interpelar las posiciones de ciertos paradigmas instalados, claramente conlleva diferentes críticas, algunas con cierto peso o discutibles, otras sin la más mínima posibilidad de consenso. El diálogo de la política y el erotismo, la búsqueda de un lenguaje diferente, a veces provocador, a veces desde la exposición del cuerpo, intenta bucear en aquellos espacios que quedaron velados por un peronismo en muchos casos “santificador”, especialmente en el papel de la mujer con personajes casi místicos. Podríamos decir que “sexuar” estos personajes es una forma de humanizar y quitar ese velo.
La otra crítica constante, la que ya desde la palabra refiere a un concepto súper instalado desde el feminismo y los medios de comunicación, es la idea de la “cosificación”. No solamente desde algunos sectores conservadores sino también desde algunas corrientes feministas, las cuales defienden y abogan por la libertad femenina, pero paradójicamente se enojan frente a “mi” propio uso de “mi” libertad. Escuchar repetidamente las ideas de que “hay un tipo detrás”, como si yo no pudiese elegir qué hacer desde mi conciencia, culmina finalmente en  su propia contradicción. Es conocido el papel oprimido de la mujer desde principios de la historia, y nosotros apoyamos fervientemente la lucha de la igualdad en todos los sentidos. Ahora bien, si la igualdad tiene que ver con la libertad, ¿por qué se pone en tela de juicio mis propias decisiones, mis propios deseos?
Es un momento de revalorización de la mujer, de la mujer latinoamericana también desde la política y esto les molesta a muchos. Latinoamérica como un motor inevitable de un cambio universal, también.
De todos modos, la mayoría de la gente que nos critica, no se toma el tiempo de mirar el recorrido de nuestro trabajo, de interpretar las ironías o leer lo que publicamos. Les molesta, los agobia la exposición, como si el desnudo que están mirando se multiplicara en su propio pudor.
APU: ¿Buscaron trabajar desde la masividad  o para determinados ámbitos?
Y&G: Es la vieja imagen de la piedra en el agua una idea propagadora de sentidos. Allí, en lo puntual cae y se propaga. Aspiramos a congregarnos en el sueño. En el bien común, como dirían.  Es masivo el capitalismo, la religión. Es masivo el consumo de estupefacientes. La masividad iguala de un modo transparente e indistinto. Una razón de diversidades en conjunto podrían subvertir los modos de la elite que determina gustos, adherencias, sofisticaciones, consumo, modos y adultera cualquier capacidad de alternancia.
Arriba, abajo, por encima, por debajo. Preferimos una encarnación que haga foco en uno y se derive en derechos y bienes en una planicie sensible a la transformación amorosa de la sociedad.
Ir más allá de las redes sociales
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APU: ¿Tienen pensado traspasar la pantalla y llevar a Y&G a incursionar en otros lugares?
Y&G: El tema de las redes sociales termina encerrando hasta las propias ideas. Y nuestra idea es poder ir más allá especialmente en el trabajo con el otro. Salir a la calle, planear estrategias de comunicación diferentes son parte de las ideas que venimos trabajando.
Por lo pronto nos estamos yendo a Rosario en breve donde programamos unas charlas en la Universidad, estamos armando una muestra de fotos y terminando el libro que será una suerte de “cierre” a un trabajo que hacemos hace dos años.
Agencia Paco Urondo

2 comentarios:

Daniel dijo...

Beso grande a nuestra yegua querida. Espero nos veamos pronto en uno de esos asados militantes.

Flecha dijo...

Tenemos muchas mujeres comprometidas con este modelo y le ponen el cuerpo.Abrazo