27 de enero de 2015


Qué dijo la ex mujer de nisman ante la fiscal Viviana Fein

Las dudas de Sandra Arroyo Salgado

La jueza no cree que el fiscal se haya suicidado. La pelea en Europa y detalles del vínculo.  

Las dudas de Sandra Arroyo Salgado
La ex pareja del fiscal Alberto Nisman, la jueza federal de San Isidro Sandra Arroyo Salgado, no cree que el hombre que denunció por supuesto encubrimiento de los imputados iraníes a la presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, se haya suicidado. Así quedó plasmado en la declaración testimonial que comenzó a prestar el viernes de la semana pasada y concluyó ayer por la tarde, cuando Arroyo Salgado y la fiscal Viviana Fein se retiraron juntas de la Fiscalía, en la calle Tucumán al 900, de esta Capital.
Nisman y Arroyo Salgado compartieron sus vidas durante más de una década. Tuvieron dos hijas, hoy de 8 y 15 años de edad. No estaban legalmente casados, pero funcionaban como una familia.
Sin embargo, esa sociedad conyugal no funcionaba en idéntica sintonía en lo laboral. Acaso por eso, Arroyo Salgado desconocía –al menos así quedó reflejado en su declaración– el contenido de la denuncia en la que supuestamente estaba trabajando su ex compañero.
La jueza de San Isidro explicó que aun cuando compartían el mismo techo solían mantener reserva sobre los asuntos sobre los que uno y otra estaban trabajando, en sus respectivas funciones. Arroyo Salgado recordó incluso que en alguna oportunidad Nisman se había inmiscuido  en las causas que ella instruía como magistrada. Y que ello había generado algunas rispideces entre ellos.
Arroyo Salgado no sabía que Nisman preparaba la denuncia por encubrimiento.
Tanto no lo sabía, que se ofuscó cuando supo que el fiscal había decidido interrumpir las vacaciones europeas para retornar sorpresivamente a la Argentina para presentar la denuncia por encubrimiento ante el juez federal Ariel Lijo. Había estado planificando y organizando ese viaje, que tenía que ver con un regalo a la hija de ambos, de 15 años de edad, y a una suerte de actividad conjunta familiar, pese a que ella y Nisman desde hacía unos dos años no estaban juntos.
Nisman quería volver a Buenos Aires con su hija, presentar la denuncia, regresar a Europa y reencontrarse con Arroyo Salgado y la otra hija de ambos en Francia. La jueza se opuso. Hubo una discusión entre ambos y finalmente acordaron que la niña de 15 años esperaría a que su madre llegara desde Barcelona a Madrid, a buscarla al sector VIP del aeropuerto de Barajas, en la capital española.
Por la diferencia horaria, y porque –además– Arroyo Salgado sólo estaba preocupada por ocuparse de sus vacaciones junto a sus hijas, prácticamente no hubo contacto con Nisman desde el regreso de él a la Argentina.
Pese a esos desencuentros que quedaron relatados en la declaración testimonial, Arroyo Salgado tuvo conceptos positivos y hasta afectuosos hacia su ex pareja. Sus palabras reflejaron el dolor que le causó la muerte del padre de sus dos hijas, cuya representación asumió en el expediente en carácter de querellante.
Arroyo Salgado manifestó taxativamente que no cree en el suicidio. Y que, en el eventual, hipotético y poco probable escenario de un suicidio, Nisman no lo habría hecho de la manera en que apareció su cuerpo, en el baño en suite de su departamento de Puerto Madero. Aunque todavía no la tiene, para la jueza sanisidrense debe haber otra explicación.
Tiempo argentino

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