Mientras el presidente Mauricio Macri se toma unos días extra de descanso en Chapadmalal, su equipo de comunicación trabaja contrarreloj para tener listo el discurso que pronunciará el miércoles en el inicio de sesiones parlamentarias. Según dejaron trascender, el mandatario promoverá políticas  de transparencia y lucha contra la corrupción, como una forma de frenar la oleada de críticas tras el caso del Correo Argentino. Todavía hay discusión en el Gobierno sobre si debe o no hacer mención al tema espinoso de las últimas semanas. En Balcarce 50 prometen un discurso orientado a la gestión y con pocas alusiones “al pasado”. En un momento de caída de popularidad, el operativo de seguridad en el Congreso promete ser feroz.
A cada paso, un acto de marketing, podría ser la consigna que acompañó al presidente en su regreso de España: optó por viajar en Aerolíneas Argentinas y explotó el hecho al máximo. ¿Hubo foto de Macri y la primera dama Juliana Awada junto al avión? Claro que sí. ¿Posteó el presidente su pasaje? Por supuesto. Y no solo eso, sino que se sorprendió de la eficacia de la compañía estatal: “¡Llegamos en horario! Comprobé por qué @Aerolineas_AR es una de las 20 empresas más puntuales del mundo. ¡Felicitaciones al equipo!”, tuiteó el presidente. Seguramente, tras su renuncia, Isela Constantini debe haber agradecido. No está claro si la movida tuvo relación con las recientes denuncias penales contra el presidente por haber presuntamente favorecido a la aerolínea Avianca en contra de Aerolíneas. Avianca absorbió otra empresa cuyo nombre lo dice todo: Macri Airlines (MacAir).
Sea como fuere, el presidente se retiró a descansar a Chapadmalal por el fin de semana largo. Sólo interrumpió sus minivacaciones para atender al programa rural de Radio Mitre, desde donde despotricó contra la CGT y los piquetes: “Es parte de una transición que tenemos que recorrer en el país. Hay resistencia a creer que la solución es el diálogo, sentarse alrededor de una mesa y entender la realidad en el contexto de conjunto y no plantarse sobre lo que uno necesita”, aseguró.  (ver página 6). “Hay que entender que si hacemos más de lo mismo que hicimos durante los últimos 10 años, las cosas no van a cambiar. No hay que dejarse llevar por aquellos que creen que estamos condenados a no ser un país normal, cuando uno viaja a representarlos en España ve el nivel de afecto e interés, que tenemos una enorme potencialidad. Somos un país que este año va a crecer después de cinco años de estancamiento”, prometió Macri. 
Macri dejó a sus asesores trabajando en los últimos retoques del discurso del miércoles. Durante su viaje a España, tuvo un intenso intercambio con los que integran desde hace años el equipo que diseña los discursos: el jefe de Gabinete, Marcos Peña, el secretario general de la Presidencia, Fernando de Andreis, el intelectual PRO Alejandro Rozitchner y la directora de Discurso, Julieta Herrero, junto a Fernando Santillán y Daniela Brocco. Desde España, Macri envió diversas correcciones y pidió cambios. También le pidió a la vicepresidenta Gabriela Michetti que lo leyera y sumara sus comentarios. La dinámica no se diferencia tanto de la que tenían en el Gobierno porteño, aunque todos perciben que es un momento sensible para el presidente y extremaron los recaudos para que no se filtren a la prensa los detalles del discurso.
Lo poco que dejaron trascender fue: que será un discurso al estilo Macri, esto es, más bien breve; que tocará el tema de la corrupción y la transparencia, y no sólo en relación al kirchnerismo sino con una propuesta de una ley para penalizar a las empresas que estén involucradas en hechos de corrupción, que el Ejecutivo envió en 2016; que anunciará un proyecto que incluye la baja de edad de imputabilidad, pese a que la  mayoría de los especialistas que convocó el Gobierno no lo recomendaron.
Quizás sea una forma de esquivar el tema del Correo, aunque hay algunos sectores del Gobierno que creen que debería tocarlo directamente. Por ejemplo, anunciando una serie de protocolos de actuación en los casos de conflictos de intereses. Para otros macristas, el tema es radioactivo: luego de la conferencia de prensa que dio Macri sobre el tema, y en la que  aceptó sólo 10 preguntas, la opción que parece imponerse es dar por cerrada la cuestión. “Ya está. Ya habló de tema. No se va a meter para que salga de nuevo. A lo sumo habrá alguna alusión elíptica a que él no va a rifar su credibilidad, ni siquiera para proteger a su familia”, indicaban en el Gobierno. Para evitar recordatorio del tema por parte de manifestantes, el operativo dentro y fuera del Congreso sería muy estricto. No está claro cómo van a conseguir que los opositores no pongan carteles alusivos en sus bancas.
A diferencia del inicio del año pasado, no habría muchas referencias a la pesada herencia en el discurso de Macri. “Será más sobre lo que se hizo en la gestión, sobre la agenda legislativa y muy poco sobre el pasado”, indicó uno de los funcionarios que intervinieron en el armado. Entre los hitos que se proponen mencionar estarán el blanqueo, la salida de las restricciones a la compra de dólares y la obra pública, que en Balcarce 50 esperan que repunte en este año electoral.
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