Mientras los trolls de Marcos Peña insistían en la redes sociales con el hashtag #BastaBaradel, más de 60 mil docentes se nuclearon en la Plaza San Martín de La Plata, para exigirle al gobierno la apertura de la paritaria nacional y para rechazar los escasos aumentos de salario que propone la gobernadora María Eugenia Vidal. “No es Baradel, es un frente docente unido que reclama por sueldos dignos”, decía la mayoría de los convocados.  
Desde las 10 de la mañana los guardapolvos blancos, celestes, azules, de todos los colores y con todas las pecheras comenzaron a llegar a las inmediaciones de Plaza Italia en 6 y 44, excepto Udocba que se concentró en su sede de calle 56. A la misma hora los judiciales de AJB se reunieron en la Corte en 13 y 58 y marcharon hacia plaza Moreno, donde a su vez se encontraron con los profesionales de los hospitales públicos (Cicop) y con ATE. Las tres columnas se unieron alrededor de las 13 y colmaron la Plaza de 6 y 51 y 53.
Referentes de todos los espacios que confluyeron en la marcha subieron al escenario montado delante de la Casa de Gobierno provincial. “¿Nos tenía que humillar de esa manera? Los docentes no se venden ni se compran”, gritó el Secretario General de Suteba, Roberto Baradel, en tono agitado. “Que no tome de enemigo a sus trabajadores, nosotros queremos un salario digno y un trato respetuoso”, agregó. Y enseguida propuso votar a mano alzada como en una asamblea multitudinaria: “Esta plaza la hemos creado con FEB, con Udocba, con Suteba, ATE, Cicop y los Judiciales. Que miren bien los periodistas, que miren todos. Los que voten a favor de la gobernadora Vidal que levanten la mano”, solo se oyeron silbidos. Luego prosiguió: “los que voten por la continuidad de la lucha y reclamen paro general levanten la mano”. Los más de 70 mil asistentes de todos los espacios alzaron los brazos para apoyar a los trabajadores de educación.
Los docentes ganaron la calle. Agremiados de FEB y Suteba se mostraron firmemente unidos. Han tenido históricas diferencias que dejaron en un segundo plano frente al propuesta del gobierno provincial. “Solo pedimos no estar por debajo de la línea de pobreza, no es que no tengamos vacación de diálogo, lo estamos mostrando desde el año pasado. El diálogo con este gobierno no existe, solo existen convocatorias y entrega de propuestas unilaterales, no hay diálogo para la construcción de algo en conjunto entre lo que pretendemos los docentes y lo que el gobierno puede pagar”, dijo la titular de la Federación de Educadores Bonaerenses (FEB), Mirta Petrocini, y remarcó: “No se puede desconocer la voz de los docentes. A las chicos los conocemos nosotros, sabemos sus nombres, sabemos si están tristes, si sufren. Los chicos son nuestros y por ellos estamos peleando”. Fue una respuesta a Vidal, quien en la conferencia de prensa del martes dijo que “los únicos que pagan las consecuencias de esto son los chicos”.
Cuando desde el escenario invitaron a cantar el Himno, los convocados se tomaron las manos y las pusieron en alto. Muchos se emocionaron. Sobre la valla estaba Teresa, directora de una escuela especial en el partido de Mar Chiquita: “Tengo la piel de gallina –dijo– hace años que no veía esto”, y agregó: “Estoy orgullosa del colectivo docente y de los estatales que salimos a las calles y seguimos peleando contra el ajuste que nos quiere imponer la gobernadora vidal”. Teresa salió de Mar Chiquita a las 3 de la mañana con sus compañeros y otros docentes de General Pueyrredón. Pero no estaba cansada. Lo que la agota, aseguró, es que “este gobierno no escuche a los docentes”. “Estamos cobrando alrededor de 9.500 pesos por un solo cargo. En Mar Chiquita no hay doble cargo para todos, entonces la mayoría de nosotros vivimos con esos sueldos, tenemos que mantener a nuestras familia”.
A pocos metros, a la derecha del escenario estaba Carina, que llegó desde Vedia, un pueblo del noreste de la provincia, 8 mil habitantes. Es docente con una antigüedad de 20 años, madre de tres hijos, y fue a la marcha para decirle a los dirigentes de Cambiemos que es Jefa de Hogar y que no le alcanza para llegar a fin de mes. Trabaja en dos escuelas y para ir al colegio de la tarde hace dedo. Hasta el año pasado tenía un auto, pero lo vendió porque no lo podía mantener. “Es mentira que todas estamos casadas y tenemos otra entrada, somos muchas las que tenemos que mantener nuestras casas, nuestros hijos. No nos pueden hacer esta oferta miserable y mucho menos amenazarnos como hizo ayer la gobernadora. Que venga a nuestra escuela y que vea el apoyo que estamos recibiendo de los padres de los chicos, en Vedia somos pocos, saben bien que nuestro reclamo es justo”.
Alejados de la muchedumbre, casi por fuera de la plaza, unos chicos de escuela primaria con guardapolvo blanco, acompañados de sus papás, tenían pancartas de cartón escritas a mano: “Vidal, si no respetás a mis maestros no me respetás a mí”. Eran alumnos de la Escuela Media 31 de La Plata que se habían acercado a la plaza para reclamar junto a sus familias. “Nos preocupa que los chicos no tengan clases pero más nos preocupa que les enseñemos que no necesitan un sueldo digno para vivir”, dijeron  los padres,  convencidos de acompañar esta pelea. 
En la concentración estaban todos: docentes jubilados que también ven afectados sus salarios por la inflación y el ajuste, médicos que reclamaban por sus condiciones laborales, los trabajadores judiciales que hace meses se encuentran protestando y hasta los trabajadores de la línea Este platense que piden mejores condiciones laborales. 
Alrededor de las 15 empezó la desconcentración. Baradel y Petrocini se acercaron a la gobernación para golpear la puerta de María Eugenia Vidal. El final es conocido: no los recibió, solo dos policías de seguridad transmitieron el mensaje: “Los esperan más tarde en el Ministerio de Economía”. El conflicto docente parece no tener solución, porque, como dicen los maestros, “este no es el gobierno del diálogo que vendieron en campaña”.
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