14 de enero de 2018

Miles de usuarios de Edenor y Edesur sin luz. Crecieron mucho los ingresos de las empresas, pero no hubo inversiones
Más tarifas y más cortes
Pese al impresionante aumento de la tarifa de luz, que seguirá subiendo en este año, la interrupción del servicio a hogares y comercios aumentó en diciembre pasado respecto del mismo mes de 2016.
Por Alfredo Zaiat
En estos primeros días del nuevo año con elevadas temperaturas llegó a haber más de 120 mil usuarios simultáneos sin servicio de electricidad en las áreas de concesión de Edenor y Edesur. En diciembre pasado, hubo más cortes de luz en Capital y en los principales partidos del Gran Buenos Aires respecto al mismo mes de 2016. Hubo un aumento promedio de 66 por ciento de usuarios afectados, reconocido por Maurizio Bezzeccheri, country manager para la Argentina de Enel, firma dueña de Edesur, durante el programa Terapia de noticias de LN+. En esos doce meses, el gobierno definió la revisión tarifaria integral con una impresionante suba para el presupuesto de los hogares y comercios, sendero alcista que continuará en este año. Desde diciembre de 2015, la tarifa de luz subió en promedio 1400 por ciento, que en febrero trepará a 1700 por ciento y en el segundo semestre de este año habrá otro ajuste. Con más tarifas para Edenor y Edesur, que se reflejó en sus respectivos balances en un fuerte crecimiento de ingresos por la prestación del servicio, los cortes de luz no disminuyeron, sino que aumentaron. 
Este resultado en dos años de administración Macri está poniendo en cuestionamiento el criterio de más tarifas implicará más inversiones y, por lo tanto, habrá menos cortes de luz. Hasta el momento no fue así. Lo que sí ha cambiado es la cobertura que dedica la mayoría de los medios al calvario diario de miles de personas con el servicio eléctrico. Ahora es marginal la atención a la situación de los barrios afectados por cortes, ya sin el zócalo invasivo en la pantalla de televisión alertando acerca de la “crisis energética” y un contador en vivo de la cantidad de usuarios sin luz, mientras que el Ministerio de Energía directamente se desentendió del tema. El aumento de cortes de luz muestra que era sencillo resolver una crisis que no era tal; sólo había que aplicar tarifazos y entregar el manejo del área energética a los empresarios del sector. Otro suceso de la magia macrista. 
Los comercios que pierden toda la mercadería perecedera de las heladeras por cortes prolongados, familias que no tienen agua potable, personas mayores que quedan atrapadas en departamentos de pisos altos por la imposibilidad de utilizar el ascensor, entre otras penurias que están padeciendo miles de usuarios de Edenor y Edesur. No es una situación diferente a la que prevaleció con tarifas casi congeladas durante los gobiernos kirchneristas. La diferencia es que en esos años las tarifas eran bajas y ahora son altas y serán todavía más altas. Además, antes se los atendía, mal, bien o más o menos, pero se los atendía con grupos electrógenos, provisión de bidones de agua o cuidados especiales para las personas mayores; ahora directamente no existe ningún plan oficial de contingencia para períodos críticos como los registrados en estos días de enero, como si el gobierno no tuviese responsabilidad antes los padecimientos de los hogares sin luz. En lo que sí hay coincidencia en ambos períodos políticos es que las empresas no dejan de prometer inversiones para mejorar el deficiente servicio.
Existe un marcado contraste en la cantidad de afectados entre Edenor y Edesur, prestando ésta última un servicio más deficiente en la comparación y, por lo tanto, acumulando una mayor cantidad de cortes. Pero ambas comparten la misma tendencia en cuanto a incremento de usuarios sin luz en sus respectivas áreas de cobertura en diciembre pasado respecto al mismo mes de 2016. 

Informe

El Observatorio de la Energía, Tecnología e Infraestructura para el Desarrollo (Oetec) elaboró un revelador informe, en base a datos provistos por el Ente Nacional Regulador de la Electricidad (ENRE)  que son publicados por La Nación en una producción digital con actualización diaria en su portal de noticias, que precisa cuántos usuarios de Edenor y Edesur tuvieron interrupción del suministro en diciembre de 2016 y de 2017. En ese mes se registran altas temperaturas lo que pone bajo tensión al sistema y la demanda no se inhibe por la suba de las tarifas, como en meses anteriores. 
Cuando la demanda exige a la red por la sucesión de días de mucho calor y con tarifas que subieron bastante se presenta la oportunidad de probar si hubo o no inversiones en estos dos últimos años. El saldo no es favorable para las empresas en la comparación interanual de diciembre, con desmejoramiento en la calidad del servicio pese a contar con una temperatura inferior en este último diciembre. Los investigadores de Oetec, Federico Bernal y Belén Annis, preguntan qué fue lo que sucedió en las redes de Edenor y Edesur en lo que va de la gestión Macri, para responderse que no hubo inversiones de envergadura que permitan disminuir la cantidad de afectados por la interrupción del servicio y que “se jugaron a que la menor demanda redujera sensiblemente los cortes de luz, amortiguando los efectos de las altas temperaturas previstas para esta época del año”. Esta apuesta fue fallida.
El reporte de Oetec destaca que, al comparar diciembre de 2017 respecto del mismo mes de 2016, “la calidad del servicio de las empresas Edenor y Edesur se deterioró marcadamente”. Ese comportamiento se produjo a pesar de una menor temperatura promedio: 30,1 grados en diciembre de 2016 contra 29,0 grados en diciembre de 2017. Aportan un segundo dato: diciembre de 2016 tuvo 18 días con temperaturas iguales o mayores a los 30 grados, mientras que diciembre de 2017 tuvo 13 días. Si el relevamiento es a partir de los 28 grados: diciembre de 2016 tuvo 24 días, contra 17 de diciembre de 2017.  
El último diciembre fue un poco menos caluroso que el anterior pero hubo más cortes de luz.

Edenor 

La empresa bajo el control del grupo energético liderado por Marcelo Mindlin tiene la concesión del área norte de la región metropolitana, abarcando la mitad de Capital y 20 partidos del conurbano, con 2,9 millones de clientes. Mindlin es el empresario que compró en una operación opaca la constructora Iecsa, de la familia Macri. El informe de Oetec detalla que a pesar de una menor temperatura, esta distribuidora y comercializadora de electricidad registró un aumento del 57 por ciento en la cantidad de usuarios totales afectados en diciembre de 2017 respecto de diciembre de 2016. Este indicador surge de sumar los usuarios sin suministro registrados en cada uno de los 31 días para los dos meses, y calcular luego el porcentaje de variación. Como se puede observar en el cuadro, el promedio de usuarios diarios sin servicio se incrementó un 62 por ciento. 
Evaluados los días con temperaturas entre 30 y 35 grados, diciembre pasado tuvo un 5 por ciento más de usuarios totales afectados y un 46 por ciento de incremento en el promedio de usuarios diarios sin suministro. Ese aumento se produjo pese a que diciembre de 2016 registró 18 días con temperaturas en ese rango contra 13 días de diciembre de 2017. 
En el último balance presentado en la Bolsa de Comercio, correspondiente al tercer trimestre del año pasado, Edenor explica que las medidas dispuestas por el Estado Nacional “tendientes a resolver la situación tarifaria del sector eléctrico durante el año 2016 y la aplicación de la RTI (Revisión Tarifaria Integral) a partir del 1° de febrero de 2017 están permitiendo recomponer paulatinamente la ecuación económica financiera de la Sociedad”. Después describe que el directorio es optimista en que las nuevas tarifas significarán volver a tener una compañía que opere con un marco regulatorio con reglas claras y precisas. Para en esa instancia prometer que así podrá “afrontar los costos de la operación, los planes de inversión y los servicios de intereses de deuda”. En un mensaje a sus accionistas, Edenor reitera que el aumento de tarifas ha permitido en primer lugar mejorar el cuadro de resultado económico. 
En el balance trimestral a septiembre pasado queda reflejada esa mejora, al contabilizar en nueve meses una ganancia de 677,6 millones de pesos que contrasta con la pérdida de 1842 millones de igual período de 2016. Para observar el impacto pleno de la primera y segunda ronda del tarifazo eléctrico en el ejercicio de Edenor, limpiando otros renglones del cuadro que alteran el saldo final, hay que detenerse en el de “Ingresos por servicios”. Esta partida casi se duplicó al subir de 9117 a 17.576 millones de pesos, que restados los fondos por “Compras de energía”, arrojó un resultado bruto que pasó de ser negativo en 223 millones de pesos a positivo por 4865 millones de pesos. 

Edesur 

La firma bajo control de los italianos Enel y con participación del fondo de inversión de capitales argentino Sadesa (Sociedad  Argentina de Energía SA), entre los que se encuentra como socio minoritario el “hermano del alma” del Presidente Macri, Nicolás Caputo, abastece de energía a unos 2,5 millones de clientes del área sur de la Capital y 12 partidos del Gran Buenos. Los principales accionistas de Sadesa son Carlos Miguens Bemberg (ex Cervecería Quilmes), Eduardo Escasany (principal accionista del Banco Galicia), la familia Caputo (construcción), los hermanos Ruete Aguirre y el financista y ex Merrill Lynch Guillermo Reca. La familia Caputo tiene el 23 por ciento de ese fondo de inversión que acumula activos energéticos, entre ellos Edesur. 
El informe de Oetec repite el análisis con Edesur alcanzando la misma conclusión que con Edenor, aunque con cifras más elevadas para el concesionario del servicio de la zona sur. Afirma que a pesar de una menor temperatura, Edesur registró un aumento del 63 por ciento en la cantidad de usuarios totales afectados en diciembre de 2017 respecto del mismo mes de 2016. El promedio de usuarios diarios sin servicio se incrementó un 68 por ciento. 
Como se observa en el cuadro, al examinar los días con temperaturas entre 30 y 35 grados, el saldo fue que hubo un 20 por ciento más de usuarios totales afectados y un 67 por ciento de incremento en el promedio de usuarios diarios sin suministro. Como se mencionó con Edenor, con el agravante que diciembre de 2016 registró 18 días con temperaturas en ese rango contra 13 días de diciembre de 2017.
En el ejercicio de nueve meses del año pasado, Edesur contabilizó quebrantos a diferencia de su hermana Edenor. El balance presentado en la Bolsa registra números negativos más abultados que en el mismo período de 2016, al anotar pérdidas de 883 millones de pesos contra 169 millones de pesos. Los “Ingresos por servicios”, ítem del cuadro de resultados que permite reflejar el impacto del tarifazo, en Edesur subieron apenas 40 por ciento (de 10.300 a 14.300 millones de pesos), cuando en Edenor casi se duplicó. Restando la “Compra de energía”, el resultado bruto también disminuyó de 3147 a 2802 millones de pesos en la comparación de los primeros nueve meses de 2016 respecto a igual período de 2017. 
Edesur reconoce en el mensaje a los accionistas incluido en el balance que ha invertido muy poco pese al aumento de tarifas. Lo dice del siguiente modo: las medidas dispuestas en el cuadro tarifario en 2016 y en 2017 “permitirán recomponer la ecuación económico financiera” y recién más adelante “revertir los efectos en la red de los acotados niveles de inversión” para así alcanzar “la normalización definitiva de la situación del servicio eléctrico prestado por la Sociedad”.  

Tarifas

El consenso de especialistas afirmaba que las tarifas bajas no incentivaban la inversión de Edenor y Edesur. Decían entonces que subirlas era la solución para resolver la situación crítica en la distribución eléctrica. El gobierno de Macri lo hizo. Desde diciembre de 2015 la tarifa de luz acumulará un extraordinaria aumento de 1700 por ciento incluyendo el próximo ajuste de febrero. Pero los cortes de luz no disminuyeron y siguen habiendo miles en períodos críticos. No había que esperar otra cosa teniendo en cuenta el antecedente de la política de los ‘90. Con tarifas dolarizadas no hubo mejoras en el servicio. Incluso en los años de los gobiernos kirchneristas había tarifas elevadas en empresas provinciales: Córdoba, Santa Fe, Mendoza, Neuquén, interior de Buenos Aires, entre otras. En esos distritos las tarifas eran y siguen siendo más altas en comparación con el área metropolitana y también hay muchos cortes, además de prestar un servicio inestable. Lo que sucede es que el reclamo de aumentar las tarifas es para brindar principalmente un margen de ganancias a las operadoras, y luego tratar de brindar un servicio público a la población.
Las distribuidoras de electricidad se han concentrado en realizar tareas de mantenimiento y a incrementar la potencia de sus redes para hacer frente al crecimiento promedio del consumo. El aumento de tarifas no derivó en inversiones para atender los picos de demanda. En términos técnicos, especialistas del sector explican que las redes de distribución se construyen con “margen de redundancia”. Esto es tener una capacidad de atención más elevada que la demanda potencial. Brindan el ejemplo del sistema francés que tiene un margen de redundancia del 50 por ciento, lo que implica que la red no sufre alteraciones aunque tuviera dos episodios críticos en simultáneo. La infraestructura del sistema argentino está diseñada para enfrentar uno solo y además funciona al límite. Cuando los días de mucho calor suman más presión sobre ese sistema deriva en más cortes del servicio que los habituales.

Demanda

El eslabón débil de la cadena energética es la distribución, como queda en evidencia en los períodos de máximo consumo, en invierno y en verano. Existe generación de energía suficiente y una red de transmisión, ampliada por inversiones fundamentalmente estatales y un poco privadas, por casi 90 mil millones de pesos desde el 2003. Quienes hablaban de crisis energética son los mismos que destruyeron el sistema integrado estatal para tupacamarizarlo para negocios privados. La responsabilidad primaria por los cortes en hogares y comercios es de Edesur y Edenor, y luego del gobierno nacional. 
La demanda doméstica alcanza sus picos máximos en las semanas de más calor en verano y más frío en invierno. Para atender el requerimiento de esos días se debe realizar inversiones más importantes en la red de distribución para soportar esa demanda record. Implica ampliar el sistema en una magnitud que las empresas privadas no están dispuestas a realizar para solucionar el abastecimiento en jornadas puntuales de calor agobiante o frío polar. 
Las compañías evalúan que no es rentable invertir para sostener una estructura de distribución del sistema eléctrico para esos días de máximas y mínimas temperaturas, cuando la demanda alcanza picos extraordinarios. Esa decisión tiene su lógica desde el punto de vista de la tasa de retorno de una inversión en el ámbito del sector privado, pero no desde el punto del bienestar social. Para las empresas no es rentable destinar varias decenas de millones de dólares en ampliar la capacidad de transporte (cables) y estaciones transformadoras para atender la demanda excepcional de unos pocos días al año. 
Así los cortes de estos días no fueron por imprevisión, sino por un esquema de negocios con lógica de rentabilidad privada. El camino elegido por las empresas privadas es el de exprimir al máximo las instalaciones, sólo actuar cuando los equipos y cables se rompen y, como trasmitieron a sus accionistas en los respectivos balances presentados en la Bolsa, mejorar primordialmente la ecuación económica financiera con el tarifazo otorgado por el gobierno de Macri.

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