17 de mayo de 2018

La madre de Nisman busca involucrar a CFK en la muerte de su hijo
De nuevo con el “magnicidio”
En la exposición del abogado de Sara Garfunkel en la audiencia de ayer, apuntó a que la Cámara Federal cambie su enfoque y relacione la muerte del fiscal con su denuncia contra la ex presidenta por el Memorándum con Irán.
Por Irina Hauser
Sara Garfunkel, madre de Nisman, pretende que la muerte de su hijo sea considerada magnicidio.
Una de las salas de audiencias de la Cámara Federal, en el segundo piso del edificio de Comodoro Py 2002, fue otra vez escenario del alegato de la querella de Sara Garfunkel, la madre de Alberto Nisman, que pretende que la muerte de su hijo sea considerada un “magnicidio” y que se involucre a la ex presidenta Cristina Kirchner. La exposición estuvo a cargo de su abogado, Pablo Lanusse, quien dijo que le parece muy bien que el juez Julián Ercolini haya llegado a la conclusión de que a Nisman lo mataron como parte de un plan criminal, pero pretende que la Cámara cambie el enfoque y amplíe los hechos que toma en consideración para analizar las razones de ese supuesto homicidio, como su denuncia contra la ex presidenta por encubrimiento en la causa AMIA. Hasta hoy están procesados cuatro policías de la custodia, por incumplimiento de sus deberes, y el informático Diego Lagomarsino, considerado partícipe de asesinato. Este último no apeló el procesamiento porque quiere ir pronto a juicio oral, pero su defensor fue a la audiencia de ayer para plantear que la querella no está habilitada a apelar un procesamiento y refutar sus teorías.
La nueva audiencia fue una reiteración de la anterior, con otra composición del tribunal. Sucede que con el vaciamiento de la Cámara Federal promovido por el Gobierno para desplazar a los jueces que no los satisfacen, se fue Eduardo Farah (que había liberado a Cristóbal López) y en su lugar ahora interviene Leopoldo Bruglia. Deberá resolver el caso Nisman junto con Martín Irurzun. Como la primera vez no hubo video ni grabación, Bruglia convocó a una nueva audiencia para garantizar el derecho de las partes a ser oídas. Dispuso grabar, porque en caso de discrepar con Irurzun tendrán que llamar un tercer juez.
Desde el comienzo de la investigación de la muerte de Nisman, en enero de 2015, hubo diversos intentos por vincularla con la a ex presidenta que se intensificaron después que los resultados de la autopsia, la junta médica y criminalística  afirmaban que no podían dar cuenta de la participación de terceras personas. Todo conducía a la hipótesis de un suicidio. En toda una primera etapa la causa tramitó en el fuero penal ordinario  a cargo de la fiscal Viviana Fein y la jueza Fabiana Palmaghini, pero una oportuna declaración de varias horas del ex jefe de operaciones de la ex Side, Antonio “Jaime” Stiuso, apuntó a CFK –que lo había desplazado del organismo de inteligencia– y facilitó que el expediente fuera enviado a Comodoro Py. Era la segunda vez que declaraba Stiuso. La primera, un año antes, no había aportado nada. En el fuero federal, el fiscal Eduardo Taiano y el juez Ercolini le encargaron nuevas pericias a Gendarmería, cuyos resultados fueron adelantados por el diario Clarín antes de que comenzaran los estudios mismos: que a Nisman lo mataron y lo drogaron antes con ketamina. Con eso, el juez procesó a Lagomarsino como partícipe de un homicidio que no explica cómo se cometió: quién y cómo entró a matar a Nisman, por dónde salió y cómo hizo para ejecutarlo. El informático era el dueño de arma de la que salió la bala mortal, y declaró que el fiscal se la había pedido por la seguridad de sus hijas. Pero Ercolini y Taiano dicen que fue parte de un plan criminal. A los cuatro policías de la custodia, los procesaron por incumplir sus deberes de proteger al fiscal.
Sólo los policías apelaron ante la Cámara Federal y la querella de Garfunkel. Su abogado pide algo sorprendente: que se revoquen los procesamientos y se vuelva a indagar con otra “base fáctica”. Porque para Lanusse existen “vasos comunicantes” que según su teoría relacionan la muerte del fiscal con su denuncia contra la ex presidenta por el Memorándum con Irán y una serie de hechos previos (como que a Nisman lo querían desplazar de la UFI AMIA), pero también con sucesos que hablan de una “zona liberada” el día de la muerte e irregularidades en la investigación. El abogado de Garfunkel involucra al juez Daniel Rafecas (que archivó la denuncia inicial de Nisman por inexistencia de delito), al fiscal de Casación Javier de Luca (que dijo lo mismo), a la fiscal Fein y su secretario, al ex secretario de Seguridad Sergio Berni (que estuvo en el departamento la noche del hallazgo del cadáver) y a funcionarios de inteligencia del gobierno anterior. Lanusse dijo que para comprender el plan criminal hay que determinar el “por qué y para qué”, lo que resume en que Nisman “había denunciado a la ex presidenta y querían callarlo”. A Lagomarsino lo describió como “una célula dormida instalada en la fiscalía”.
La audiencia fue tensa y hubo chicanas. El abogado de Lagomarsino, Gabriel Palmeiro, se quejó de la “falta de seguridad jurídica” y que se haya admitido el recurso de la querella cuando “las normas limitan el derecho recursivo sobre un procesamiento a las defensas y la fiscalía”. Dijo que el técnico informático no pudo haber sido una “célula dormida” ya que Nisman lo buscó y lo contrató personalmente. Sobre la base fáctica, dijo que con el criterio de ampliarla habría que incluir los movimientos en las cuentas de Nisman en Nueva York y en Uruguay, también a nombre de su madre. En unas dos o tres semanas debería haber una resolución de la Cámara.  
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