7 de agosto de 2018

La carta que nadie leyó
El 2 de mayo pasado, tres meses antes de la explosión, todos los gremios docentes bonaerenses le entregaron por escrito a la gobernadora el reclamo por las condiciones edilicias. Vidal reaccionó recién ayer, tras las dos muertes, cuando ordenó mandar gasistas a las escuelas de Moreno
Por Martín Granovsky
La gobernadora María Eugenia Vidal llenó la provincia de Buenos Aires de gasistas. Tarde. El jueves 2 de agosto murieron, por un escape de gas, la vicedirectora Sandra Calamano y el auxiliar Rubén Rodríguez. Calamano estaba a cargo de la escuela 49 de Moreno. Por la muerte,  sus colegas de las 270 unidades educativas del  distrito       inauguraron una modalidad inédita: se reúnen como directivos autoconvocados y juntos se niegan a que las escuelas funcionen bajo peligro. Vidal tiene una responsabilidad primaria por las condiciones de escuelas, docentes, chicas y chicos. Pero no sólo sabía qué pasaba. Además, había recibido una presentación formal. La hicieron el 2 de mayo último todos los gremios docentes bonaerenses y este diario tiene una copia del ejemplar firmado por su departamento de audiencias.
“Vidal y Sánchez Zinny son responsables por no haber solucionado los problemas de infraestructura que conocían”, dijo anoche a este diario Inés Busso, del Sindicato Argentino de Docentes Particulares. Busso fue una de las firmantes de aquella presentación del 2 de mayo. “Los problemas los planteamos siempre en las paritaria”, subrayó. “Vidal sabía y Sánchez Zinny sabía, y son responsables.”
“El 16 de diciembre de 2015 la gobernadora recibió a los secretarios de los gremios docentes y entre otras cosas ya entonces hablamos de infraestructura”, dijo María Laura Torre, adjunta del Sindicato Unificado de Trabajadores de la Educación de Buenos Aires. “Después del jueves hay miedo. Y la escuela no puede ser eso. La gobernadora nos tiene que devolver a los bonaerenses la posibilidad de entrar a una escuela como el lugar más seguro que tienen las familias, las trabajadoras y los trabajadores de la educación.” Dijo que también sabía todo Eduardo Finocchiaro, el actual ministro de Educación de la Nación y anterior director general de Cultura y Educación bonaerense, y lo mismo el ministro de Trabajo Marcelo Villegas, “que no convocó a la comisión de infraestructura”. Villegas “presiona a los docentes cuando paran pero es incapaz de reunirse”, dijo Torre, que en su carrera llegó a directora. “Ni Vidal ni Sánchez Zinny ni Villegas fueron al distrito a dar la cara o a hablar con los familiares de los muertos. Debe ser porque nos tienen desprecio.”
Lo contrario al desprecio  –la solidaridad humana–  sonará hoy a las 12.30 en la plaza frente al Ministerio de Educación de la Nación, de Pizzurno 935. Las orquestas infantiles y juveniles le harán un homenaje a la vicedirectora, célebre en Moreno porque alentaba la música.
Suteba y Sadop integran el Frente de Unidad Docente Bonaerense junto con la Federación de Educadores Bonaerenses, la Unión de Docentes de Buenos Aires y la Asociación del Magisterio de Enseñanza Técnica.

Sello

Gabriel Sánchez Zinny es el director general de Cultura y Educación, el funcionario de más alto rango del gabinete porque es el único que según la Constitución bonaerense solo puede ser designado con acuerdo de los senadores.
Sánchez Zinny también es responsable primario como Vidal y, al igual que la gobernadora, no solo conocía la infraestructura calamitosa de las escuelas sino que recibió presentaciones formales el 17 de agosto y el 25 de septiembre de 2017. Cada una de las notas pide conversar, entre otros temas de agenda, de “Infraestructura escolar: plan de mantenimiento, refacciones y construcciones”.
La presentación del 2 de mayo dirigida a Vidal es todavía más larga. Señala que hay “algunas variables educativas de urgente tratamiento” y menciona temas de infraestructura escolar. Dice: “Hay graves deficiencias edilicias, falta de refacciones, construcciones de aulas y edificios escolares, obras paralizadas desde el inicio de su gestión”. El efecto es que “miles de niños, jóvenes y adultos iniciaron el ciclo lectivo a fines de abril, funcionando con turnos alternados, reducidos o en espacios no aptos para la tarea educativa”. Detalle que “otros miles lo iniciaron en condiciones precarias”.
Los dirigentes gremiales no fueron recibidos por Vidal. Un empleado les recogió el documento en la calle, fue hasta adentro, selló la copia y la devolvió con la constancia y la firma. 
La documentación acumulada se suma a un documento clave: el acta-acuerdo que publicó este diario el domingo 5. Lo firmaron Sánchez Zinny, el intendente de Moreno Walter Festa y el interventor de Sánchez Zinny en el Consejo Escolar, Sebastián Nasif. Establece que los fondos vendrán de la provincia y asigna a cada parte una responsabilidad en la coordinación de las obras. El Consejo Escolar dependiente directamente de Sánchez Zinny debía ocuparse del gas.
La táctica del oficialismo es concentrar los problemas en los distritos o desviar la atención hacia las pericias. El máximo referente de Cambiemos en Moreno, el ex senador Aníbal Asseff, dijo a la web local Desalambrar: “No hay que adelantarse, es como si uno quisiera hacer un juicio de valor por lo que sucedió en la casa del senador Naidenoff donde murió toda su familia u otros hechos por pérdidas de gas”. Se refería a la muerte por inhalación de gas de la mujer y el hijo del senador radical Luis Naidenoff, en junio en su casa. Asseff no distinguió entre un sitio público como una escuela y uno privado, y omitió que Sandra Calamano había reclamado por escrito sobre las pérdidas de gas. 
El antecedente cercano de la renuncia de la contadora general María Fernanda Inza por el escándalo de los aportantes truchos, y la eventualidad de procesos penales y civiles por las muertes de Moreno, desparramaron el “sálvese quien pueda” en el Gobierno de la provincia de Buenos Aire. Este diario pudo saber que cunden los nervios en el trío que forman Vidal, Sánchez Zinny y el encargado de Infraestructura Matías Nicholson. 
El temor en los altos niveles de la administración bonaerense no viene de los paros y las marchas de los docentes. Los funcionarios temen que directores y directoras sigan explicando en público la calamidad de las escuelas en ruinas, con peligro grave para chicos y docentes, y que les llenen los despachos de La Plata de documentación respaldatoria. 
En Moreno los directivos estrenaron la modalidad de autoconvocarse el sábado a la tarde. La repitieron ayer y mantendrán un tercer encuentro. “Asumimos nuestra responsabilidad y defendemos a la comunidad educativa entera, porque no se podía seguir con escuelas de paredes electrificadas, bajo peligro de derrumbe o a punto de estallar por las pérdidas de gas”, dijo un subdirector que pidió reserva de identidad. “La novedad es que antes los directivos les teníamos miedo a los sumarios de los inspectores que respondían a Sánchez Zinny cuando querían castigarnos si cerrábamos una escuela por gas o fallas de la luz y ahora, en cambio, el pánico es a la muerte de docentes o chicos”, explicó una directora que también habló a condición de mantener su anonimato.

Táctica 

Vidal ordenó mandar gasistas a las escuelas de Moreno y a las de otros distritos en situación crítica (ver aparte). Los envió Sánchez Zinny. Estuvieron desde la mañana revisando pérdidas en las escuelas y dejando constancia de las fallas. Un funcionario educativo con formación en Educación Física iba recogiendo las actas. La constatación no había terminado anoche. 
La reacción oficial después de las muertes evitables indica dos cosas.
Una, que Vidal y Sánchez Zinny estaban perfectamente al tanto de la catástrofe que son las escuelas públicas de Moreno. 
Otra, que la gobernadora y su miembro del gabinete de más alto rango quieren descentralizar el impacto enorme de las dos muertes. Buscan que el efecto quede encerrado dentro de los límites de Moreno y que no les genere costos políticos. 
Sánchez Zinny ya desde antes no podía deslindar su responsabilidad ni alegar ignorancia. Como publicó el domingo PáginaI12, firmó un acta en que los arreglos de gas dependían de un funcionario puesto por él, Sebastián Nasif. 
Vidal tampoco ignoraba la situación: todos los gremios docentes de la provincia de Buenos Aires le pidieron audiencia el 2 de mayo. Y el 17 de mayo llevaron a la Legislatura y a la oficina de Sánchez Zinny carpetas que incluían la cuestión de las deficiencias en las escuelas. Dos hechos públicos. Tan públicos como las muertes del jueves. 
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