23 de octubre de 2018

Cinco ex secretarios y colaboradores de Néstor y Cristina Kirchner
Más procesados por los cuadernos
Quedaron incluidos en la supuesta asociación ilícita descripta en las fotocopias del cuaderno del chofer. De los cinco, cuatro ya estaban presos mientras que el único en libertad es Fabián Gutiérrez, quien declaró como arrepentido.
Por Raúl Kollmann y Irina Hauser
Fabián Gutiérrez fue incluido entre los procesados por asociación ilícita, pero tiene la ventaja de estar libre.
Los secretarios y colaboradores de la familia Kirchner, en especial del ex presidente Néstor y muy poco de la ex presidenta Cristina, fueron procesados ayer por integrar la asociación ilícita supuestamente descripta en las fotocopias de los cuadernos. De los cinco procesados, cuatro están presos y el único que consiguió la libertad es Fabián Gutiérrez, el que aceptó un acuerdo como imputado colaborador. Todo demuestra la mecánica del expediente: el que se “arrepiente” consigue la libertad, mientras que los que dicen que no cometieron ningún delito quedan entre rejas, sin juicio y sin condena. En paralelo, continúa la búsqueda de Carolina Pochetti, viuda del principal secretario durante la presidencia de Néstor Kirchner, Daniel Muñoz. Ayer se negociaba otro acuerdo de arrepentimiento con uno de los imputados como testaferro de Muñoz, Sergio Todisco. Ya en los Panama Papers aparecieron sociedades creadas por Muñoz y su esposa, a lo que se agrega que las autoridades norteamericanas afirman que a través de esas y otras sociedades se movieron unos 70 millones de dólares. Muñoz murió en 2016 tras una larga agonía por un cáncer. Esto es un indicio de que él no era testaferro de ninguno de los Kirchner porque, según la documentación, las propiedades siguieron a su nombre y a nombre de su círculo íntimo. 
Fabián Gutiérrez firmó un acuerdo de arrepentimiento con el fiscal Carlos Stornelli. El trato fue barato. Gutiérrez prácticamente no reconoció nada. Dijo que acompañó poco a CFK durante su mandato, exhibió odio con la ex presidenta y afirmó que no vio dinero pero que creía que en los bolsos que transportaban al sur había plata, aunque no lo podía asegurar. Reiteró un concepto: los colaboradores de Néstor fueron desplazados después de su muerte y el reemplazo provino de personas cercanas a Máximo y La Cámpora. En su declaración como arrepentido, Gutiérrez destrozó a José López y negó que le haya entregado el dinero que el ex secretario de Obras Públicas tiró en el convento. Ayer, Gutiérrez fue procesado por ser parte de la asociación ilícita, pero es el único que tiene la enorme ventaja de estar en libertad. 
Los otros cuatro colabores también fueron procesados, pero están presos, pese a que no jugaron ningún papel preponderante, no hay peligro de que se fuguen y no tienen chances de obstruir una causa que ya tiene casi once meses de investigación. Todos ellos están muy alejados del poder y la administración pública. La jugada de dejarlos en la cárcel es pura presión para que aporten algo al expediente, aunque sea falso.
Los procesados son Daniel “Negro” Alvarez, quien fue secretario de los Kirchner pero no aparece en las fotocopias de los cuadernos. Fue nombrado por el piloto de Presidencia aunque sólo porque habitualmente estaba esperando al matrimonio presidencial cuando iba al sur. Los otros procesados son de más bajo perfil todavía. Ricardo Bareiro ya se dedicaba en El Calafate a alquilar casas y habitaciones para turistas en 2001 y era una especie de encargado de relaciones públicas de la provincia en la villa turística. Roberto Sosa fue brevemente secretario de Néstor Kirchner pero abandonó el cargo cuando sufrió un secuestro extorsivo. Raúl Copetti fue un militante del Frente de la Victoria en Santa Cruz, aún antes de que Néstor Kirchner llegara a la presidencia. Es un hombre dedicado desde siempre al negocio hotelero. Ninguno aparece en las fotocopias: a todos los señaló el piloto, que igualmente sostuvo que nunca vio dinero en los bolsos. 
La otra vertiente en la que hubo novedades ayer tiene que ver con el hombre más citado en las fotocopias de los cuadernos: Daniel Muñoz, quien fue secretario de los Kirchner antes de la muerte de Néstor, en octubre de 2010. En las declaraciones de los arrepentidos se mencionan dos destinos de los supuestos bolsos con dinero. Una línea era a través de Roberto Baratta y Julio De Vido, principalmente hacia campañas electorales. La otra línea mencionada es con José López y Muñoz, dinero que –según todo lo indica– terminó en el enriquecimiento personal de ambos. La plata de López fue a parar al convento y la de Muñoz –según la acusación– fue sacada del país a través de sociedades que estuvieron a nombre del propio Muñoz, su esposa Carolina Pochetti; de Sergio Todisco y su ex esposa Elizabeth Ortiz Municoy. Estos últimos son empresarios del rubro inmobiliario de Mar del Plata y en Miami, por lo que toda la cuestión del enriquecimiento y el lavado de dinero se está investigando en La Perla, donde también tuvieron inversiones Muñoz y Pochetti. Aún así, la causa de las fotocopias se robó el protagonismo. 
La novedad de ayer es que Todisco se ofreció como “arrepentido”, lo que negocia con el fiscal Stornelli. Es probable que pueda aportar elementos contra Muñoz e incluso Pochetti, pero difícilmente diga las palabras mágicas: “Cristina, bolsos, bóvedas”. Todo indica que seguirá rigiendo la norma impuesta desde el principio, el que se “arrepiente” sale, el que dice que es inocente, queda preso. 
Uno de los principales escollos del expediente es que el juzgado afirma que hubo decenas de millones de dólares en coimas y enriquecimiento personal, pero resulta que a los jefes u organizadores de la supuesta asociación ilícita no les encontraron nada. Ni a Cristina Fernández de Kirchner ni a Julio De Vido ni a Roberto Baratta les detectaron dinero en el exterior ni cuentas ni sociedades ni bóvedas ni propiedades sin declarar.
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