21 de marzo de 2018

Deben definir la situación de Carlos Mahiques en la Casación
El camarista que entró por la ventana
Luego de la acordada de la Corte que invalidó el TOF 9, quedó en evidencia la situación de Mahiques, otro de los jueces que el macrismo “trasladó” sin concurso ni acuerdo del Senado.
Por Irina Hauser
El camarista Carlos Mahiques fue ministro de María Eugenia Vidal.
Los efectos de la acordada de la Corte Suprema que la semana pasada invalidó un tribunal oral nombrado a dedo por Cambiemos y que iba a juzgar a Cristina Fernández de Kirchner, empiezan a expandirse. Por lo pronto, dejó en evidencia la polémica situación en la está Carlos Mahiques en la Cámara de Casación Penal Federal –el tribunal penal de mayor jerarquía–, ya que se trata de uno de los jueces nombrados por el mecanismo de simple “traslado” de un cargo a otro, sin concurso ni acuerdo del Senado, que fue cuestionado por los jueces supremos. Todavía no está claro si el plenario de Casación se pronunciará sobre el futuro de este camarista, pero una de las salas que él integró (la sala II) suspendió 20 audiencias que estaban convocadas para hoy en causas de lesa humanidad. Aunque formalmente alegan “razones funcionales”, sus colegas se niegan a tratar con él expedientes que a la larga podrían quedar anulados. Resta ver qué hacen las dos salas de las que forma parte en la actualidad. Una de ellas recibió un planteo de la abogada Graciana Peñafort en una causa contra Martín Sabbatella. De todos modos, la suerte de Mahiques podría definirse también en otro ámbito. La organización Ajus (Abogados por la Justicia Social), que impugnó desde el comienzo el ingreso por la ventana de este juez a la Casación Federal, intenta llevar su caso concreto a la Corte y ayer pidió en el fuero contencioso administrativo, además, una medida cautelar que frene el llamado a concurso para cubrir al cargo que dejó la Cámara de Casación ordinaria, al que consideran que él debería volver. Esa convocatoria del Consejo de la Magistratura fue publicada anteayer, en una especie de acto de rebeldía contra el reciente pronunciamiento del alto tribunal.
Mahiques fue ministro de Justicia de la gobernación de María Eugenia Vidal, un cargo que ejerció con uso de licencia en la Cámara Nacional de Casación, la que se ocupa de los delitos comunes. Al poco tiempo de volver a ese tribunal, al que sí llegó por concurso, tramitó un “traslado” a la Casación Federal, que está en Comodoro Py y revisa sentencias y ciertos planteos en causas contra funcionarios públicos, causas de derechos humanos, trata y narcotráfico, en esencia. En mayo del año pasado, con mayoría simple del oficialismo, el Consejo de la magistratura aprobó su traslado definitivo a la Casación federal. Su hijo Juan Bautista es el representante del Poder Ejecutivo en el Consejo, además de secretario de justicia en el Ministerio, donde también trabaja uno de sus hermanos mientras que otro es fiscal en Comodoro Py.  En su momento la Casación Federal tuvo un fuerte debate sobre su admisión, pero le dio la bienvenida. Alejandro Slokar y Ana María Figueroa dejaron sentados sus reparos consideraban ilegítima la designación. Angela Ledesma dijo que debía definir la Corte. El alto tribunal se definió la semana pasada en un tema directamente conectado: se negó a habilitar el Tribunal oral Federal 9, creado también con jueces designados a dedo por el oficialismo del Consejo, que invocó una ley de fines de 2016 que estableció que cinco tribunales orales comunes se convertirían en federales. En la misma acordada, la Corte dijo que los “traslados”  van a contramano de la Constitución. El texto era durísimo con la Casación Federal porque permitió que el TOF9 funcionara sin habilitación de la Corte y confrontaba al tribunal, inevitablemente, con la designación de Mahiques.
Después de la acordada suprema del 15 de marzo, que fue un cachetazo al Gobierno y a sus representantes en el Consejo de la Magistratura, éste último mandó a publicar en el Boletín la convocatoria al concurso para cubrir el lugar que dejó Mahiques que la Cámara de Casación ordinaria y para colmo lo designó entre los miembros del jurado. En ámbitos judiciales fue leído como una provocación y un acto de rebeldía frente a la Corte. La designación de Mahiques mediante un traslado fue impugnada judicialmente el año pasado por la organización AJUS, que hizo un planteo de inconstitucionalidad. Lo presentaron en los tribunales de La Plata, donde hubo una declaración de incompetencia, y luego el fuero contencioso porteño no les quiso reconocer la legitimación. Entre los argumentos contra el traslado señalaban la violación del principio de juez natural, del debido proceso, del principio de igualdad, y todos los señalamientos recientes de la Corte en relación a la omisión del mecanismo de concurso, con la designación de una terna, la participación del Poder Ejecutivo y el acuerdo del Senado.  Lo último que ocurrió es que presentaron un recurso extraordinario para llegar a los supremos.
En el nuevo escenario, AJUS se presentó ayer con una acción colectiva que plantea una medida cautelar autónoma (para que se resuelva de urgencia antes de la demanda de fondo) para frenar el llamado a concurso para la Casación ordinaria porque, sostiene la ONG, es para “un cargo que actualmente no se encuentra vacante, y conforme a la acordada (de la Corte) la misma Cámara Federal de Casación debería exhortar al doctor Mahiques a que regrese al cargo para el cual ha sido designado constitucionalmente”.  “El llamado a concursa violenta lo dispuesto por la Corte Suprema”, advierten. “El doctor Mahiques -precisan– no es un juez de la jurisdicción federal, no posee en la competencia para la cual afuera designado la materia federal, no tiene designación para ejercer en la totalidad del territorio nacional, y además, no posee antecedentes ni tampoco ha rendido examen (…) ni cuenta con acuerdo del Senado”.
Dentro de la Cámara de Casación Federal el malestar es constante y se agudizó con la decisión de la Corte. Ayer el sorteo de nuevo tribunal oral para las causas contra CFK y Lázaro Báez se hizo a cara de perro, con el auxilio a regañadientes de representantes y técnicos del Consejo de la Magistratura, que debieron destrabar el bolillero electrónico para excluir al TOF9. El dilema por la situación de Mahiques flota en el aire pero no se habló de manera explícita en el acuerdo sino en grupos separados y aún hay final abierto.  
Mahiques integró la sala II junto con Slokar y Ledesma, críticos de su designación, de la que se tuvo que ir. Pero conserva audiencias pendientes en causas de lesa humanidad con algunos pedidos, por ejemplo, de domiciliaria de represores. Había 20 audiencias citadas para hoy, que una resolución de Ledesma, que preside la sala, dejó en suspenso. Cerca de la jueza se niegan a vincular la decisión con la situación de Mahiques, pero en el resto del tribunal aseguran que es así. Ni ella ni Slokar quieren firmar sentencias o hacer audiencias que podrían terminar anuladas a futuro. En la actualidad, Mahiques subroga en la sala I, junto a Figueroa y Gustavo Hornos. Figueroa le pidió a Hornos, que preside la sala, que adopte una posición, porque ella ya dijo que cuestiona la legitimidad del traslado. Todavía está en veremos esa definición. Y, por  último, Mahiques comparte la sala III en forma permanente con Liliana Catucci y Eduardo Riggi, que lo avalan, pero que ahora también deberían adoptar una definición. En esa sala se presentó la abogada Peñafort, en una causa contra el ex titular del Afsca, Sabbatella y Andrea Conde, por supuestas irregularidades en el manejo de fondos para medios de comunicación, y pidió el apartamiento de Mahiques en función de la acordada de la Corte. En la sala III están pendientes para ser revisados casos como la del accidente de Once.
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