Más de 30 millones de argentinos eligen hoy diputados y senadores
La conformación del Parlamento que regirá en los próximos dos años de gobierno convirtió a este comicio de mitad de término en una elección clave para el futuro. Los resultados serán determinantes para la proyección de figuras del oficialismo y la oposición, que ya miran a 2015.
Y finalmente, tras dos meses intensos con sorpresas e imprevistos, llegó el día clave para el futuro político de la Argentina. Los 30.563.160 ciudadanos habilitados para votar en todo el país elegirán hoy a sus representantes en el Congreso. En las 24 provincias se elegirán diputados nacionales –un número en proporción a la cantidad de habitantes de cada distrito–, mientras que en ocho provincias (Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Tierra del Fuego, Río Negro, Neuquén, Entre Ríos, Santiago del Estero, Chaco y Salta) se votarán, además, senadores nacionales. El resultado de la elección definirá el funcionamiento del Parlamento en los dos años que restan del mandato de Cristina Fernández. El Frente para la Victoria, que gobierna el país desde hace una década, aspira a lograr el quórum en ambas cámaras (129 diputados, 37 senadores). El tamaño de las bancadas del FPV en el Parlamento será determinante cuando la presidenta, en recuperación tras una cirugía y controles cardiovasculares, y quien por 30 días debe mantenerse alejada del stress y situaciones de tensión, regrese a la actividad y se ponga nuevamente al frente de la gestión de gobierno.
La heterogénea oposición, representada por el massismo, el PRO, la UCR y el socialismo santafesino, intentará obtener buenos resultados en los distritos donde está más consolidada para, luego, iniciar la proyección de sus candidatos presidenciables con el objetivo puesto en 2015. En ese grupo selecto, a juzgar por sus performances en las primarias, sólo están anotados Mauricio Macri, Sergio Massa, Hermes Binner y Elisa Carrió. Pero los números del escrutinio también serán claves para el (dinámico) mapa del peronismo. A partir del lunes, con los resultados sobre la mesa y tras evaluar el desempeño de cada cual, el justicialismo –la confederación de jefes territoriales– comenzará a mirar hacia sus propias filas para elegir a sus precandidatos presidenciales para 2015. Daniel Scioli, quien ya lo hizo público, pero también Sergio Urribarri y Juan Manuel Urtubey, pretenden convertirse en el primus inter pares: el paladín que vaya a la pelea por la primera magistratura en representación del peronismo y sus aliados.
La elección encierra varios focos de interés para el análisis. El primer dato, incontrastable, será si el FPV logra mejorar su desempeño electoral en todo el país en comparación con la elección del 11 de agosto. De todos los distritos electorales del país, la provincia de Buenos Aires volverá a captar la mayor atención: la definición del duelo entre Massa y el intendente de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde, quien contó con el padrinazgo de Scioli en esta segunda etapa de la campaña, dará algunas pistas de una de las peleas que se avecina: la disputa por la conducción del peronismo bonaerense, por el funcionamiento de los cuerpos legislativos de la provincia de Buenos Aires (en los que Massa podría obtener buenos resultados), pero también –y sobre todo– por la titularidad del Poder Ejecutivo en 2015. Massa espera ganar por más de diez puntos, superar los 40% y convertirse en el presidenciable opositor por naturaleza. La confianza del massismo está tan alta que se compraron grandes cantidades de fuegos artificiales para organizar un festejo descentralizado en todo el Conurbano: la difusión estaría garantizada por los canales de TV del Grupo Clarín, que apadrina explícitamente a Massa.
La expectativa del FPV en la provincia de Buenos Aires es mejorar el resultado de las PASO –obtuvo el 29,60% frente al 34,95% del Frente Renovador– para poder incorporar al Congreso a 13 diputados de la lista encabezada por Insaurralde. En la boleta, el número 13 le corresponde a Luis Cigogna, dirigente de La Matanza, histórico allegado del ex intendente Alberto Balestrini. La brecha que separe a Massa de Insaurralde dependerá, en buena medida, de que el empresario Francisco de Narváez logre retener el porcentaje electoral que obtuvo el 11 de agosto: una posibilidad, anunciada por encuestadores, es que De Narváez pierda votos en manos del massismo. Otra lectura que tendrá peso en los próximos días será comparar los votos para concejales que obtengan los intendentes del FPV con los números que coseche, en los mismos distritos, la candidatura de Insaurralde. El propio Massa hizo difundir la versión de que una parte de los intendentes de la primera sección electoral habría aceptado, por lo bajo, hacer circular boletas cortadas del FPV con los candidatos locales: siguiendo la tradición de preservación de daños que suelen tener los intendentes, a esas boletas fragmentadas se les podría añadir la del Frente Renovador para diputados nacionales. Habrá que ver si los rumores y las versiones intencionadas de todo tipo se confirman en los hechos.
El oficialismo es consciente de que su performance en las PASO dejó mucho por mejorar y confía en sumar más votos en varios distritos tradicionalmente favorables. Es muy probable que eso suceda en San Juan, donde en agosto se perdió sorpresivamente contra la suma de las diversas ofertas opositoras alineadas con Alberto Rodríguez Saá: el FPV obtuvo 37% frente al 42 por ciento. Otra gobernación que promete mejorar sus guarismos es Entre Ríos. Urribarri, que se postula como senador suplente para que su nombre esté en la boleta, se juega su posicionamiento hacia 2015. En agosto, el FPV logró 43% ante 21% del PJ disidente, representado por la esposa del ex gobernador Jorge Busti. En Entre Ríos confían en mejorar en tres o cuatro puntos los números de las PASO, lo que permitiría obtener tres de los cinco diputados que se ponen en juego.
Lo que suceda en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y en la provincia de Neuquén también supondrá un indicador del clima nacional del FPV. En el distrito porteño, el oficialismo pone en juego la banca de senador por la minoría, Daniel Filmus. Si el kirchnerismo llegara a retenerla, ante la seria amenaza de Pino Solanas, el resultado será festejado como un triunfo estupendo, casi inesperado. En Diputados, la perspectiva es ubicar tres diputados en el Congreso, una notoria mejoría frente al resultado de 2009, cuando apenas ingresó uno: Carlos Heller. En Neuquén, el oficialismo se enfrenta a un cambio interno de su aliado provincial, el Movimiento Popular Neuquino, que viró desde aquella posición de alianza, a un tono opositor con el gremialista Guillermo Pereira (petroleros privados), como nuevo hombre fuerte. Sin embargo, en el kirchnerismo neuquino deslizan que ese sector interno del MPN no romperá los puentes con la Casa Rosada. También pronostican que la lista del FPV duplicará sus votos respecto de las PASO. Así lograría mantener la tercera banca del Senado, que lleva como candidato a Marcelo Fuentes, amigo de juventud de Néstor Kirchner.
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