21 de abril de 2014

Peligra la tregua en Ucrania tras un ataque contra separatistas

  Rusia y los activistas pro-rusos dieron por roto el cese del fuego tras un incidente en el que murieron entre tres y cinco secesionistas. Acusan a un grupo de extrema derecha y contrario a Moscú del asalto a un puesto de control. 

Kiev. Télam y dpa
 Rusia y los separatistas afines a Moscú del este de Ucrania dieron por rota la tregua de Pascua declarada el jueves pasado, después de que un ataque contra un puesto de control en la ciudad tomada de Slaviansk se saldara con un número indeterminado de muertos y evidenciara la debilidad del acuerdo de paz firmado en Ginebra. 
Una reconstrucción periodística permitió determinar que en la madrugada de ayer un convoy de vehículos se acercó a un puesto de control manejado por las milicias pro-rusas en las afueras de Slaviansk, una de las principales ciudades de la provincia de Donestk y epicentro del alzamiento anti Kiev, e iniciara un tiroteo. 
Voceros de los separatistas denunciaron que el enfrentamiento dejó cinco víctimas, mientras que el Ministerio del Interior ucraniano sólo reportó la muerte de un civil y las agencias noticiosas cifraron el número de caídos entre tres y cinco. Viacheslav Ponomariov, autoproclamado como "alcalde popular" de Slaviansk, acusó del ataque a la organización ultranacionalista Sector de Derecha, comandos paramilitares que oficiaron como grupo de choque durante los meses de protestas en Kiev, que terminaron en febrero pasado con la destitución del presidente Viktor Yanukovich, un sólido aliado de Moscú, y la asunción del actual gobierno pro occidental.
"La resistencia (los separatistas) anunció una tregua durante las fiestas de Pascua. Ahora, la tregua se rompió. Consideramos que esta acción no es más que una burda provocación", señaló el líder pro-ruso a la agencia oficial moscovita RIA-Novosti. Ponomariov –que pese a ocupar el cargo por propia decisión cuenta con pleno respaldo– también denunció que la ciudad de Slaviansk "está sitiada por los fascistas del Sector de Derecha" y pidió al presidente ruso, Vladimir Putin, el envío de fuerzas de paz al este ucraniano. Actualmente, la vecina potencia mantiene desplegados unos 40 mil soldados cerca de la frontera con Ucrania. 
Desde que las protestas pro occidentales triunfaron en Kiev y desplazaron del gobierno a Yanukovich, los grupos separatistas comenzaron a levantarse en algunas ciudades del oriente de Ucrania, cerca de la frontera con Rusia, y acusaron a las nuevas autoridades de proteger a los sectores ultranacionalistas enemigos de Moscú. El grupo extremista Sector de Derecha no sólo rechazó cualquier vinculación con el tiroteo de la madrugada de ayer, sino que definió las acusaciones como una "provocación blasfema" de Rusia. "Es blasfema porque pasó en una noche sagrada para los cristianos, este ataque fue lanzado por las fuerzas especiales rusas", dijo Artem Skoropadsky, vocero del grupo ultranacionalista ucraniano. 
Desde Moscú, el gobierno de Putin reiteró su apoyo a los separatistas y coincidió en que la tregua declarada por el gobierno interino de Kiev el viernes pasado quedó rota con el ataque de ayer. "Rusia está indignada por esta provocación que demuestra la falta de voluntad de las autoridades de Kiev para controlar y desarmar a los nacionalistas y extremistas", denunció la Cancillería rusa en un comunicado. 
"Causa sorpresa que esta tragedia ocurra tras la firma, el 17 de abril en Ginebra, de una declaración (...) en la que se llama a abstenerse de cualquier acción violenta, amenaza o provocación", agregó el texto, que no hizo referencia al pedido de tropas formulado por los separatistas ucranianos. 
El jueves 17 Estados Unidos, la Unión Europea, Rusia y el gobierno pro occidental interino de Ucrania firmaron un acuerdo que llamó a desarmar a "todos los grupos ilegales" que operan en la ex república soviética y desalojar todos los edificios públicos tomados por separatistas pro-rusos en el este del país. A cambio, Kiev aceptaba reformar la Constitución para reconocer las aspiraciones independentistas de todas las regiones, entre otras, el este mayoritariamente rusoparlante. Los separatistas pro-rusos rechazaron inmediatamente el acuerdo y pusieron sus propias condiciones, entre ellas, el desarme de los grupos extremistas cercanos al nuevo gobierno interino en Kiev y de la recientemente creada Guardia Nacional, y la renuncia del gobierno en pleno, al que consideran ilegítimo.  «
 
tropas de
la otan en el báltico
 
Los principales medios estadounidenses coincidieron en que el gobierno de Barack Obama desestima las proclamas pacifistas de Rusia y está decidido a enviarle señales que operen como una velada advertencia. En esa dirección, los medios señalaron que el jueves, mientras se negociaba el acuerdo de Ginebra sobre Ucrania, Washington era el escenario donde el jefe del Pentágono, Chuck Hagel, negociaba con su par polaco, Tomasz Siemoniak, el aumento de la presencia militar en la región del Báltico. 
Esa decisión se inscribe en el marco de la estrategia de la OTAN de aumentar los efectivos y los recursos en la región. Lo que se intenta es contrarrestar la amenaza que suponen las operaciones militares de Rusia en el este de Ucrania. Entre las decisiones que se acordaron se contempla el envío de tropas de infantería a Polonia y Estonia para realizar una serie de ejercicios sobre el terreno, un plan que Siemoniak adelantó el viernes a The Washington Post y que, según el The New York Times, la Casa Blanca anunciará oficialmente en el curso de esta semana.
Las prácticas militares, definidas por el diario de Nueva York como "muy modestas", estarían a cargo de una compañía del Ejército estadounidense compuesta por 150 soldados, lejos de los 10 mil que Polonia había pedido a principios de marzo, con el dramático membrete de "garantizar la seguridad de nuestras fronteras". Según Hagel, "esta medida no está dirigida a provocar o amenazar a Moscú sino a demostrar que la OTAN sigue abocada a sus tareas de la defensa colectiva".Tiempo argentino

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