4 de julio de 2015


Los milongueros, en pie de guerra contra los cierres

La Asociación Organizadores de Milonga convocó a una manifestación contra las clausuras de los locales.

Los milongueros, en pie de guerra contra los cierres
"No creo que ninguna persona que tenga dos dedos de frente pueda tener como política clausurar tres milongas de las más importantes de la Ciudad de Buenos Aires una semana antes de las elecciones –dijo ayer el presidente de la Asociación Organizadores de Milongas (AOM), Julio Bazán–. Lo que nos parece es que el gobierno de la Ciudad demuestra una desidia muy llamativa y aplica clausuras preventivas a las milongas en el mismo momento en que nos deja plantados en innumerables reuniones a las que nos convoca para dialogar sobre las habilitaciones."
Más de 300 personas participaron ayer de la protesta frente a la jefatura de gobierno municipal bailando el tango sobre Avenida de Mayo, luego de efectuar un corte de esa calle casi a la altura de Plaza de Mayo.
Por supuesto que, cada vez que se habla de habilitaciones de espacios bailables, aparece el fantasma de Cromañon dando vueltas. Pero es curioso que el GCBA no dialogue con los hacedores de cultura y prefiera clausurar los espacios dedicados al arte que hizo famosa a Buenos Aires en el mundo entero.
 "Nosotros no queremos poner en riesgo la seguridad de nadie, pero las clausuras se hacen por una cuestión burocrática –agrega Bazán–: las milongas que funcionan en un club necesitan un permiso, el formulario llamado 878. Ese permiso es anual, se renueva anualmente y la Dirección  de Habilitaciones y Permisos se toma seis meses para extenderlo. Es decir, tengo que tramitarlo seis meses antes de que me venza, es bastante ilógico."
Mientras Bazan explicaba a los medios los motivos de la protesta, las parejas bailaban sobre la calle tradicinal porteña, frente al Cabildo, con pocos firuletes: el tango salón hizo toda una demostración de cultura  porteña en franco romance con las calles que lo vieron nacer.
"Vinimos a las reuniones de la Agencia Gubernamental de Control, con la Unidad de Proyectos Especiales de Espacios Culturales cuyo presidente es Juan Manuel Beati, que nos trató bien, pero las reuniones están acéfalas porque la AGC no manda a nadie, debería mandar un responsable de habilitaciones, fiscalizaciones y permisos; es decir, nos dejan plantados y sin poder resolver la cuestión de las habilitaciones."
En los últimos meses el gobierno porteño cerró de manera preventiva la milonga Sin Rumbo del barrio de Villa Urquiza, de donde es también Sunderland, ambas de más de 95 años. Y hoy se levantaba la clausura del Café Vinilo, de Palermo, que extrañamente cerraron por tres días y luego revocaron esa decisión.
Además, la milonga El Arranque, del céntrico Salón La Argentina sigue cerrada desde hace tres meses, pese a ser muy moderna, y hace un par de meses cerraron el Salón Canning de Palermo y lo rehabilitaron de manera provisoria hacer un par de semanas.
"Queremos diálogo, que designen una persona idónea con autoridad para llevar esto a buen puerto", dijo Bazán, quien es, además, organizador de la milonga Mala Junta. En tanto, los milongueros se abrazaban, se sacaban fotos grupales con la Jefatura de Gobierno como fondo. Una lluvia de volantes que responsabilizaban a Mauricio Macri y Horacio Rodríguez Larreta caía sobre los bailarines. Bazán agregó: "Las clausuras vienen desde hace tiempo, pero lo que sucede es que en los últimos años se acrecentaron porque la AGC dejó acéfala la Unidad que el propio gobierno porteño, con el aval de Rodríguez Larreta, creó para esto."
El evento artístico y de protesta tuvo lugar entre las 15 y las 17. Mientras por los parlantes sonaban tangos cantados por Alberto Castillo y otros con la orquesta de Juan D'Arienzo y los milongueros movían las tabas al ritmo del 2x4, un locutor convocaba a los vecinos a sumarse al baile en defensa del patrimonio.
"Somos Patrimonio Universal que manejamos lugares históricos y famosos en todo el mundo sin ningún tipo de subsidios, y es raro porque el gobierno porteño nos clausura y nos convoca cuando tiene que realizar algún evento", agregó Bazán.
 Según sostiene la Asociación Organizadores de Milongas,  el tango deja a la ciudad un producto bruto de 512 millones de dólares al año sin ningún aporte estatal. "Pero nos clausuran sin tener en cuenta que en esos lugares, además, trabajan mozos, cocineros, bailarines y músicos que se quedan sin ingresos."
Algunos bailaban con zapatillas y pantalones amplios de mochilero o de trabajo. Otros habían calzado sus zapatos de baile, pese a que el asfalto porteño no se parece demasiado al parquet de los salones.
Sobre el final, los milongueros dejaron en Mesa de Entrada de la Jefatura de Gobierno un petitorio en el que, entre otros pedidos, figuraba la necesidad de brindar mayor tiempo de adecuación para las habilitaciones, que la clausura no sea preventiva, que se  pueda  tener inspecciones programadas "como el rubro gastronómico que tiene sesenta días y les mandan por mail los veinte puntos que van a tratar", dijo Bazán. Y otro de los pedidos es que se actualicen las normativas, ya que, según los organizadores, son de 1910. «
De ayer, de hoy y de siempre
Los tangueros de hoy llaman "milonga" al baile organizado por un grupo de personas independientemente del lugar en que se lleve a cabo. Es decir, los organizadores suelen acordar con un salón, una sociedad de fomento o un boliche y se encargan de la difusión, de contratar el sonido, las luces, y la habilitación. Según el sitio oficial de Turismo de la Ciudad, hay más de 200 milongas, algunas con clases de baile previas, otras con orquesta en vivo, otras gay friendly y otras para trasnochadores.
La milonga Sin Rumbo (una de las clausuradas) funciona desde 1919 y debe su nombre a un caballo que, con su triunfo, dotó de capital a los organizadores. El otro espacio clausurado, Sunderland, de Villa Urquiza, funciona como al principio en una cancha de básquet de la Sociedad de Fomento homónima. Por la milonga que ahora se llama Malena, numerosos turistas la visitan al menos una noche ya que fue el lugar donde renació este arte en los años 90 cuando se hicieron famosos los bailarines de la obra Tango Argentino que recorrió el mundo. Tanto Sunderland como Sin Rumbo son milongas que pregonan el "estilo Villa Urquiza", con más elegancia en la caminada que firuletes en el baile.
Tiempo argentino

No hay comentarios: