26 de julio de 2016

Una convención en medio del escándalo

El encuentro de los demócratas empezó en un ambiente de clara división entre los seguidores de Clinton y los de Sanders. Y se enrareció aún más por la filtración de los correos, que obligó a la presidenta del partido a presentar su renuncia.
La convención demócrata, en la que se proclamará oficialmente el jueves a Hillary Clinton como candidata a la Casa Blanca, se abrió ayer en Filadelfia en un ambiente de clara división a pesar de los constantes llamados a la unidad por parte del senador Bernie Sanders.
Como ocurre en este tipo de eventos masivos, los alrededores del Centro de Convenciones –donde tendrán lugar varias de las actividades– así como del estadio Wells Fargo –escenario específico de las convenciones– se encuentran custodiados por los agentes de seguridad locales aunque, inicialmente, de forma moderada. Distanciados a 20 minutos en auto un edificio de otro, el gran estadio Wells Fargo fue el escenario donde anoche el ex precandidato presidencial Bernie Sanders lanzó la jornada inicial de sesiones, con el lema “Unidos, juntos”.
El inicio de los trabajos en el Wells Fargo Center, en Filadelfia, estalló en un ensordecedor duelo entre los seguidores de Clinton y los delegados de Sanders, en una impresionante cacofonía de abucheos y vítores de aprobación a la ex secretaria de Estado. “Bernie, Bernie’’, estallaban en las gradas los delegados de Sanders cada vez que el nombre de Clinton era pronunciado en el estrado de los oradores, mientras que al coro le respondía otro igualmente ruidoso, “Hillary, Hillary’’.
Sanders, que días atrás dio su apoyo público a Clinton, realizó ayer al mediodía una presentación en el marco de las convenciones en la que convocó a sus seguidores a sumarse a su decisión y acompañar a la ex secretaria de Estado en su camino hacia Washington. “Tenemos que derrotar a Donald Trump. Y tenemos que elegir a Hillary Clinton”, dijo Sanders para recibir un largo abucheo de los demócratas que se oponen a dar por terminada la “revolución” política iniciada por el senador de Vermont.
El domingo ya lo habían planteado en una manifestación en Filadelfia, donde marcharon para dejar en claro que si bien Sanders no avanzó en la contienda, no por ello Hillary se convirtió en su candidata. Algo que hicieron nuevamente ayer en la votación para nominar al candidato.
Así lo expresó George Watson, un delegado de Georgia que integra el pequeño grupo de demócratas que prefieren apoyar a la precandidata del Partido Verde, Jill Stein, antes que a Clinton, aun sabiendo que de esa manera irán más votos para el republicano Donald Trump.
“Si los Clinton van a ser tramposos, mentirosos y ladrones, vamos a hacerles pagar un precio. No vamos a votar en contra pero tampoco vamos a salvarlos”, afirmó el delegado que se preparaba para escuchar a su candidato. “Ganaron una batalla, pero van a perder la guerra”, agregó Watson, señalando que el objetivo es que cuando se produzca la votación a la nominación presidencial, todos los seguidores de Sanders abandonen el piso del estadio. Duda, sin embargo, de que llegado el momento la convocatoria sea la esperada.
Otro de los temas que salieron a la luz en el primer día de actividades fue lo sucedido con la presidente del Comité Nacional Demócrata, Debbie Wasserman Schultz, tras que fuera filtrada una serie de emails en los que apuntó contra el entonces precandidato, Bernie Sanders.
La secretaria encargada de coordinar tareas en la Convención, la legisladora Marcia Fudge, intentó tímidamente pedir a los delegados respeto por los discursos, pero el coro se tornó aún más ensordecedor.
El partido, que pretendía hacer de esta convención nacional una fiesta de su unidad interna, llegó profundamente dividido, aunque Sanders hizo ayer un dramático llamado a sus seguidores a votar por Clinton en las elecciones de noviembre.
Pero la crisis se tornó indisfrazable en el partido. El martillazo que dio inicio a los trabajos fue dado por la secretaria del Comité Nacional Demócrata y alcaldesa de Baltimore, Stephanie Rawlings Blake, ya que la presidenta del partido, Debbie Wasserman Schultz, renunció en la víspera. En la mañana de ayer, Wasserman Schultz intentó pronunciar un discurso ante delegados por el estado de Florida –estado que ella representa en la Cámara baja del Congreso– pero los abucheos e interrupciones la obligaron a salir escoltada del escenario.Sanders y Wasserman Schultz son las figuras centrales del espectacular escándalo que sacudió al partido en la víspera de una convención nacional.
Con la intención de evitar que el escándalo siguiera escalando en los medios y robando la atención a los eventos programados de la Convención, Wasserman, que ya había anunciado la renuncia a su cargo a finales de semana, informó además que se hará a un lado y tampoco liderará la inauguración de actividades esta tarde en el Wells Fargo Stadium.
La Convención Demócrata, que el jueves nominará a Clinton, contará el martes con la presentación del ex presidente Bill Clinton, mientras que el miércoles el escenario del edificio multipropósito recibirá al actual líder demócrata en la Casa Blanca, Barack Obama, y a su vicepresidente, Joe Biden.
Al igual que ocurrió en la Convención Republicana la semana pasada en Cleveland, cuando Donald Trump fue presentado por Ivanka Trump, la introducción de la precandidata estará a cargo de su hija, Chelsea Clinton.
Un sondeo realizado por la cadena CNN y divulgado ayer muestra a Trump por delante de Clinton en escenarios que consideran un duelo directo y otro en que le suman la candidata del Partido Verde, Jill Stein, y el libertarista (anarcoliberal) Gary Johnson. En el choque directo, Trump tiene una ventaja de 48 por ciento a 45 por ciento en intención de voto, pero en un escenario de cuatro candidatos supera a Clinton por cinco puntos (44 por ciento a 39 por ciento), según el sondeo.
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