1 de octubre de 2016

DESPUES DE SU ESPECTACULAR TRAVESIA DE 12 AÑOS, LA SONDA ROSETTA TERMINO SU MISION

Final para la odisea en el espacio

Imágenes de la superficie del cometa Churi enviadas por Rosetta durante su aproximación.
La sonda europea Rosetta finalizó ayer su travesía espacial de más de 12 años, en una misión que según los expertos revolucionará las teorías sobre el origen del Sistema Solar y la aparición de la vida en la tierra, una vez que se analice la inmensa cantidad de información recopilada por la nave.
Aunque la sonda no estaba diseñada para aterrizar, los ingenieros de la Agencia Espacial Europea lograron un descenso controlado para que el impacto contra el cometa Churi, al que acompañó durante 26 meses tomándole imágenes cercanas, fuera lo más leve posible. Luego de un descenso de 14 horas, habiendo partido de una altura de 19 kilómetro, la sonda se estrelló finalmente a 3,2 km/hora contra la mole de 10.000 millones de toneladas de hielo, piedra y polvo que seguirá su trayectoria hacia la órbita de Júpiter. Cuarenta minutos más tarde, las ondas de radio de la sonda llegaron con la información a la Tierra.
“Puedo confirmar el descenso completo exitoso”, aseguró el jefe de la misión Patrick Martin en el centro de control de la ESA en Darmstadt, Alemania, dando así por concluida oficialmente la misión iniciada en noviembre de 1993 con la aprobación del proyecto, que sólo 11 años más tarde, en marzo de 2004, lanzó a Rosetta al espacio a bordo de un cohete Ariane 5. El objetivo era alcanzar al cometa 67P/Churiumov-Guerasimenko, conocido como “Churi”. El objetivo era profundizar la comprensión sobre los orígenes de la vida en la Tierra analizando polvo cometario, ya que estos asteroides forman parte de los objetos más primitivos del cosmos: superan los 4500 millones de años de antigüedad.
“Poder encontrar el cometa a 500 millones de kilómetros de distancia y a una velocidad entre 50.000 y 100.000 kilómetros por hora es fantástico”, destacó el director adjunto del centro de operaciones de ESA, Juan Miró. “Hemos conseguido, a los diez años, acercarnos al cometa y entrar en su órbita, algo que requiere unos cálculos muy precisos, que se han hecho en el centro de control de operaciones”, agregó.
La misión, que costó unos 1400 millones de euros e involucró a más de 500 científicos, tuvo como uno de sus puntos más espectaculares al aterrizaje del robot-laboratorio Philae sobre el cometa en noviembre de 2014. “Nadie había aterrizado hasta ahora en un cometa como lo hicimos hace casi dos años –destacó Miró–. Científicamente hay una gran cantidad de datos que van a ayudar a entender cómo se ha formado el Sistema Solar”.
Equipado con una decena de agudos instrumentos de observación científica, Philae viajó como pasajero de la Rosetta durante 10 años antes de aterrizar, aunque sólo logró trabajar durante 60 horas debido a que el lugar en donde quedó ubicado sobre el cometa carecía de la luz solar suficiente para cargar sus baterías.
El trayecto de Rosetta no fue sencillo hasta lograr acercarse al cometa para depositar a Philae. Durante los primeros años en el espacio, con motivo de aumentar su propulsión, la sonda utilizó los campos gravitacionales de la Tierra y de Marte. Se acercó a la primera en 2005 y 2009 y al planeta rojo en 2007. En 2010 sobrevoló al asteroide denominado Lutetia, situado entre las órbitas de Marte y Júpiter, sobre el que obtuvo más de 400 imágenes inéditas.
Al año siguiendo, Rosetta ya se encontraba a 800 millones de kilómetros del Sol. Fue entonces cuando se la colocó en “coma artificial”, una hibernación que duró 957 días con el objetivo de ahorrar energía. En enero de 201,4 la sonda despertó para retomar su trayecto hacia el cometa, al que finalmente alcanzó en agosto de ese mismo año. Allí se colocó en su órbita para escoltarlo en su periplo hacia el Sol.
Una vez aterrizado Philae en el cometa, la ESA decidió, en junio de 2015, prolongar la misión de Rosetta por nueve meses más. Cuando en agosto del mismo año el cometa 67P alcanzó el punto de su órbita más cercano al Sol, a 186 millones de kilómetros, la sonda se encontraba en una posición inmejorable para registrar los chorros de gas y el polvo que proyectaba el cometa.
Utilizó sus últimas reservas de energía para acumular la mayor cantidad posible de imágenes y datos científicos, hasta que perdió toda su potencia, razón por la cual la ESA decidió dar por concluida la misión. Utilizó la última propulsión para estrellarla contra el cometa que acompañó durante más de dos años. “Desde el punto de vista tecnológico ha habido varios logros. Hemos tenido un satélite muy robusto en órbita durante 12 años en un entorno muy agresivo y ha funcionado perfectamente”, reflexionó Miró una vez concluida la odisea de la sonda.
Luego de recorrer más de 7900 millones de kilómetros, Rosetta recogió datos que según los expertos de la ESA mantendrán ocupados a los científicos “durante décadas”. La información analizada hasta el momento ya revela novedades absolutamente inesperadas, como la composición del cometa: se esperaba encontrar moléculas sencillas, pero ahora se sabe que está formado por moléculas orgánicas muy complejas con carbono e hidrógeno, los elementos básicos que pueden llevar a la emergencia de la vida.
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