3 de noviembre de 2016

El viejo truco de la soja paraguaya

El Gobierno restableció la compra de soja para procesar en el país. Es un régimen que el kirchnerismo derogó en 2009 por la sospecha de que las cerealeras lo utilizaban para eludir el pago de retenciones.
Las cerealeras declararon importaciones en lo que va del año por 675 mil toneladas de soja de forma temporaria desde Paraguay, Uruguay y Bolivia por un valor de 250 millones de dólares y se espera que el año que viene las operaciones sean de entre 2 y 3 millones de toneladas. El mecanismo consiste en comprar los porotos en los países vecinos para procesarlos en las plantas locales y luego exportar harina y aceite de soja. En ese tránsito no se aplican las retenciones. La importación temporaria había sido prohibida por el gobierno anterior, que sospechaba que las empresas declaraban soja local como importada y así embolsaban las retenciones. La administración de Mauricio Macri, junto con la baja de retenciones y la eliminación de mecanismos de control sobre la exportación, volvió a poner en vigencia esa posibilidad. Desde las empresas destacan que les permite mejorar la utilización de las plantas y que la soja paraguaya aumenta la calidad de la harina.
Junto con el paquete de medidas que eliminó las retenciones al agro y las redujo para la soja, se desecharon los permisos de exportación, que el gobierno anterior utilizaba como forma de regulación de la oferta local de cereales. Además, se flexibilizó el mecanismo de importación temporaria de soja. Las beneficiarias de esa decisión fueron las empresas cerealeras ubicadas a orillas del río Paraná, que importan soja para incrementar la utilización de sus plantas de procesamiento en donde producen harina y aceite de soja. “Corresponde tomar las medidas que permitan impulsar la actividad agroindustrial y la generación de valor agregado en el territorio nacional, así como la plena ocupación de la capacidad industrial instalada”, indicó la norma.
Las empresas celebraron en su momento la medida argumentando que les permite ser más eficientes ya que el procesamiento de soja importada reduce su dependencia del ciclo de la producción. Además, advierten que la soja paraguaya, por una cuestión climática, tiene mejor calidad proteica que la argentina, de modo que la harina mezcla resultante tiene más posibilidades de inserción en el mercado mundial.
La implementación de la medida comenzó en febrero. A partir de allí, las empresas cerealeras importaron 675 mil toneladas de soja, de las cuales 615 mil provinieron de Paraguay, 40 mil de Uruguay y 19 mil de Bolivia. Los meses de mayor ingreso fueron marzo, abril y mayo, con 114, 136 y 129 mil toneladas de poroto de soja importados. En valores, son en total importaciones por 252 millones de dólares.
El régimen de importación temporaria de soja fue inaugurado en 2004 por el gobierno de Néstor Kirchner, pero desde 2009 fue interrumpido. Una de las razones que interponía el gobierno anterior era la dificultad para fiscalizar las operaciones. Por un lado, las empresas pagan retenciones del 27 por ciento al aceite y la harina de soja en función de lo que ellas mismas declaran haber obtenido del poroto de soja, habiendo coeficientes técnicos que apenas sirven de guía al Estado. Pero además, los puertos a través de los cuales se cargan los barcos son de las propias cerealeras. Es un sistema portuario integrado a la producción. En esas instalaciones, los funcionarios de Aduana tienen participación pero muchas veces cumplen un rol secundario.
Entonces, el riesgo es que las empresas sobredeclaren producción derivada de la importación temporaria (o sea, que digan haber importado el poroto cuando en realidad lo adquirieron localmente) para quedarse con el diferencial de precios de las retenciones que cargan al sector de la producción nacional. “Ni siquiera se sabe con exactitud cuánto se exporta, es un sector bastante opaco”, indicó a este diario Martín Burgos, investigador del área del Centro Cultural de la Cooperación (CCC). Se espera que el año que viene el ingreso de soja importada crezca hasta un total de 2 a 3 millones de toneladas, que representa una parte muy menor de la cosecha nacional aunque los montos que maneja el sector sean siempre abultados.
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Si , importamos soja, esta claro que no la necesitamos, los sojeros necesitan tierras y en Paraguay la consiguen, luego la importan a la Argentina y sale por el puerto de Rosario al exterior, sigue el negocio.

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