3 de enero de 2017

Mirar finito
El Presupuesto 2017 tiene una partida en el rubro gastos tributarios por 7511,4 millones de pesos, equivalente al 0,08 por ciento del PIB, correspondiente a la devolución parcial del IVA en las compras con tarjetas de débito. El gobierno decidió eliminar ese beneficio que alentaba el consumo, la formalización de las transacciones comerciales y la bancarización. Antes fue modificado por ley en sesiones extraordinarias el Impuesto a las Ganancias para los trabajadores en relación de dependencia. Dos medidas tributarias que alteraron el Presupuesto que el oficialismo presentó como “esta vez sí esta basado en la verdad”. No sólo las proyecciones macroeconómicas de inflación y crecimiento planteadas en el Presupuesto ya son una ficción, según coinciden economistas cercanos al macrismo, sino que también fue modificado el cuadro de ingresos y gastos tributarios apenas comenzado el nuevo año. Así el Presupuesto de “la verdad” se ha convertido en otro dibujo.
La descoordinación y fragmentación de la gestión económica al desaparecer del gabinete el ministro de Economía tuvo otro capítulo con esa medida regresiva: hace menos de un mes el BCRA promocionaba en su cuenta de twitter: “Al pagar con tarjeta de débito tenés una devolución del 5% del IVA, en compras menores a $1000.#Bancarización”. El Banco Central por un lado, Hacienda por otro exhibe esta peculiar administración de la cuestión económica del presidente Macri. El titular de la AFIP, Alberto Abad, aclaró que él no fue consultado para tomar esa medida. Otro aporte al “trabajo en equipo” que publicita el vicejefe de gabinete Mario Quintana.   
El economista Ariel Setton enumeró tres ventajas que el gobierno decidió anular al inaugurar el año con el sello del ajuste fiscal: 
  1. El reintegro del IVA alentaba la formalización de las operaciones comerciales con el consiguiente incremento de la recaudación. 
  2. Los comercios pagaban menos comisiones a los bancos por la preferencia del consumidor de usar la tarjeta de débito por sobre la de crédito (1,5 vs. 3,0 por ciento). 
  3. El consumidor pagaba menos del total de su venta. Señala además que el riesgo de un aumento de las operaciones no registradas derivará en una menor recaudación por IVA y Ganancias. 
El objetivo oficial de ajustar las cuentas públicas para disminuir el déficit fiscal corre el riesgo de neutralizarse por la pérdida de recaudación por el aumento del negreo de las ventas. 
Es una medida que deteriora el ingreso disponible de la población afectando el consumo global, variable clave para la aspiración oficial de que arranque la economía. El flamante secretario de Hacienda con categoría de ministro, Nicolás Dujovne, empezó así a cumplir con su promesa de mirar más finito el gasto público. La lupa se detuvo en un renglón de las cuentas públicas que beneficiaba a muchos. En el mismo día que se eliminó la devolución parcial del IVA el macrismo respetó la esencia de para quien gobierna: publicó en el Boletín Oficial el esquema de reducción mensual de las retenciones a las exportaciones del poroto, harina y aceita de soja a partir de 2018. Sin esas medidas la alianza macrismo-radicalismo no sería lo que es. Ajuste para muchos y transferencia de ingresos para pocos.
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