El Ministerio de Comunicaciones autorizó ayer al satélite español Hispasat 30W-5 a operar en el país. PáginaI12 había denunciado el 30 de septiembre que ese aparato estaba brindando servicios de manera ilegal. El titular de Arsat, Rodrigo de Loredo, incluso reconoció a este diario en diciembre que había presentado un pedido al ministerio para que evalúe esa situación porque significaba una competencia desleal para Arsat-2. En lugar de sancionar a la firma española, el Ejecutivo finalmente decidió darle luz verde para que siga ofreciendo los mismos servicios que hasta ahora pero de manera legal. Fuentes del Gobierno afirmaron ayer a este diario que se decidió autorizarlos porque ya se vendió toda la capacidad de Arsat-2, aunque no dieron mayores detalles. De este modo, son nueve los satélites extranjeros habilitados en el último año. 
Hasta fines del año pasado, Hispasat tenía sólo dos satélites autorizados en Argentina: Hispasat 1C en la posición orbital 30º Oeste y Amazonas 1 en 61º Oeste. El Hispasat 1C había sido habilitado en 2001 por la secretaría de Comunicaciones, pero lo corrieron a la posición 84º y en su lugar los españoles ubicaron los satélites Hispasat 30W-4 (Ex Hispasat 1D) e Hispasat 30W-5 (Ex Hispasat 1E) pese a no contar con autorización oficial. 
PáginaI12 denunció que el Hispasat 30W-5 le estaba brindando servicio de transporte de señales de video a Cadena 3, Teleocho Córdoba, Canal 8 de Mar del Plata, Canal 11 de Salta, Telemóvil 5 de Corrientes, Canal 9 de Salta, Radio Patagonia 780 AM, Radio Cooperativa AM 740 y Turismo Visión Argentina. A su vez, se informó que comercializaba servicios de datos ilegalmente. Todas estas operaciones afectaban de modo directo al satélite argentino Arsat 2, el cual brinda las mismas prestaciones. De hecho, el propio De Loredo se quejó por esa situación ante este diario en diciembre. “Presentamos un pedido al ministerio para que evalúe la situación de la empresa Hispasat, que a nuestro juicio está brindando servicios satelitales de manera clandestina y por lo tanto compitiendo con Arsat de manera desleal”, sostuvo.
–¿Hubo alguna respuesta del ministerio? –le preguntó entonces PáginaI12.
–Creo que han sido notificados tanto Hispasat como los clientes de esa empresa.
–Desde Hispasat dicen que habían presentado oportunamente el pedido de autorización para renovar su satélite, pero nunca se les aprobó.
–Puede ser, pero si vos presentás un pedido ante el Banco Central para que te autoricen a operar como entidad financiera y hay una demora, ¿te ponés una cueva? No me parece un buen argumento.
Otro de los satélites de Hispasat en el país es Amazonas 1, habilitado en 2006 en la posición 61 Oeste, aunque el aparato fue desplazado en 2014 a la posición 55º Oeste. Ahora se llama Hispasat 55W-1. En su lugar, los españoles ubicaron los satélites Amazonas 3 y Amazonas 4. Amazonas 3, lanzado el 7 de febrero de 2013, permite brindar banda ancha directa al hogar en banda Ka, como lo tendría que hacer Arsat-3 si en algún momento se decide avanzar con su construcción. Por ahora, ni el Amazonas 3 ni el Amazonas 4 fueron autorizados a operar en el país.
La decisión de no sancionar a Hispasat por brindar servicio de manera ilegal y habilitar el satélite cuestionado, junto con el 30W-4 aprobado en febrero, no sorprendió en el sector porque los españoles tienen vínculos estrechos con el gobierno. Hugo Miguel, subsecretario de Planeamiento de la secretaria de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, fue hasta 2015 director de tecnología de Tesacom, empresa de soluciones satelitales asociada a grandes jugadores extranjeros como la propia Hispasat. Además, Eduardo Tallarico, representante legal de la firma en Argentina, es asesor del Ministerio de Comunicaciones.
PáginaI12 reveló el 12 de septiembre del año pasado que Hispasat está aprovechando sus contactos para promover la desregulación del sector satelital. La firma española elaboró un paper, titulado “Impacto de un enfoque de cielos abiertos en la competitividad del mercado de las telecomunicaciones y la inclusión digital”, donde detalla las supuestas ventajas de avanzar en esa dirección. “La tendencia de gran parte de las agencias regulatorias hacia la aplicación del principio `menos es más`, abre el camino a la imposición de menores requisitos reglamentarios a cambio de un mayor acceso a las comunicaciones esenciales, perfilándose la implementación de una política de cielos abiertos, como un mecanismo clave para mejorar la competencia del mercado”, señala el texto.