24 de junio de 2018

El plan de Larreta para eliminar cuatro hospitales en la Ciudad por un negocio inmobiliario

El Gobierno porteño buscar trasladar los hospitales Marie Curie, Ferrer, IREP y Udaondo al Muñíz.
El Gobierno de la Ciudad de Horacio Rodríguez Larreta busca avanzar en un importante recorte en la salud pública bajo el nombre de Complejo Hospitalario Sur. La idea del Ministerio de Salud porteño es cerrar cuatro hospitales especializados y trasladarlos al Hospital Muñiz con el supuesto objetivo de modernizar las instalaciones de estos centros de salud. La realidad es que las camas previstas son menos de las que reúnen los cincos hospitales, la atención se vería reducida, se pondría en riesgo la salud de los pacientes y el objetivo real es vender los terrenos donde se encuentran los hospitales para un negocio inmobiliario.
Los centros de salud que pasarán a formar el “5x1” son el Ferrer, de enfermedades respiratorias, el Udaondo, de gastroenterología, el Marie Curie, de oncología, y el IREP, de rehabilitación psicofísica.
Trabajadores de la salud autoconvocados, pacientes y organizaciones gremiales están en alerta y movilización por el proyecto que piensa llevar adelante Cambiemos en la Ciudad de Buenos Aires. A través de reuniones cerradas con los directores de los hospitales y con legisladores porteños, el Gobierno comenzó a buscar el consenso necesario para concretar un plan sanitario que carece de lógica.
Al respecto, la comunidad hospitalaria denuncia que la aparente modernización resultaría inviable y expondría a los pacientes a un riesgo para su salud, ya que inmunodeprimidos estarían expuestos ante infecciones intrahospitalarias.
Protesta frente al Hospital Muñiz.

Detalles y críticas al 5x1

A través de un PowerPoint, el Gobierno porteño difundió su plan para construir el Complejo Hospitalario Sur, en el cual plantea demoler los pabellones del Muñiz de servicios centrales como Laboratorio, Farmacia y Ambulatorio, entre otros, para construir tres nuevos pabellones para el funcionamiento del Udaondo y el Ferrer. Se estima que construirán 50 mil m2 y 10 mil m2 de remodelación y mejoras.
Además, tienen previsto eliminar 200 camas de las 350 que tiene el Muñiz, por lo cual solo quedarían 150 en ese centro de salud. Se prevé construir 350 nuevas camas (250 generales + 100 críticas), lo que hace un total de 500 para todo el Complejo. No obstante, ese número se queda corto ya que los cinco centros suman más de 600 y a veces no dan abasto para atender la demanda que tienen.
Dentro de las especifiaciones, el proyecto plantea que el centro hospitalario contará con solo 250 camas generales solo de adultos sin diferenciación por especialidades y se prevé que se elija un director hospitalario y 5 directores generales.
Al respecto, la médica infectóloga del Muñiz e integrantes de la Asamblea Médicos Autoconvocados, Gabriela Piovano, advirtió a El Destape que “el planteo de cerrar cinco hospitales y armar un mega instituto lo que provoca que los centros de salud pierdan la categoría de hospital y solo quede reducido a instituto”. Indicó, además, que dentro del proyecto se prevé eliminar “las guardias externas a demandas espontáneas y solo se podrá atender a través de derivaciones”.
“Va haber una pérdida de la salud pública porque quieren concentrar en un mismo punto cinco hospitales especializados y no está hecho ni el impacto ambiental”, cuestionó la médica del Muñiz.
Bajo la misma línea, su compañera María Fernanda Islas sostuvo que desde el Ministerio de Salud “no hay un plan médico que explique porqué de juntar los hospitales” y remarcó que el Muñiz, en particular, “necesita una remodelación porque el edificio es viejo, más cantidad de personal médico y de enfermería para internación porque no a basto” pero no que se muevan cuatro hospitales al terreno de Parque Patricios.
Desde el Instituto de Rehabilitación Psicofísica la situación tampoco es la mejor. La psicopedagoga y miembro de la Asamblea de Autoconvocados del hospital, Liliana Bidegain, señaló que ante cualquier reclamo para arreglar o pintar alguna parte del edificio “la respuesta es que no hay presupuesto, los insumos desde hace varios años que vienen decayendo”. Recordó que le IREP “es un monovalente que brinda atención a personas con discapacidad neuromotora” por lo cual buscar que el Instituto forme parte de un hospital general “provocaría que la especificidad que tiene la pierda”.
“No tiene ninguna lógica sanitaria lo que plantean respecto a nuestra inclusión”, subrayó la profesional.

Financiamiento y negocio inmobiliario

Otro punto de conflicto de este colosal proyecto es cómo lo financiarà el Gobierno de la Ciudad y aquí se encienden las alarmas de lo que esconde el Complejo Hospitalario Sur. En una comunicación con El Destape, el legislador porteño de Unidad Ciudadana Javier Andrade apuntó sobre el cambio de postura del Ministerio de Salud de una reunión a la otra de pasar a “estar trabajando para llevar adelante el tema a que era una idea que no la habían analizado con detenimiento” y la sinceridad de que no sabían cómo iba a financiarse la obra.
En el primer PowerPoint que hizo circular la cartera de Salud se especificaba que se gastaría 140 millones de dólares de obra y 20 millones de equipamiento, lo que hace un total de 160 millones de dólares. Para financiarlo, el Gobierno de la Ciudad había previsto recuperar de la venta de los terrenos de los hospitales 123,7 millones de dólares. El dato curioso es que esa cifra la calculó la empresa L.J Ramos Brokes inmobiliarios.
Otro punto de financiamiento prevista por el Gobierno de la Ciudad era la Participación Público Privada (PPP), lo cual profundiza la preocupación entre los médicos de los hospitales por lo que vaya a suceder con su fuente de trabajo. Dentro de las desventajas que se contemplaron en el archivo, se indicó el “marco regulatorio poco probado y con propia inexperiencia y las dificultades gremiales crecientes que amplían los riesgos legales”.
No obstante, en el segundo Power Point que circuló por parte del Ministerio, el apartado sobre el financiamiento no figura.
“Las zonas donde se ubican los hospitales como Belgrano, Caballito, Parque Patricio son más que ponderadas por el mercado inmobiliario. Si tenemos como antecedente que el Gobierno de Larreta bajó el presupuesto en Salud, que solo el 20% de los porteños se atienden en hospitales públicos de la Ciudada; no es una prioridad la salud pública y no vemos más que un negocio inmobiliario”, subrayó Andrade.
Mientras tanto, a la Legislatura ya concurrió el vicejefe Diego Santilli quien defendió la idea del Gobierno de Cambiemos el martes pasado 19 de junio y solo se limitó a decir que “un hospital era mejor que cinco”, según indicó el legislador por el FIT, Patricio Del Corro.
“El funcionario dice esto cuando el Hospital de Lugano no está finalizado y vemos que unificar cinco hospitales que tiene cada uno una especialidad distinta, es atentar contra la calidad de los servicios que brindan”, advirtió el legislador.

La respuesta oficial

Frente a las fuertes críticas de legisladores y médicos, desde el Ministerio de Salud confirmaron a este medio que el proyecto se encuentra en conversación “con los directores, los jefes de servicio y las filiales gremiales” y aclararon que “tiene que ver con evaluar la construcción de un lugar para que el personal trabaje con las comodidades necesarias, las nuevas tecnologías y los resultados que se esperan de los centros de salud con la medicina moderna”.
Se escudaron para justificar el traslado de 4 hospitales de que “la actual estructura edilicia de los mismos dificulta la instalación de tecnología nueva y la agilización de los procesos médicos” e indicaron que el objetivo “es ofrecerles a los pacientes una internación de cuidados progresivos, en habitaciones individuales, con capacidad de aislamiento para una atención segura”.
Además, señalaron que el proyecto “necesita la aprobación de la Jefatura de Gobierno” pero no aclararon si será discutido por la Legislatura porteña. Y garantizaron “los puestos de trabajadores y las vacantes aseguradas” para los médicos.
No obstante, al consultarles sobre la financiación del Complejo, desde el área que conduce Ana María Bou Pérez se llamaron a silencio.
El Destape

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