24 de febrero de 2022

 

El acuerdo con el FMI tensa relaciones en Cambiemos: las razones del enojo PRO con la Coalición Cívica

Los lilitos presentaron un proyecto para que el Gobierno pueda acordar con el Fondo sin pasar por el Congreso y el macrismo se mostró mayoritariamente molesto por la pérdida de la estrategia parlamentaria y un "regalo" de votos positivos. Necesidad de ganar protagonismo y de obtener explicaciones, dos conceptos que suenan fuerte.

Carla Pelliza

El acuerdo con el Fondo Monetario Internacional volvió a tensar las relaciones internas de Juntos por el Cambio. La presentación de un proyecto, por parte de la Coalición Cívica (CC), para que el pacto pueda sellarse sin pasar por el Congreso no fue bien recibida por el PRO que, reunión de bloque mediante, mostró un rechazo y molestia mayoritaria con la jugada del bando de Elisa Carrió porque, analizaron, le entregó 11 votos al oficialismo y le quitó cualquier capacidad de negociación a la alianza opositora, una carta que iban a poner sobre la mesa llegado el momento. Si bien la recepción no fue la misma en todos los espacios del interbloque, ya que el radicalismo oficial le bajó el tono y el disidente se amparó en respetar un mandato constitucional, probablemente haya un pedido de explicaciones en la próxima mesa nacional de la coalición.

El bloque que conduce Cristian Ritondo se reunió este miércoles a las 17, un encuentro ya pautado y no convocado de emergencia ante la actitud de la Coalición Cívica. El intercambio de posiciones arrojó un resultado mayoritario en contra del proyecto de ley, de forma transversal. No es que hubo enojo del sector combativo o del ala más dialoguista, lo hubo en áreas de todos los gustos y colores por una cuestión tan simple como compleja, la estrategia parlamentaria plasmada en un acuerdo de la mesa nacional, firmado también por los lilitos, de esperar el ingreso del proyecto para debatirlo en el Congreso, no para obviar su tratamiento en el recinto. 

La CC expresó en el texto, como argumento central, la necesidad de evitar la caída en default y su consiguiente crisis financiera y económica, algo que también comparten dirigentes de otros espacios. Sin embargo, en este caso se "cortó sola" y los motivos son desconocidos para sus aliados. Desde el PRO se especuló con cierta necesidad de protagonismo que no llegará al extremo de la ruptura de la alianza, aunque algún dirigente lo haya deslizado. Sí implicará algún tipo de explicaciones ante la mesa nacional. La movida, más allá de lo parlamentario, fue adjudicada directamente a esferas más altas, a Elisa Carrió.

Otra explicación posible, además de la postura moderada y de facilitación adoptada desde el inicio, cuando se conoció el acuerdo, puede ser la de una suerte de venganza por el antecedente Presupuesto. En diciembre, la CC quiso abstenerse para facilitar la aprobación de la ley de leyes pero, por presiones internas, cedió y se plegó al voto negativo del resto. Acá, con este proyecto, la que marcó las condiciones fue la Coalición Cívica al avanzar en soledad. La iniciativa fue comunicada a los miembros de la alianza poco antes de su difusión mediática, más un aviso que una consulta, luego de una reunión de la mesa nacional del partido donde se charló la situación del país, de los distritos y el trabajo del espacio. El texto estaba siendo trabajado pero se comentó a los aliados después de ese encuentro.

Con esta jugada, interpretaron desde el macrismo, Juntos por el Cambio pierde estrategia y capacidad de negociación porque la Coalición Cívica ya le dio once votos al oficialismo y las chances de quedar bien parados, como coalición, ante el público y sus votantes se achicó. Dentro de las opciones barajadas previamente, estaban la posibilidad de obligar al Frente de Todos a pedir la "ayuda" opositora en caso de necesitar números para el quórum, o incluso de hacer algún pacto en caso de falta de votos para aprobar el acuerdo. Esas posibilidades quedaron disminuidas, se entendió, con la presentación de este proyecto que podría llevarlos a una ecuación de doble pérdida: por un lado, por la colaboración - el quórum y la abstención entran dentro de esa "facilitación", algo muy distinto a un acompañamiento en positivo - y por otro lado por los "ataques" del Gobierno que, con razón, acusa a Cambiemos de haber generado una deuda impagable.

Ahora, el PRO deberá definir su postura como partido y como bloque. Probablemente con la instalación de una agenda con temas prioritarios que puedan mostrarle al electorado propio para intentar salir de la encerrona, pero aún no se generó acuerdo sobre el sentido del voto, algo que deberá esperar al ingreso del pacto al Congreso.

Por el lado del radicalismo la cuestión estuvo más tranquila. Mario Negri interpretó que la intención de la Coalición Cívica es darle al Gobierno un instrumento para salir de una "crisis política" interna y votar el acuerdo con el Fondo. Sin embargo, entendió inminente el ingreso del pacto al Congreso, algo mucho más urgente que la iniciativa de los lilitos. Traducido, no cree que vaya a prosperar y quedará sólo en una expresión de buenas intenciones. El sector de la UCR disidente, sin embargo, mostró sus reparos ante esta situación. El diputado Alejandro Cacace, de Evolución, le dijo a El Destape que "la constitución establece que corresponde al Congreso arreglar el pago de la deuda interior y exterior de la Nación" y que "no puede el cumplimiento de la Constitución estar sujeto a la coyuntura política". Algo que no sucedió durante la gestión de Cambiemos.

El texto de la Coalición Cívica no planteó una derogación de la ley que obliga a que la toma de deuda pase por el Congreso sino que autoriza al Ejecutivo, en este caso, a cerrar un acuerdo con el FMI firmado en 2018. No faltó quien recordara la propuesta mediática de Patricia Bullrich en ese sentido, aunque un poco más al extremo, de derogar la normativa sancionada recientemente. Una postura que todavía mantiene.

El Destape


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