El gobierno de Milei y el colapso del carem-25: la desinversión que aumenta el desempleo y la crisis
El cierre del proyecto Carem-25, una iniciativa de energía nuclear 100% argentina, trae consigo la pérdida de 250 empleos y un alarmante impacto en la soberanía energética del país. Julio González, Secretario General de UOCRA Zárate, denuncia la gestión del gobierno y promete resistencia
- El reciente anuncio del gobierno de Javier Milei sobre la paralización del proyecto Carem-25 ha desatado una ola de críticas y protestas. Con la desvinculación de 250 trabajadores de un total de 600, la decisión del gobierno plantea serios interrogantes sobre la visión y las prioridades de la actual administración en materia de energía y empleo. Julio González, líder sindical, ofrece un panorama detallado de las consecuencias y del futuro incierto del proyecto.
El Carem-25, un ambicioso proyecto de reactor modular nuclear concebido y ejecutado íntegramente en Argentina, se encuentra en una encrucijada crítica. Anunciado como un hito en la soberanía energética y en la posición global del país en materia de tecnología nuclear, el proyecto enfrenta ahora una paralización abrupta tras la reciente decisión del gobierno de Javier Milei de desinvertir en la iniciativa.
En una entrevista exclusiva, Julio González, Secretario General de UOCRA Zárate, expone la gravedad de la situación. "El Carem-25 es un proyecto netamente argentino, desarrollado en Lima y una pieza clave para la energía de vanguardia en Argentina. Hoy, el gobierno ha decidido paralizar el proyecto, lo que ha resultado en el despido de 250 compañeros", señala González. La magnitud del recorte es evidente, especialmente considerando que el proyecto empleaba a aproximadamente 600 trabajadores antes del anuncio. La desinversión y los despidos son sólo la punta del iceberg de un problema mayor que afecta la infraestructura energética del país.
González también aclara la situación actual con respecto a la operación del proyecto. "Con la mitad de la gente que teníamos, el proyecto no puede seguir funcionando", afirma. La reducción de personal y la paralización amenazan con un estancamiento total del proyecto, lo que podría tener repercusiones devastadoras no solo para los empleados sino también para la capacidad del país de mantener y expandir su independencia energética.
La reacción del gobierno ha sido ambigua. Según González, la administración ha argumentado que el proyecto "entra en etapa crítica" y que se necesita una "reeducación de ingeniería". Sin embargo, el líder sindical no se muestra convencido. "Es una decisión criminal. En los últimos nueve meses, hemos visto cómo este gobierno ha parado proyectos estratégicos y desinversión que han dejado a más de 160.000 compañeros sin trabajo en todo el país", denuncia González.
La decisión de desinvertir en el Carem-25 no es un caso aislado, sino que forma parte de una serie de medidas que, según los críticos, están desmantelando la infraestructura energética y el tejido laboral del país. En un contexto en el que el gobierno de Milei se ha centrado en la reducción de gastos y en la privatización de sectores estratégicos, las consecuencias de estas políticas empiezan a hacerse sentir en el terreno.
Las medidas de protesta no se han hecho esperar. Los trabajadores y sindicatos han organizado manifestaciones para expresar su descontento y reclamar una revisión de las decisiones gubernamentales. "Ayer estuvimos manifestándonos en la Ruta 9, y hoy realizaremos una gran columna hacia la rotonda de Zárate. No nos vamos a resignar", asegura González. La movilización busca visibilizar el problema y presionar al gobierno para que revierta su decisión y reanude el proyecto.
El Carem-25 no solo es significativo por su potencial para el desarrollo energético de Argentina, sino también por el impacto que su paralización tiene en la vida de miles de trabajadores y en la economía local. El proyecto, que prometía ser un baluarte de la soberanía energética argentina, ahora se encuentra en peligro, y con él, las esperanzas de un futuro energético más independiente.
La crisis del Carem-25 refleja una tendencia más amplia bajo la administración de Milei, donde la prioridad parece estar en la reducción de costos y en la privatización, a expensas de proyectos estratégicos y del bienestar de los trabajadores. Esta situación no solo pone en riesgo el avance en el sector energético, sino que también plantea serias dudas sobre el compromiso del gobierno
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