12 de septiembre de 2024

"Esto termina con una gran devaluación y el crack financiero de la Argentina"

Con el respaldo del capital financiero y figuras como Luis Caputo al mando de las finanzas, la administración de Javier Milei no solo ha incrementado la deuda pública, sino que ha sumido al país en un entramado de mentiras económicas que ocultan la realidad detrás de la fachada de su gestión. Argentina se enfrenta a una crisis inminente que podría culminar en una gran devaluación y un estallido económico irreversible.



El gobierno de Javier Milei ha sido vendido como la solución a los males económicos de Argentina, pero la verdad, según declaraciones de expertos como el economista Horacio Rovelli, es que estamos siendo testigos de una monumental mentira. Rovelli, en una entrevista reciente en AM530 con Víctor Mastrangelo, no tuvo reparos en calificar el gobierno de Milei como una farsa absoluta, diseñada para complacer a los grandes grupos económicos que controlan las decisiones más importantes del país. Desde que asumió, este gobierno ha duplicado la deuda pública, sin claridad alguna sobre en qué se ha gastado ese dinero. Lo más alarmante es que el gobierno sigue adelante con medidas que benefician al capital financiero, mientras el resto de la población sufre las consecuencias.

Cuando Cristina Fernández de Kirchner dejó el poder en 2015, Argentina no tenía deudas con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y los organismos públicos contaban con una "excelente caja", en palabras de Rovelli. El país estaba desendeudado y en una situación económica mucho más estable que la actual. Pero la llegada de Mauricio Macri al poder cambió el rumbo económico, y tanto el gobierno de Macri como el de Alberto Fernández incrementaron la deuda de forma sustancial, comprometiendo las finanzas de Argentina. Ahora, bajo la gestión de Milei, la deuda ha alcanzado niveles alarmantes, y nadie sabe a ciencia cierta en qué se ha invertido ese dinero.

 

 

Uno de los puntos más preocupantes es la influencia del capital financiero en la toma de decisiones del gobierno. Rovelli señaló que figuras clave del equipo económico de Milei, como Luis "Toto" Caputo, están directamente vinculadas a los intereses del capital financiero global, y responden a esos intereses antes que a los del pueblo argentino. "Caputo y los que manejan la casa son los que responden al capital financiero", dijo Rovelli, dejando claro que el futuro económico del país está en manos de un pequeño grupo de actores que priorizan sus ganancias por encima del bienestar de la población. Para poner esto en contexto, Rovelli destacó la enorme influencia de fondos como BlackRock, que si fuera un país, tendría el tercer Producto Bruto Interno (PBI) más grande del mundo.

La concentración del capital financiero en Argentina está alcanzando niveles sin precedentes, y el gobierno de Milei parece ser cómplice de esta tendencia. Bajo una retórica libertaria que promete libertad económica y menos intervención del Estado, lo que realmente está ocurriendo es que los grandes grupos financieros están consolidando su poder sobre los recursos del país, mientras que la deuda sigue aumentando y los beneficios para la mayoría de los argentinos no llegan. Es más, según Rovelli, los que manejan las "cajas" del gobierno tienen como principales clientes a estos grandes grupos económicos, lo que significa que las decisiones más importantes se toman en función de lo que les conviene a ellos, no a la ciudadanía.

Este gobierno, con su retórica libertaria y su insistencia en la desregulación, está preparando el terreno para una crisis aún mayor. "Esto termina con una gran devaluación y el crack de la Argentina", advirtió Rovelli, un pronóstico que suena cada vez más posible a medida que el gobierno sigue acumulando deuda y los grandes grupos financieros consolidan su control sobre la economía. En lugar de aplicar políticas que promuevan el desarrollo económico sostenible y equitativo, Milei parece estar conduciendo al país hacia una catástrofe financiera, mientras las élites del capital financiero se enriquecen aún más.

Las declaraciones de Rovelli también revelan la falta de transparencia en el manejo de la deuda. "Este gobierno duplicó la deuda y no sabemos en qué la gastaron", afirmó. Este es uno de los aspectos más graves de la situación actual: no solo estamos hablando de una deuda que compromete el futuro de las próximas generaciones, sino de una deuda cuyo destino es un misterio. El gobierno no ha ofrecido explicaciones claras sobre en qué se ha utilizado este dinero, lo que sugiere que está siendo utilizado para fortalecer los intereses del capital financiero, en lugar de invertir en áreas críticas como la salud, la educación o la infraestructura.

Es innegable que el capital financiero tiene una injerencia cada vez mayor en las decisiones políticas y económicas de Argentina. Según Rovelli, este fenómeno no es nuevo, pero ha alcanzado su punto álgido bajo el gobierno de Milei. Mientras los grandes fondos y grupos financieros siguen acumulando poder, el gobierno de Milei se convierte en su cómplice, adoptando medidas que favorecen a estos actores en detrimento del resto de la sociedad. Esta dinámica es peligrosa no solo porque aumenta la desigualdad, sino porque pone en riesgo la estabilidad económica del país a largo plazo.

La imagen pública de Javier Milei como un outsider libertario, que viene a combatir el "establishment" y a liberar la economía de las garras del Estado, es una completa falacia. "Todo el gobierno de Milei es una mentira", sentenció Rovelli, subrayando que lo que en realidad está ocurriendo es que las decisiones más importantes están siendo tomadas por aquellos que tienen intereses en el capital financiero. En lugar de combatir al establishment, Milei se ha convertido en su principal defensor, permitiendo que los grandes grupos económicos continúen dominando la economía argentina.

La crisis económica que enfrenta Argentina no es solo una cuestión de mala gestión o de políticas mal diseñadas; es el resultado de un gobierno que ha optado por entregar las riendas de la economía al capital financiero, sacrificando el bienestar de la población en el proceso. Si no se toman medidas para revertir esta tendencia, el país podría enfrentarse a una crisis financiera de proporciones catastróficas, con una devaluación masiva y un estallido económico que afectará a todos los argentinos, excepto a los pocos privilegiados que se benefician de este sistema.

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