Exigen la expulsión de diputados que respaldaron el Veto a la Movilidad Jubilatoria
Un Llamado a la Limpieza Interna: La Juventud Radical Denuncia la Traición de Dirigentes que Cambiaron su Voto en el Congreso
El presidente de la Juventud Radical porteña, Agustín Rombolá, lanza un duro ataque contra los diputados de su partido que votaron a favor del veto presidencial a la movilidad jubilatoria, cuestionando su moralidad y pidiendo su expulsión inmediata del partido.**
La reciente controversia en torno al veto presidencial a la movilidad jubilatoria ha generado una profunda crisis dentro de la Unión Cívica Radical (UCR). Agustín Rombolá, presidente de la Juventud Radical porteña, ha encendido una polémica en el seno del partido al exigir la expulsión de los diputados que, en una maniobra sorpresiva, cambiaron su voto a favor del veto después de haber respaldado inicialmente el proyecto. En una entrevista exclusiva en Radio 10, Rombolá desató una ofensiva tanto política como moral contra estos dirigentes, subrayando las implicaciones éticas y políticas de sus decisiones.
Rombolá no ha escatimado críticas hacia Pedro Alimbert, quien, según él, ha demostrado una conducta moralmente cuestionable al reducir su banca en el Congreso para asumir un cargo en el Ente Nacional de Salto Grande con un sueldo de 8 mil dólares. Según el presidente de la Juventud Radical, esta acción no solo perjudica a los jubilados al dejar la banca en manos del PRO, sino que también convierte al partido en un apéndice de la extrema derecha. La acusación de Rombolá no se limita a Alimbert, sino que se extiende a otros diputados que cambiaron su voto de manera inexplicable, como Mariano Campero, a quien acusa de actuar de manera "ridícula e inmoral".
"Mucha gente no puede planificar el mes y ni siquiera la quincena"
La postura de Rombolá es clara y contundente: exige una limpieza interna dentro del partido. En sus declaraciones, el dirigente radical no solo cuestiona la moralidad de estos diputados, sino también la capacidad de Rodrigo De Loredo, presidente del bloque de diputados de la UCR, a quien acusa de complicidad o incompetencia por permitir tal descomposición en las filas del partido. Para Rombolá, la única solución viable es la expulsión de estos diputados y la ruptura del bloque con aquellos que demuestran falta de coherencia y principios.
La crítica de Rombolá también se extiende a la falta de una línea clara dentro del partido. A su juicio, la ambigüedad y la falta de una postura firme han llevado al radicalismo a una situación de crisis de identidad. El dirigente se muestra firme en su postura de que la UCR debe adoptar una posición clara, rechazando tajantemente a aquellos que se alían con el gobierno de turno sin principios. Además, sugiere que la militancia joven es la única esperanza de mantener la integridad del partido, destacando la importancia de una postura unánime contra las decisiones que considera injustificables y deshonestas.
El debate interno en la UCR no es un fenómeno aislado. La crisis actual refleja una problemática más profunda de la política argentina, donde la lealtad y la coherencia parecen ser valores en decadencia. Rombolá, al exigir la expulsión de los diputados en cuestión, no solo está poniendo en el centro del debate la moralidad y la ética en la política, sino también la necesidad de una redefinición de los principios que deben guiar a los partidos políticos.
Para Rombolá y su facción, el cambio de voto de los diputados es más que una cuestión de política; es una cuestión de principios y ética. La acción de estos diputados, que ha sorprendido y enojado a muchos dentro del partido, ha desatado una serie de demandas por una purificación interna que, según Rombolá, es esencial para el futuro del radicalismo en Argentina. La Juventud Radical, bajo su liderazgo, está en pie de guerra contra lo que consideran una traición a los valores fundamentales de su partido y, por extensión, a los ciudadanos a los que deberían representar con honor y coherencia.
En definitiva, la crisis en la UCR, reflejada en la polémica sobre el veto a la movilidad jubilatoria, pone en evidencia un momento crucial para el partido. La demanda de Rombolá por la expulsión de los diputados y la ruptura del bloque con los elementos que considera corruptos o incoherentes es un llamado a la reflexión sobre la ética y la integridad en la política argentina. Este conflicto interno es también una oportunidad para que el radicalismo redefina sus principios y reitere su compromiso con una política basada en la justicia y la honestidad, lejos de las maniobras y los intereses personales que parecen dominar el panorama actual.
EN ORSAI
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