13 de octubre de 2024

 Los focos de conflicto social por el ajuste preocupan a Kristalina Georgieva

El FMI, el poder y el miedo a los tiempos violentos

El hombre clave del organismo en el país reapareció, justo en una semana de escraches y peleas callejeras, pidiendo datos de la crisis en sectores del agro, la UIA y el PRO. Inquieta la escala de agresión que surge desde el Ejecutivo y sus agitadores, y el impacto de la depresión económica.

Leandro Renou

En las últimas dos semanas, el ajuste económico y la repetición de provocaciones disparadas desde el Gobierno Nacional y sus trolls pusieron a la calle en tensión. No parece casual que en estas horas, un hombre clave del Fondo Monetario Internacional (FMI) en Argentina, saliera de la cueva para volver a tomarle la temperatura a la depresión económica, a la calle y a la posibilidad de una conflictividad creciente. Ben Kelmanson, el británico con 22 años en el organismo y encargado de la oficina en el país, soltó a sus economistas de confianza, los que recorren despachos del Círculo Rojo, opositores, empresas y sindicatos, para que sondeen el clima, en el marco de las advertencias que el FMI viene dando sobre el caldo de cultivo de una crisis social que el Gobierno ignora, sin ánimo de tomar medidas para contenerla. Históricamente, el organismo ha hecho esto, además, para contrastar las versiones de la realidad que dan los gobiernos de turno. El actual no es la excepción, sino más bien la confirmación de visiones radicalmente opuestas sobre los mismos acontecimientos, por eso la búsqueda. 

Según supo Página I12, hubo contactos con economistas de la Unión Industrial Argentina (UIA), las empresas del agro y hasta economistas del PRO, entre ellos Hernán Lacunza, ex ministro de María Eugenia Vidal y uno de los encargados de la Fundación Pensar, el think tank económico del PRO. Los hombres de Kelmanson, que son los que hacen los reportes de Argentina para Kristalina Georgieva, preguntaron niveles de endeudamiento privado de las empresas, volúmen de importaciones y proyecciones de cosecha pero, sobre todo, cómo ven al Gobierno, qué dinámica observan en el clima callejero y si hay forma de contener una crisis futura. 

Naturalmente, avisaron, también, que le están exigiendo al Gobierno que sea claro en el frente cambiario, porque la orden de Washington es que haya una unificación del tipo de cambio, una devaluación, que redunde en la salida del cepo. En síntesis, que no se contenga más la inflación anclando al dólar, algo que para el Ejecutivo es central con el objetivod e evitar que lo que queda del programa financiero no se eche a perder. Consultaron, también, si ven que el Gobierno tiene divisas para afrontar lo que viene: los de Georgieva desconfían. Por caso, cacularon que, en verano y por el atraso cambiario, las arcas perderán unos 600 millones de dólares mensuales sólo por la balanza turística. Hacienda admite el problema, pero dice que serán "solo 400 palos", como si nadaran en la abundancia. 

En el Fondo, donde se sigue bancando y pidiendo el ajuste, tienen el mismo temor que en el Círculo Rojo: que la escalada de conflicto que sale de boca del propio Milei, su núcleo íntimo y el ejercito troll de provocadores en redes y programas afines, haga constantes los enfrentamientos en la calle. Y que ese desborde se transforme en protestas masivas de manera sostenida. En una de las reuniones, el FMI planteó, además, la cautela con la represión social, situación que ven caminando por un pasillo estrecho. 

En pocas palabras, le temen a un esquema de caos que haga que el FMI no cobre nunca y que el plan económico de transferencia de ingresos de Milei y Luis Caputo a sectores del poder económico se frene por la dinámica del conflicto. La inquietud del ruido callejero ya se ve en sondeos. La consultora Zubán Córdoba midió que el 65 por ciento de los consultados cree que el clima de violencia política en Argentina está en ascenso; y hasta dentro de los votantes de Milei, 4 de 10 creen lo mismo

Sturzenegger, una fuerza de choque

El jueves, el ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger, comandó una reunión con los popes del Grupo de los Seis (la Bolsa, Cámara de Comercio, Construcción, la UIA, los bancos de ADEBA y la Sociedad Rural), encuentro del cual participó, además, el ministro del Interior, Guillermo Francos. Sorprendió a los presentes el entusiasmo con el cual Sturzenegger celebró el veto conseguido al presupuesto universitario. "Esto es un éxito", dijo, mientras Francos observaba con más mesura. En la calle, mientras tanto, comenzaban las tomas en universidades

En ese mitin, el Gobierno les pidió a los empresarios que, de cara al Pacto de Mayo -el intento de mesa tripartita con los gremios-, tenga un representante de las corporaciones que no sea del G-6. "Elíjanlo ustedes", dijo Sturzenegger. Eso se definirá en 10 días, pero la novedad es que el Gobierno bajó de la nominación al jefe de la SRA, Nicolás Pino, para evitar que lo operen con la baja de retenciones. 

Sin los sindicatos en la mesa, pasó allí algo curioso. El Gobierno y los empresarios trabajaron para "tipificar" qué es un bloqueo a una planta. Ese punto es parte de la reforma laboral, y la CGT ya avisó que la crisis, naturalmente, disparará medidas de fuerza, y que no se puede perseguir judicialmente el derecho a huelga. "Si fuera por mi, el que bloquea va preso", admitió Sturzenegger, hoy el ariete de Milei que menos temor le tiene a ir al choque. 

Los sindicatos, con cautela, hablan directo con Francos. Le vienen advirtiendo que la calle se está calentando y que alguien tiene que parar la retórica del conflicto, "porque la crisis ya la tenemos, no le sumemos más leña al fuego". Francos entiende, comparte, rivalizar no es su estilo, pero el triángulo de hierro de Milei lo aleja, cada vez más, de la posiciones de toma de decisiones. 

Milei traiciona a su mentor

Mauricio Macri sabe que la recesión está golpeando y el ajuste es brutal, pero tiene una preocupación algo selectiva. Antes de votar contra el presupuesto universitario, le aclaró a Santiago Caputo que quería, a cambio, obras públicas y las cajas de jubilaciones para Entre Ríos y Mendoza, dos provincias donde gobierna el PRO. Es que la crisis les está generando un daño fiscal duro a los distritos, que además no tienen inversión del Estado Nacional en obras, suspendidas por Milei. 

Macri votó, cumplió, pero lo traicionario. El Caputo ministro, Luis, dijo que volver con las obras es imposible. Lo curioso es que de Macri se burlan en el Gobierno. Karina Milei, la que menos lo quiere, es quien suele decir que "si se presentan en provincia con un candidato del PRO, no llegan al 5 por ciento"

Cuentan en el Gobierno que Tucumán, la provincia del PJ-Libertario Osvaldo Jaldo, pidió lo mismo que Macri, que Nación los deje de ahogar con las obras públicas. Los tres tucumanos también votaron, y también los traicionaron. El Gobierno es despiadado con los aliados, los pone de rodillas mientras Karina arma el partido nacional. 

La fiesta del "industricidio"

El martes próximo, la UIA reúne a su mesa chica para tratar el escenario de crisis. Confiesan que hay malestar por el tema del ajuste universitario, pero el asunto central será el grito en el cielo de los laboratorios. CILFA, la cámara de nacionales, tiene a Sturzenegger de enemigo número uno, amenazándolos con importar de la India y destruir las fábricas locales. Lo de CILFA es inédito, cuentan: "hicimos un spot publicitario más libertario que el propio Milei, y nos pagan así", se indignan. Tratarán de que la casa fabril exponga la crisis del sector en un comunicado

De todos modos, los industriales están dispersos, como anestesiados ante la recesión. Esta semana se celebró el 16° Coloquio Industrial de la Unión Industrial de Córdoba (UIC). El discurso de Luis Macario, presidente de UIC y jefe de la Cámara Argentina del Maní, fue desconcertante, casi como una ponencia de un funcionario de Milei, en pleno proceso de destrucción fabril. "Estamos asistiendo a una batalla cultural y creemos que vamos en buen camino. Pero esto es con todos adentro del tren, y sabemos que hay muchos que todavía no tienen el boleto", expresó. Y hasta usó eslóganes libertarios como el tan mentado "sabemos que no se puede gastar más de lo que se puede". En lo único que fue enfático fue en la defensa de la obra pública, pero mostró "esperanza" por la situación de la industria. 

En ese evento habló, además, Guillermo Francos. También tuvo frases curiosas: "Hay reactivación -dijo-, pero creo que todavía no nos damos cuenta”. Pero hubo algo más insólito, cuando justificó la posición con un dato que le habría dado un empresario conocido. "Me dijo que frente a su casa hay un supermercado chino y que durante los primeros meses del año no había prácticamente nadie y que en las góndolas había muy poca mercadería. Pero luego comenzó a advertirse más gente y las góndolas llenas. Es un ejemplo muy puntual, pero creo que marca lo que ocurrió y lo que ocurre”, aseguró. 

Por último, el funcionario nacional se congratuló de los datos de mejora en el consumo que publicó en X Marcos Galperín, el dueño de Mercado Libre. Detalló que esa información se compartió en un grupo de Whatsapp de funcionarios del Gobierno. Galperín tiene una fintech con la cual financia a tasas caras compras y ventas en su plataforma, mientras la venta en comercios de barrio y supermercados se desploma como pocas veces se ha visto. En plena depresión económica, hay una confusión reinante sobre los números, que parte del Gobierno. Es una historia en desarrollo. 

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