Milei lo hizo: "En lo que va del año, 11.200 Pymes han bajado sus persianas, dejando a 250.000 personas sin trabajo"
Catorce meses de caída ininterrumpida para las pequeñas y medianas empresas revelan el rostro oculto de la crisis económica que arrastra al país. Con una reforma laboral que no resuelve el problema de fondo, el panorama es sombrío y el desempleo sigue en aumento
Crónica de una crisis anunciada: las pymes en el abismo de la desocupación
Raúl Hutin, empresario textil y miembro de la Confederación Empresaria de la Economía Nacional (CEEN), desglosa el dramático escenario que enfrentan las pymes en Argentina. Con una contracción que lleva más de un año y sin dólares suficientes para mantener la producción, la situación amenaza con empeorar. 11.200 pymes cerradas y 250.000 personas sin trabajo son solo el inicio de una tormenta que parece no tener fin.
Catorce meses en caída: las pymes al borde del colapso
Las pequeñas y medianas empresas (pymes) de Argentina atraviesan uno de los momentos más críticos de su historia reciente. Raúl Hutin, empresario textil y referente del sector, no titubea en describir la situación con crudeza: "Llevamos catorce meses consecutivos de retroceso, y sinceramente, no sabemos cómo seguimos a flote". Su testimonio refleja una realidad desoladora para las pymes, quienes constituyen el motor de empleo en el país, generando seis de cada diez puestos de trabajo. Sin embargo, la falta de políticas económicas efectivas y una crisis de divisas profundizan la agonía de un sector vital para la economía argentina.
Desde mediados de 2023, las pymes comenzaron a sentir el impacto de una economía que, lejos de repuntar, se contrajo mes a mes. Aunque el 2023 fue un año relativamente bueno para algunos sectores, ese impulso se diluyó rápidamente. "Hemos estado gastando lo que quedó en la mochila", asegura Hutin, aludiendo a los últimos resquicios de reservas y capital de las empresas. "Ahora, aunque las pérdidas han disminuido ligeramente en los últimos meses, la verdad es que seguimos perdiendo".
El empresariado pyme no está solo en este diagnóstico. La Confederación de Sindicatos Industriales realizó un relevamiento en 70.000 industrias, y el resultado es desalentador: el 95,6% de las empresas está en peor situación que antes. A pesar de que el gobierno ha lanzado una reforma laboral, los empresarios no son optimistas. "¿Quién va a tomar a una persona si hace catorce meses que producimos cada vez menos?", se pregunta Hutin, subrayando la paradoja de una reforma que no se ajusta a la realidad de un mercado laboral en recesión.
El cierre de empresas y el aumento del desempleo son dos caras de la misma moneda. En lo que va del año, 11.200 pymes han bajado sus persianas, dejando a 250.000 personas sin trabajo. "Y esto es solo el principio", advierte Hutin. El segundo semestre de 2024, que ya estamos transitando, se presenta incluso peor que el primero, con una contracción que parece no tener freno. "El panorama para el año que viene tampoco es alentador", sostiene el empresario textil, y la razón principal es la falta de dólares para mantener la producción.
Las pymes y la trampa de la falta de divisas
Uno de los mayores problemas que enfrentan las pymes hoy es su dependencia de las importaciones. Aunque se suele pensar que las pequeñas empresas son menos vulnerables al comercio exterior, la realidad es que muchos sectores productivos requieren insumos importados para funcionar. "En el sector textil, que conozco de primera mano, el 50% de lo que producimos depende de materias primas que traemos de afuera", revela Hutin. Esta dependencia expone a las pymes a la volatilidad del mercado cambiario y a la escasez de dólares, que se ha vuelto crítica en los últimos meses.
El Banco Central cerrará el año con un déficit de 10.000 millones de dólares, y las perspectivas para el 2025 son aún más sombrías. Argentina enfrenta vencimientos de deuda que superan los 27.000 millones de dólares, un escenario que pone en jaque la capacidad del país para acceder a los mercados financieros internacionales y, por ende, a las divisas necesarias para sostener la producción. "¿De dónde van a salir esos dólares?", se pregunta Hutin, sin encontrar una respuesta clara.
La falta de dólares no solo afecta la producción, sino que también encarece los productos finales, impactando directamente en el consumo interno. El sector de la vestimenta es un ejemplo palpable: Argentina tiene la ropa más cara de la región, a la par que registra una de las caídas de ventas más pronunciadas de los últimos años. "Es un círculo vicioso", explica Hutin. "No podemos producir sin dólares, lo poco que producimos es caro, y la gente no puede comprar. Así es imposible sostener el empleo y la actividad".
Un gobierno que no escucha
A pesar de las constantes advertencias del sector pyme, el gobierno parece mirar hacia otro lado. Las medidas económicas implementadas hasta el momento no han tenido el impacto esperado y, lejos de revertir la tendencia, solo han agravado la situación. La reforma laboral, que se presentó como una solución para flexibilizar el empleo y fomentar nuevas contrataciones, no logra generar confianza en un contexto de recesión. "Las pymes no pueden contratar a nadie cuando están cerrando", señala Hutin, poniendo en evidencia la desconexión entre las políticas del gobierno y la realidad que enfrentan miles de empresarios en todo el país.
El desempleo continúa en aumento, y el cierre de empresas se acelera. A menos que haya un cambio de rumbo radical en las políticas económicas, el 2025 podría ser un año catastrófico para el sector. Mientras tanto, las pymes siguen en pie, pero cada vez más golpeadas por una crisis que parece no tener fin. "No se trata de llorar", aclara Hutin. "Se trata de que el gobierno entienda que las pymes son el corazón del empleo en este país. Si las pymes caen, caen todos".
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