Telenueve Denuncia mostró cómo y dónde se puede adquirir un bebé. Los costos y los riesgos.
La banda de los bebés subrogados
Para las leyes argentinas y sobre todo para la Corte Suprema, la mujer que pare es la madre del niño. Por lo tanto las tres personas que intentaban salir de la Argentina rumbo a Italia fueron detenidos bajo el cargo de trata de personas. Pero la banda sigue trabajando tanto en Rosario como en CABA. Telenueve Denuncia pudo detectar a una mujer gestante que luego de diferentes contactos durante varios días nos llevó con otra mujer que se dedica a la captación de mujeres vulnerables. Ella indicó que lo primero que tiene que hacer una mujer que quiere alquilar su vientre es pasar por un severo control médico que se realiza en tres clínicas porteñas o en una de Rosario. Una de las clínicas de la ciudad de Buenos Aires es Procrearte, otra es Alitus y la tercera es Fecunditas.
Luego de los controles médicos, la banda posee psicólogos para evaluar que la mujer tiene un real interés comercial y necesidad económica, ya que de esa manera podrá ser más fácil desprenderla del futuro bebé. Además se hacen controles socioambientales y finalmente las parejas interesadas en alquilar un vientre materno eligen a la mujer que más les guste de una larga fila que les presenta la clínica. Una vez que el embrión es implantado en el cuerpo alquilado, ellos le llaman transferencia, la mujer gestante deberá esperar tres meses (para ver si prende) para cobrar la primera cuota de los 20 mil dólares totales que cobrará con la entrega del niño “en la Clínica Los Arcos o en La Suizo”, eso es lo que dicen las dos mujeres reclutadoras con las que conversamos.
Solo queda una duda de todo el procedimiento descripto. Y es a nombre de quien sale el bebé de la Clínica. A nombre de la mujer gestante o de la mujer que aporta el óvulo. Pero cualquiera sea la forma, todo es ilegal. ¿Cuánto gana la clínica que organiza el negocio? Alrededor de 80.000 dólares de los que solo 20.000 dólares son para las mujeres que luego padecen depresión y ansiedad de la que se tienen que hacer cargo en soledad, ya lejos de los psicólogos que controlaban y acompañaban su embarazo.
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