21 de marzo de 2025

Siguen los reproches por la represión del 12 de marzo Patricia Bullrich solo cosecha críticas hacia adentro del gobierno En la Rosada hay malestar y por eso la desplazaron del operativo de seguridad del miércoles pasado. El destrato oficial a Pablo Grillo y su familia. MELISA MOLINA
Desde la Casa Rosada, en público, elogian a la ministra de Seguridad Patricia Bullrich. El vocero presidencial este jueves hasta llegó a decir que había que "condecorar" a la titular de la cartera porque el operativo del miércoles fue "de excelencia". En privado, sin embargo, creen que la represión del miércoles 12 fue desmedida e, incluso, que fue eso lo que "obligó" a la CGT a hablar de un paro general. Un encumbrado funcionario evaluó este jueves que el anuncio de la central obrera es parte de "un movimiento político y una sobrerreacción producto de las circunstancias", desatadas por la represión y que, en este escenario, hay pocas posibilidades de que den marcha atrás. La semana que viene, sin embargo, planean reunirse funcionarios de Balcarce 50 con dirigentes de la central obrera. "No hay nada que amerite un paro", opinó Adorni. Sobre el operativo de seguridad para la marcha del 24 de marzo aseguran que será "de amor y paz", y que solo habrá un avance "simbólico" --con videos como los que publicaron el año pasado-- y no represivo. La ministra Bullrich, que cuenta con la buena estima de los hermanos Milei, luego de la cacería de hace dos miércoles tuvo la intervención del último operativo por parte del triángulo de hierro. La reunión el día antes de la marcha se hizo en el despacho del asesor Santiago Caputo y, el mismo día de la manifestación, pasó por la Casa Rosada a supervisar todo con Karina Milei. La orden fue vallar el Congreso y la Casa Rosada y que las fuerzas de seguridad no ataquen, como sí lo habían hecho la semana anterior fomentando la violencia y dejando a decenas de personas heridas de gravedad, entre ellos al fotógrafo Pablo Grillo. En esta ocasión, la orden era que solo debían responder si, por ejemplo, alguien derribaba las vallas. El vocero presidencial, que admitió que a diferencia del miércoles de la semana pasada este miércoles siguió "el minuto a minuto" del operativo --como también lo hicieron esta vez Milei y su hermana--, durante su conferencia de prensa hizo una defensa férrea de la policía. Milei ya lo había hecho cuando dijo que "los buenos son los de azul". “Cinco policías resultaron heridos por violencia de algunos lúmpenes. El Gobierno se solidariza con ellos y está trabajando para poner a los agresores a disposición de la Justicia. No hay nada más heroico que aquel que arriesga su vida para defender a la República y a los argentinos de bien”, dijo. Luego, en un claro cambio de posición con respecto a la línea del gobierno tras la represión del primer miércoles, el vocero agregó: "Hay que felicitar a todos, incluso a quienes fueron a marchar y a manifestar su enojo, que es válido, es parte del juego de la democracia y tiene que existir, la gente no se involucró con la violencia y no hubo violencia”. Cuando son consultados acerca de qué creen que cambió de un miércoles a otro para que los manifestantes, según su visión, "dejen de ser violentos", en el oficialismo dicen que fue porque surtieron efecto sus amenazas y que, por eso, "los violentos esta vez no manifestaron". Otros dirigentes, sin embargo, admiten que "hubo una mayor planificación del uso de la fuerza pública". Es decir, dejan entender que lo del primer miércoles, a cargo únicamente de Patricia Bullrich, fue poco planificado y que, por eso, la Casa Rosada tuvo que intervenir para obtener mejores resultados. En el gobierno tampoco saben bien qué responder cuando son consultados acerca de por qué el titular de la SIDE, Sergio Neiffert y su segundo, Diego Kravetz, estuvieron en las reuniones para organizar la marcha en el despacho de Santiago Caputo en Casa Rosada. Solo repiten que no se violó la ley de Inteligencia, como denuncian desde la oposición, y que "es obvio que la SIDE trabaje para prevenir ataques como los que hubo el primer miércoles". Una frase que, a lo sumo, aparece como una mala jusificación. La ministra de Seguridad, tras el disparo que recibió en la cabeza Pablo Grillo por parte de la gendarmería, había dicho que el fotógrafo era "kirchnerista", y que "trabajaba en el municipio de Lanús". Bullrich, tras conocerse la noticia, también había dicho que Grillo estaba preso, cuando en realidad estaba internado. En el oficialismo siguen sin comunicarse con la familia del fotorreportero y Adorni aseguró que “el diálogo con la familia quedó roto cuando el padre la acusó a la Ministra de ser cómplice”. Fuera de los micrófonos, y con el fotógrafo aún peleando por su vida, en Casa Rosada expresan de manera despectiva que Grillo "es un munipa", porque es trabajador municipal, como si eso lo degradara o le impidiera participar de una manifestación y registrarla. Esos no fueron los únicos "papelones" que hizo la ministra. Bullrich también había dicho que Beatriz Blanco, la jubilada golpeada en el operativo del miércoles 12 era una "jubilada patotera". Y luego, con las fotos del gendarme de apellido Guerrero apuntando en línea recta contra Grillo, aseguró en una conferencia de prensa que los miembros de las fuerzas de seguridad "habían disparado de acuerdo al protocolo" que, según ella, significaba "apuntando al suelo". Por último, la titular de la cartera acusó a una serie de supuestos barrabravas con fotos viejas o de personas que no eran barrabravas. Hasta ahora desde el oficialismo no pueden dar una lista de miembros de las barras que hayan participado de alguna de las marchas. Pagina 12

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