10 de agosto de 2025

La boleta única, al final, será más cara para el Estado que la tradicional

La BUP, que debutará en el cuarto oscuro en octubre, tendrá un costo mayor para las arcas públicas que el que hubiera tenido la boleta tradicional, incluso teniendo en cuenta el desdoblamiento en la Provincia de Buenos Aires. La opinión de los especialistas sobre el nuevo sistema. 

El domingo 26 de octubre la ciudadanía irá a las escuelas de todo el país a elegir nuevos representantes en el Congreso pero se encontrará con una modificación sustancial: ya no habrá en el cuarto oscuro distintas boletas con colores por partido. Habrá una única y larga tira de papel con todos los partidos y categorías, la Boleta Única Papel (BUP). Una herramienta debatida y objetada por especialistas de procesos electorales finalmente hace su debut en elecciones nacionales, pero antes del gran día ya rompió con una de las supuestas razones imperantes para lograr su incorporación allá por 2022 cuando fue discutida en Diputados: la BUP no sólo no es más barata, sino que es bastante más cara que las ya conocidas boletas partidarias.

Según el informe que la Vicejefatura de gabinete puso a disposición, la impresión de boletas tiene asignado un presupuesto de 40.000 millones, mientras que para las elecciones de 2023 fue de 73.000 millones. Aquí la primera aclaración fundamental: este año se trata solamente de un operativo electoral. En 2023 tuvimos PASO, generales y balotaje, con un récord de frentes presentados y hasta cinco categorías para elegir. Este año, además, serán dos categorías en ocho provincias y una sola en las restantes 16. La cuenta indica que si este año las elecciones fuesen en cantidad de operativos y despliegue similares a las 2023, el costo de la BUP trepa muy por encima de lo que costaban las boletas partidarias. Desde la Rosada explican que la calidad del papel y complejidad de la BUP es más sofisticada por ser un instrumento más complejo donde se buscaba, entre otras cosas, mejorar con la calidad institucional, las trampas que se podían hacer con las boletas partidarias, y aseguran la transparencia en los gastos del Estado: el presupuesto para boletas lo ejecutará el Estado nacional, es decir, ya no se le asigna a los partidos políticos.

Es innegable que usar los recursos del Estado de manera más eficiente es un objetivo compartido por todo el arco político. Para el politólogo y especialista en sistemas electorales, Facundo Cruz, la pregunta no es si hay que hacerlo, la pregunta es cómo: “Vamos a saber qué tan cara es la Boleta Única Papel cuando esté adjudicada la licitación y la partida, porque eso nos permitirá calcular el costo de la boleta por elector. En 2022 cuando se dio la discusión circulaba fuertemente la presunción de que la BUP sería más económica que la boleta partidaria pero no existía un solo dato que lo sustentara. Diana Quiodo, la ex Directora Nacional Electoral, comparó el costo de la boleta partidaria contra la BUP en Santa Fe en 2021 y efectivamente la boleta única era más cara”, dijo. 

En sintonía, el extitular de la Dirección Nacional Electoral, Marchos Schiavi, expresó a Página/12 su mirada sobre la búsqueda detrás de la incorporación de la BUP: “La elección de 2025 va a ser sustancialmente más cara que las del 2023. Incluso considerando el desdoblamiento de la elección de provincia de Buenos Aires y que se pasan de una elección ejecutiva de hasta cinco categorías (recordemos que el 23 se votó presidente y parlasures) a una legislativa de máximo dos categorías. En gran medida eso se debe a la BUP, la cual ya en la discusión parlamentaria dijimos que era más cara que las boletas partidarias”.

La discusión, además del gasto, se centró siempre en la transparencia que la BUP le podría agregar al proceso electoral y en ese sentido, los especialistas recuperan una idea central: las elecciones en Argentina funcionan bien. Se modifica entonces un sistema que contó con un instrumento que en los últimos 17 años vio perder seis de nueve elecciones disputadas a oficialismos, es decir, que los mitos alrededor del fraude siempre existieron pero según los datos y estudios a lo largo de las décadas, nunca ha habido un indicador que pueda asegurar que con las boletas o los operativos de fiscalización existentes hubiese fraude electoral. En este punto, Schiavi comprende el cambio hacia la BUP como una jugada política sin fundamentos probados: “Todo el debate sobre BUP parte de la hipótesis de que el peronismo tenía prácticas desleales con la boleta partidaria. Ninguna de ellas probadas. Lejos de la realidad”, y agregó: “el año pasado se cambió el instrumento de votación a partir de premisas erradas, con el sólo fin de buscar perjudicar a un espacio político. Lo contrario a lo que debería ser una reforma electoral”.

“El diseño del operativo electoral en Argentina ha incorporado históricamente a los partidos políticos tanto oficialistas como opositores. Todos los espacios son corresponsables de organizar las elecciones. Eso hace que pensar en un fraude electoral masivo tenga una bajísima probabilidad de éxito. Los apoderados de los partidos, además, participan del consejo de seguimiento de elecciones. Los fiscales partidarios están al lado del Presidente de mesa a lo largo de la jornada electoral y también participan del escrutinio provisorio, firman todos los documentos que contabilizan los votos el día de la elección, están el Centro de Cómputos, ven y escuchan todo lo que pasa”, explica Cruz.

La asimilación de la nueva herramienta para emitir nuestro voto es otra preocupación. La extensión del papel hará que debamos buscar y seleccionar con una cruz a cada lista en una columna determinada; el juego en el cuarto oscuro será muy diferente. En 2022, el sociólogo y politólogo Marcelo Leiras escribía en Cenital sobre lo limitada que resulta la atención que tenemos al mirar y leer múltiples datos en un mismo papel a la hora de votar. “Un estudio en 2016 cita los fundamentos psicológicos de este fenómeno. La conclusión es fuerte: las boletas con mucha información nos cansan, la atención se dispersa a medida que se avanza en la lectura y las opciones que aparecen primero en las listas de candidatos (más arriba y más a la izquierda) tienden a recibir más votos”, escribió Leiras.

Este año por acordada de la Cámara Nacional Electoral existe un requerimiento de capacitación para la ciudadanía y los participantes del operativo electoral. Fuentes cercanas al gobierno resaltaron que para esto hay un gasto único que en otras elecciones no hubo como requerimiento.

Dado la cantidad de partidos políticos reconocidos en la actualidad (723 partidos de distrito) la BUP podría alentar a que algunos partidos compitan en soledad en lugar de buscar la construcción de alianzas, porque el Estado ya está garantizando a través de la BUP su columna en la boleta, pero si esa tendencia se sucede o no lo sabremos el sábado 16 de octubre cuando se presenten los candidatos. 

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