Con Milei, General Motors pasó de 1000 a 600 operarios
Se achica la industria nacional
La firma automotriz despidió a otros 90 operarios en la planta de Alvear. El recorte del personal alcanza al 40 por ciento y la tendencia parece irremediable.
La crisis golpea de lleno también a las empresas más grandes. General Motors volvió a despedir trabajadores en su planta ubicada en Alvear, provincia de Santa Fe. Esta vez ofreció retiros voluntarios a otros 90 trabajadores. Desde que asumió la Milei la firma redujo un 40 por ciento la cantidad de operarios: pasó de 1000 a 600. La apertura importadora y la estructura de costos no cierran, pero tampoco las expectativas respecto de que el Ejecutivo cambie de rumbo y apoye la producción industrial. “Quedarán en pie sólo los más competitivos”, repiten desde el Gobierno.
El personal que fue desvinculado llevaba alrededor de 15 años en promedio y, según el sindicato, recibieron una cifra abultada para que aceptaran retirarse: 120 por ciento de los fondos fijados por ley.
Hace 2 años, la fábrica empleaba a 1000 personas entre efectivas y contratadas. Hace tiempo que dejaron de contratar trabajadores. Quedaron 600 y la tendencia a achicar el plantel parece un destino irremediable. Para el próximo año esperan un panorama igual o peor, aseguró el secretario general del Smata Seccional Rosario, Sergio Gazzera.
Paradas programadas, suspensiones y con operarios que cobraban el 75 por ciento del salario, el escenario anticipa mayor recesión y más complicaciones para los laburantes.
Menos es menos
La reducción de los volúmenes producidos en la planta de la localidad santafesina comenzó apenas ganó las elecciones La Libertad Avanza, cuando la automotriz decidió discontinuar la producción del modelo Cruze y quedó en pie sólo la fabricación del Chevrolet Tracker. Estas unidades tuvieron desde sus inicios a Brasil como destino exportador, pero la caída de las ventas hacia el país vecino le agregan mayor incertidumbre a una situación económica con eje en lo financiero que impacta a toda la manufactura local.
Entre el primer bimestre de 2024 y 2025, los envíos hacia el mercado brasileño escalaron de 7.954 a 9.451. Sin embargo, para febrero, la demanda se desplomó a la mitad. Uno de los motivos fue el encarecimiento del tipo de cambio en Argentina, luego de la primera devaluación que provocó Milei: ya no era tan conveniente comprar acá y tampoco hacer turismo, como se venía apenas pocos meses antes de que asumiera el nuevo mandatario.
La destrucción de los puestos de trabajo en la industria es una de las características de la política económica nacional. En General Motors, el derrotero empezó en abril de 2024 y los meses posteriores cuando la cifra de despidos llegó a los 200. Entre enero y febrero de 2025 se sucedieron 260 retiros voluntarios y 49 despidos. Este último noviembre se sumaron otros 90 retiros voluntarios.
Golpe al corazón
En el código fabril, los grandes derraman, o multiplican empleo o hacen crecer como hongos a empresas pequeñas o medianas que crecen al calor de la producción que las hizo surgir. Lo mismo ocurre, pero al revés, si la firma madre entra en crisis. Y más si no se trata de un tema excepcional, de una particularidad, de una inversión mal manejada. No es un problema del cordón industrial rosarino, es una mancha que se esparce por decisión del Ejecutivo y afecta a la actividad manufacturera en todo el país.
Por cada puesto directo en las automotrices, se generan entre 3 y 5 empleos indirectos en autopartistas, logística, servicios y comercios. Un encadenamiento de posibilidades cuando acompaña el diseño económico y de catástrofe si sucede al revés.
“Se perdieron 6.000 puestos de trabajo.... la estamos peleando todos los días. Los chinos no van a poner fábricas de auto en Argentina, a lo sumo harán sociedades con las terminales que ya están. En Brasil ponen fábricas”, aseguró Ricardo Pignanelli, de Smata.
Pagina 12
No hay comentarios:
Publicar un comentario