Los días de Bruce Friedman, el enviado de Trump para sostener a Milei
El amigo americano con traje de “ministro”
Con nexos históricos en el país, reapareció de la mano del embajador Lamelas y hace reuniones con empresarios y políticos para acercarlos al Presidente. El canciller Quirno le responde políticamente.
Había conocido la Argentina en los años del menemismo y tiempo después estrechó nexos con sectores del poder local. Montado en el reverdecer del interés geopolítico de Estados Unidos y las concesiones casi totales de Javier Milei, reapareció en el país hace unas semanas, con una única misión: armar encuentros con empresarios, políticos y dirigentes de todo tipo y color para respaldar el modelo.
Bruce Friedman, un nombre que empezó a sonar habitual en boca del poder económico nacional, dejó Washington por pedido de Donald Trump. El flamante embajador en el país, Peter Lamelas, lo tiene de ladero predilecto. Los ceos bromean: “el amigo americano es un ministro sin cartera”, comentan, según supo este diario. Su rol en la política y el lobby local es central. Bastante más real que aquellas artes de gestión aisladas y poco valoradas de Barry Bennet, el consultor importado por cuadros locales, que pierde terreno.
Friedman es del corazón operativo de Donald Trump y fue por años un anfitrión de las delegaciones argentinas en Washington. El personaje es funcionario del Departamento de Estado para Brasil y la región, vivió muchos años en Paraguay, Quito, La Paz, Caracas y actúa, en los papeles, como el jefe político del canciller Pablo Quirno. Luego de la salida de Gerardo Werthein de esa posición, se deshizo la gestión del pacto con Estados Unidos que habían hecho él y el ex embajador en Brasil Luis María Kreckler. De allí en más Donald Trump tomó el control del programa argentino por diferentes vías y personas designadas.
En las últimas reuniones que Friedman mantuvo con empresarios, cuentan los ceos, el ministro sin cartera confirma el respaldo político de Trump a los libertarios, pero no hay certezas sobre puentes económicos. Los más curiosos admiten que el Departamento de Estado sabe que el Tesorero de Trump, Scott Bessent, ya cerró el grifo de dólares para Argentina. La movida se hizo visible cuando, advertido por el Fondo Monetario (FMI) y el propio Bessent, el ministro de Economía, Luis Caputo, se vio obligado a romper el esquema cambiario para no seguir perdiendo divisas prestadas.
Las tareas de Bruce
El embajador Peter Lamelas ve en Friedman un cuadro con más sensibilidad política y conocimiento del paño, las costumbres y el territorio que la actual encargada de negocios, Abigail Dressel, en los papeles la segunda detrás de Lamelas. Una de las tareas de Friedman es lograr proteger a Milei de los errores del propio Milei. Y entre sus primeras intervenciones estuvo lograr moderar los altísimos niveles de confrontación en sangre de Quirno. Sacarlo de las redes, de los círculos de choque de los trolls de La Libertad Avanza. Fue un pedido expreso de Estados Unidos: dejar de romper puentes para articular con la política y crear consensos, tarea difícil para las huestes de un gobierno fuertemente contaminado con la virulencia propia de los descuidados.
Lo que Estados Unidos busca es coordinar un alineamiento geopolítico prolijo, sin fisuras, que termine a como dé lugar en un éxito de Milei. Días atrás, a Friedman le dieron el premio “Puentes de América”. Lo recibió de manos de Luis Savino, el jefe del Centro de Estudios Americanos (CEAS), un think tank de lobby que conviven desde Dressel y el politólogo Rosendo Fraga hasta el empresario Martín Eurnekian y el titular de la cámara de empresas estadounidenses en Argentina, la renombrada AMCHAM.
Al momento de entregar el galardón, Lamelas apuntó que “Bruce ha dedicado su vida a las Américas. Es un verdadero defensor de la Argentina. Fue instrumental en prepararme para venir aquí como embajador. (...) Existe un esfuerzo permanente, anterior y transversal a las coyunturas” para sostener a Milei.
Para entender la dinámica de la historia que se cuenta es vital conocer que en Argentina funciona un esquema forma de la Embajada estadounidense con varios satélites: la AMCHAM, el CEAS y otros organismos que responden al mandato del Departamento de Estado americano.
Crónicas del Pacífico
El poder económico, según contaron diferentes fuentes a este diario, comprende la dinámica que sostiene a Milei y que es dictada desde el norte continental. Hay un triángulo entre Lamelas, Friedman y Savino, que es una especie de franquicia del gobierno estadounidense en el país. Lo que el Departamento de Estado quiere es que los ceos locales se pongan a tono con la batalla geopolítica con China y el alineamiento con Occidente. Las exigencias empezarán a ser cada vez mayores para Milei, porque los rescates que mantuvieron a flote el plan de Caputo son una deuda a pagar.
Algo de ese clima se vio el miércoles pasado en el almuerzo que compartieron en Hotel Intercontinental 30 empresarios de primerísimo nivel con el electo presidente de Chile, José Antonio Kast. El mitín lo armaron la Sociedad de Fomento Fabril (Sofofa) de Chile, la Confederación de la Producción y el Comercio (CPC) y la Fundación IRSA, que comanda Eduardo Elsztain. Kast y sus funcionarios pidieron inversiones argentinas en Chile y garantizaron que uno de los objetivos al otro lado de la Cordillera será la micro-economía.
Muchos abrieron los ojos: la actividad en Argentina parece estar cayendo hace dos años en un pozo sin fondo. En la mesa con los chilenos estuvieron los ceos del Grupo de los Seis, además de Hugo Eurnekian, Martín Etchevers, de Clarín; Federico Braun, el dueño de supermercados La Anónima; Francisco de Santibañes, del Consejo de Relaciones Internacionales (CARI); Jaime Campos, de la Asociación Empresaria Argentina (AEA) y Facundo Gómez Minujin. Fue el presidente del banco estadounidense JP Morgan una de las voces más activas. Minujín encabeza, además, la AMCHAM y conoce de memoria la articulación formal e informal de los Estados Unidos en Argentina.
“Ustedes tienen que invertir en Chile, es el mejor lugar”, les dijo Kast. “Quizás, no esté tan equivocado”, mencionó como al pasar un de los convidados al evento. Por ahora, Argentina parece estar bajo evaluación permanente de Estados Unidos para ver si el experimento camina por las propias. Trump y sus enviados, aún, no tienen esa certeza.
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