El grupo del rabino Bergman enfrentó a los familiares
Publicado el 19 de Julio de 2011
Los seguidores del electo diputado del PRO reaccionaron a las críticas de Sergio Burstein por los vínculos con el macrismo.
No podemos tolerar que por resentimiento o por política de campaña nos descalifique etiquetándonos como funcionales a los poderosos”, fue la frase que hizo levantar la vista al rabino Sergio Bergman, ayer en el acto por el decimoséptimo aniversario del atentado a la AMIA. Desde el escenario, Sergio Burstein lo fustigó: “Con el atentado, no…con las víctimas, no…con los familiares, no.” Bergman ya no ocultaba su sorpresa por haber sido mencionado luego de las críticas vertidas sobre Mauricio Macri por la designación del procesado comisario Jorge “Fino” Palacios al frente de la Metropolitana.
“Él nos hizo saber que tiene la lista de nuestros nombres, haciéndonos sentir como en la terrible época del gobierno militar y las listas negras”, continuó Burstein, en alusión a la respuesta a las solicitadas que parte de la comunidad judía hicieron circular en redes sociales contra su postulación como primer legislador porteño por el macrismo. Los primeros silbidos por parte de los seguidores del religioso se hicieron sentir. La escena remitió al repudio que, en el acto de 1997, cosechó el ex titular de la DAIA, Rubén Beraja. Inmediatamente, uno de los familiares de las víctimas comenzó a increparlo directamente por su presencia en el acto y por su pertenencia al macrismo.
Bergman, visiblemente incómodo, fijó la vista en el escenario y tragó saliva, mientras a su alrededor un grupo de familiares lo enfrentaba. “El aforista religioso que nos dio vuelta la cara cuando le pedimos ayuda”, como lo calificó Burstein, permaneció en silencio, mientras las personas que lo acompañaban se trenzaron en fuertes discusiones con quienes lo cuestionaban. Sergio Brukman, presidente de la Fundación Judaica, entidad fundada por Bergman, reaccionó en su defensa vociferando que a Burstein “le pagaban” por criticar y le subió el tono a la discusión, que terminó con algunos manotazos al aire entre familiares y el grupo que acompañaba al rabino.
Por detrás de donde estaban apostados los legisladores y funcionarios macristas, algunas voces femeninas reclamaron a Burstein que se callara, incluso en otros tramos del discurso, donde las referencias nada tenían que ver con Bergman. Entonces, la hija de Burstein tomó el micrófono y les recordó que lo que estaban pronunciando era el sentir de los familiares y que el que no estuviera dispuesto a escuchar, se retirase. Apenas culminó el discurso, el legislador electo cruzó la valla para salir de la enardecida discusión que obligó a varios funcionarios del Gabinete nacional a darse vuelta para ver qué sucedía a sus espaldas.
“Como judía me da vergüenza que estés al lado de Macri”, lo cruzó una joven durante la desconcentración. El rabino se encogió de hombros y evitó confrontar. “Hoy (por ayer) no voy a contestar porque es un día de luto y lo voy a respetar”, le dijo Bergman a Tiempo Argentino, sin disimular su fastidio. Su réplica –según anticipó– apuntará directamente contra Burstein, con el que está enfrentado desde que el familiar de las víctimas comenzó a señalarlo por sugerir que “había que enterrar la causa AMIA en la Plaza Lavalle”.
“Él nos hizo saber que tiene la lista de nuestros nombres, haciéndonos sentir como en la terrible época del gobierno militar y las listas negras”, continuó Burstein, en alusión a la respuesta a las solicitadas que parte de la comunidad judía hicieron circular en redes sociales contra su postulación como primer legislador porteño por el macrismo. Los primeros silbidos por parte de los seguidores del religioso se hicieron sentir. La escena remitió al repudio que, en el acto de 1997, cosechó el ex titular de la DAIA, Rubén Beraja. Inmediatamente, uno de los familiares de las víctimas comenzó a increparlo directamente por su presencia en el acto y por su pertenencia al macrismo.
Bergman, visiblemente incómodo, fijó la vista en el escenario y tragó saliva, mientras a su alrededor un grupo de familiares lo enfrentaba. “El aforista religioso que nos dio vuelta la cara cuando le pedimos ayuda”, como lo calificó Burstein, permaneció en silencio, mientras las personas que lo acompañaban se trenzaron en fuertes discusiones con quienes lo cuestionaban. Sergio Brukman, presidente de la Fundación Judaica, entidad fundada por Bergman, reaccionó en su defensa vociferando que a Burstein “le pagaban” por criticar y le subió el tono a la discusión, que terminó con algunos manotazos al aire entre familiares y el grupo que acompañaba al rabino.
Por detrás de donde estaban apostados los legisladores y funcionarios macristas, algunas voces femeninas reclamaron a Burstein que se callara, incluso en otros tramos del discurso, donde las referencias nada tenían que ver con Bergman. Entonces, la hija de Burstein tomó el micrófono y les recordó que lo que estaban pronunciando era el sentir de los familiares y que el que no estuviera dispuesto a escuchar, se retirase. Apenas culminó el discurso, el legislador electo cruzó la valla para salir de la enardecida discusión que obligó a varios funcionarios del Gabinete nacional a darse vuelta para ver qué sucedía a sus espaldas.
“Como judía me da vergüenza que estés al lado de Macri”, lo cruzó una joven durante la desconcentración. El rabino se encogió de hombros y evitó confrontar. “Hoy (por ayer) no voy a contestar porque es un día de luto y lo voy a respetar”, le dijo Bergman a Tiempo Argentino, sin disimular su fastidio. Su réplica –según anticipó– apuntará directamente contra Burstein, con el que está enfrentado desde que el familiar de las víctimas comenzó a señalarlo por sugerir que “había que enterrar la causa AMIA en la Plaza Lavalle”.
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