LAS PARADAS DE LOS POLICIAS Y PATRULLAJES EN LA CIUDAD YA NO DEPENDERAN DEL PODER AUTONOMO DE LAS COMISARIAS
Un plan con los vecinos como protagonistas
Nilda Garré presentó el Plan de Seguridad Urbana, por el cual el despliegue de efectivos será decidido en las mesas barriales y según el mapa del delito. La primera etapa se pone en marcha en la zona central de la ciudad. Se sumarán 1100 efectivos.
Por Emilio Ruchansky
Con datos aportados por las mesas barriales de seguridad, la ministra Nilda Garré anunció ayer el Plan de Seguridad Urbana que reasigna paradas policiales y patrullajes. “Ya no reposa en decisiones autónomas de las comisarías el despliegue de su personal en la vía pública”, aclaró la funcionaria. Quinientos oficiales de la Policía Federal ya se sumaron al Plan y otros 600 lo harán a fin de mes. “Como se ve, es un gran esfuerzo pero, también, una reprogramación inteligente para cubrir necesidades que nos planteó la gente, atendibles y justas, y que nos está indicando la evolución del mapa del delito en cada lugar”, señaló Garré. La presencia policial en las calles, a partir de este plan, aumentará en 40 por ciento durante el día y 150 en la noche.
El plan es complementario al Operativo Cinturón Sur, lanzado en agosto pasado, que desplegó 2500 efectivos de Gendarmería y de Prefectura en jurisdicciones de seis comisarías de la zona sur, despliegue que permitió disponer de personal de la PFA para este nuevo refuerzo. Esta vez, el patrullaje será en la franja central de la ciudad: Villa Lugano, Mataderos, Liniers, Parque Avellaneda, Flores, Parque Chacabuco, San Cristóbal, Parque Patricios, Constitución, y una parte de Caballito, Almagro y Balvanera. Desde el jueves pasado, 500 efectivos destinados a 17 seccionales recorren estos barrios. Las escuelas y los espacios verdes tienen prioridad.
El mapa del delito fue confeccionado por el área de Inteligencia Criminal del ministerio, en colaboración con la Policía Federal, y tiene una fuerte impronta de las treinta mesas barriales de Participación Comunitaria en Seguridad instaladas en la ciudad de Buenos Aires en abril pasado, por la cartera que conduce Garré. Esas mesas informan horarios y lugares complicados en materia de seguridad a la Secretaría de Políticas de Prevención y Relaciones con la Comunidad del ministerio, donde ayer aseguraron que prevén extender las mesas a la provincia de Buenos Aires.
“Se garantizará más presencia policial pero en los lugares que estén en el mapa del delito y no en los lugares que puedan obedecer a decisiones erróneas o interesadas”, señaló ayer la ministra, quien comentó que los agentes no estarán “estáticos”, sino que se moverán en un radio de 200 metros. Lo de las decisiones “interesadas” puede interpretarse como una crítica a las tradicionales “quintas”, como se dice en la jerga policial. Las quintas son las paradas que disponen unilateralmente los comisarios, tras hacer arreglos espurios con comerciantes de ciertas zonas. Una especie de seguridad privada pero brindada con recursos del Estado.
El criterio para el armado del plan, según explicó Garré, es: “Primero las demandas de los vecinos, segundo el mapa del delito y tercero las modalidades de vigilancia que cada zona requiere”. Tras la creación del ministerio, la primera evaluación del tema registró que, en promedio, había 60 uniformados en las comisarías, de los cuales 15 tenían puestos de vigilancia en las calles, según revelaron fuentes de esa cartera. Ante esta falta de presencia policial, Garré decidió que la policía abandonara labores accesorias, como la confección de pasaportes y cédulas de identidad, ahora en manos del Ministerio del Interior.
Esta última decisión sirvió para que la cartera de Garré sumara varias oficinas del edificio de Azopardo 650, donde ayer se estrenó con esta presentación un auditorio. El cese de estas tareas administrativas aportó en marzo pasado 2000 efectivos, que fueron derivados a los controles vehiculares que rotan cada 40 minutos. Además, antes de fin de año se instalarán 1200 cámaras, en el marco del Plan Buenos Aires Ciudad Segura y estarán en uso los 200 patrulleros tecnológicos, con computadora, cámaras y reconocedor automático de patentes.
Las cámaras fueron ubicadas en los accesos a la ciudad, en terminales de colectivos y trenes. Son móviles y se operan desde el Centro de Comando y Control, ubicado en la Estación Central de la PFA, donde las imágenes se procesan y pueden ser reenviadas a los patrulleros tecnológicos. Este tipo de cambio de protocolos, que viene aplicándose en las fuerzas de seguridad, también se aplicó ayer a las nuevas motos Yamaha entregadas por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner el lunes pasado a la PFA. “Un componente muy importante de este despliegue”, destacó Garré.
Las motos, más de 280, operarán en escuadras de tres. Según contó la ministra, dos de las motos patrullarán con un conductor y la tercera irá bitripulada, “con un agente que será quien haga los controles en las zonas designadas por el mapa del delito”. Estas zonas son, en particular, las bancarias y también donde hay restaurantes. Este cambio de protocolo involucra también la unificación del comando de patrullaje en motos, que antes dependía de las comisarías y ahora se digita desde la nueva Dirección General de Servicios Federales Motorizados, ubicada en el Departamento Central de la Policía Federal.
Por lo que pudo averiguar este diario, la elección de la franja central de la ciudad responde a una especie de mudanza del delito hacia allí, desde que se implementó el Plan Cinturón Sur. Cuando a fin de mes se sumen 600 efectivos más, se completará la seguridad de la franja norte de la ciudad. La presencia de los controles vehiculares, el patrullaje en moto y los agentes en las nuevas paradas será supervisada por una comisión especial, creada por el Ministerio de Seguridad, e integrada por funcionarios policiales y de todas las áreas: Política Criminal, Prevención y Relaciones con la Comunidad y Seguridad Operativa.
“Esta nueva iniciativa, ordenada por la Presidenta de la Nación, aplica criterios de racionalidad, sistematización y maximización de recursos humanos y materiales a la asignación de las paradas policiales”, comentó sobre el final de la presentación la ministra. Desde el 2008, la directriz de Cristina Fernández sobre el tema es que la ciudadanía debe volver a confiar en las instituciones policiales, si se pretende tener éxito en la lucha contra el delito, explican en el ministerio.
Más temprano, Garré había afirmado que el problema de la seguridad es multicausal y no tema limitado al “uso de la fuerza”. Fue durante un acto en el Teatro Roma del partido bonaerense de Avellaneda, donde estuvo junto al intendente local, Jorge Ferraresi, y el rector de la universidad local, Jorge Calzoni. “La seguridad democrática está basada en que haya unas fuerzas de seguridad sin autonomía, bien equipadas y profesionales; una sociedad menos conflictiva por las políticas del conjunto del Estado y una mayor participación del ciudadano”, agregó.
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