“Se necesita mayoría parlamentaria para poder profundizar este modelo”
Publicado el 4 de Octubre de 2011
Integra la lista kirchnerista en representación de Nuevo Encuentro. Cree que para atender a los problemas de pobreza e indigencia hace falta una reforma impositiva y “una política que mire grandes patrimonios y rentabilidades”.
Juan Carlos Junio es candidato a diputado nacional porteño por el Frente para la Victoria. Considera que por más que las encuestas muestren un seguro triunfo de Cristina Fernández, se debe trabajar duro en la campaña. Asegura que para profundizar el modelo “se necesita la máxima legitimidad presidencial y mayoría en las cámaras parlamentarias para terminar con resabios del neoliberalismo menemista”.
–La presidenta habla de que en la nueva etapa es preciso profundizar el modelo. ¿Cómo se expresa eso en la agenda parlamentaria?
–Antes que nada, para nosotros lo primero es obtener un gran triunfo el 23 de octubre porque es preciso ampliar aun más la legitimidad política de la presidenta y de los parlamentarios que van a ingresar. Precisamente, para poder profundizar el modelo e ir por más igualdad, hace falta la máxima legitimidad popular y mayoría en las cámaras parlamentarias. Nosotros creemos que lo que se hizo en materia de reformas políticas, económicas y sociales con respecto al neoliberalismo fue muy trascendente. Pero hay que tener en cuenta que veníamos del huracán del ’76 e incluso del menemismo. Por lo tanto, lo que nos queda por recorrer es muchísimo. Una cuestión central para seguir atendiendo los problemas que nos quedan de pobreza e indigencia, es concretar una reforma impositiva que altere la lógica actual, muy basada en impuestos al consumo e ir más a una política que mire patrimonios y grandes rentabilidades.
–Un tema que generará más de una resistencia.
–Sin duda, pero en la Argentina las grandes corporaciones, tanto las locales como las multinacionales, obtienen ganancias muy superiores a la media internacional. Así que por allí hay que ir para poder transferir riquezas de los sectores muy concentrados de la economía hacia el Estado, considerando a este como la representación de la sociedad y que se reparta hacia los sectores que todavía están postergados. Todo ello sin olvidar las obras de infraestructura para que el país pueda tener un nivel de progreso integrado porque no sólo es esencial que el pueblo viva mejor, sino que también lo haga en una Nación moderna con caminos, sistemas de transporte, viviendas, etcétera.
–¿La cuestión minera qué prioridad tiene para usted?
–Es un tema complejo, qué duda cabe. Pero debe estar en la agenda y debemos ir a un debate sobre los recursos naturales, porque tienen un sistema de explotación que tiene que ver con la matriz del menemismo que es lo mismo que el neoliberalismo extremo.
–Son temas que tocan intereses de grandes corporaciones, como el proyecto de servicio financiero.
–Hay que cambiar la ley actual, esa que lleva la firma de (Jorge) Videla y (Alfredo) Martínez de Hoz que implantó toda una juridicidad tanto en los años de plomo como en el neoliberalismo. Entonces, la nueva ley que nosotros proponemos desde Nuevo Encuentro genera un cambio filosófico cuyo destinatarios son los usuarios, las empresas y las pymes y no el banco como negocio de la ideología del mercado. Sería un cambio muy grande desde el punto de vista de la democratización de la economía, pero además de todo lo simbólico sería un progreso importante porque habría más asignación de recursos para las pymes, que ahora son circunstanciales
–La presidenta habla de que en la nueva etapa es preciso profundizar el modelo. ¿Cómo se expresa eso en la agenda parlamentaria?
–Antes que nada, para nosotros lo primero es obtener un gran triunfo el 23 de octubre porque es preciso ampliar aun más la legitimidad política de la presidenta y de los parlamentarios que van a ingresar. Precisamente, para poder profundizar el modelo e ir por más igualdad, hace falta la máxima legitimidad popular y mayoría en las cámaras parlamentarias. Nosotros creemos que lo que se hizo en materia de reformas políticas, económicas y sociales con respecto al neoliberalismo fue muy trascendente. Pero hay que tener en cuenta que veníamos del huracán del ’76 e incluso del menemismo. Por lo tanto, lo que nos queda por recorrer es muchísimo. Una cuestión central para seguir atendiendo los problemas que nos quedan de pobreza e indigencia, es concretar una reforma impositiva que altere la lógica actual, muy basada en impuestos al consumo e ir más a una política que mire patrimonios y grandes rentabilidades.
–Un tema que generará más de una resistencia.
–Sin duda, pero en la Argentina las grandes corporaciones, tanto las locales como las multinacionales, obtienen ganancias muy superiores a la media internacional. Así que por allí hay que ir para poder transferir riquezas de los sectores muy concentrados de la economía hacia el Estado, considerando a este como la representación de la sociedad y que se reparta hacia los sectores que todavía están postergados. Todo ello sin olvidar las obras de infraestructura para que el país pueda tener un nivel de progreso integrado porque no sólo es esencial que el pueblo viva mejor, sino que también lo haga en una Nación moderna con caminos, sistemas de transporte, viviendas, etcétera.
–¿La cuestión minera qué prioridad tiene para usted?
–Es un tema complejo, qué duda cabe. Pero debe estar en la agenda y debemos ir a un debate sobre los recursos naturales, porque tienen un sistema de explotación que tiene que ver con la matriz del menemismo que es lo mismo que el neoliberalismo extremo.
–Son temas que tocan intereses de grandes corporaciones, como el proyecto de servicio financiero.
–Hay que cambiar la ley actual, esa que lleva la firma de (Jorge) Videla y (Alfredo) Martínez de Hoz que implantó toda una juridicidad tanto en los años de plomo como en el neoliberalismo. Entonces, la nueva ley que nosotros proponemos desde Nuevo Encuentro genera un cambio filosófico cuyo destinatarios son los usuarios, las empresas y las pymes y no el banco como negocio de la ideología del mercado. Sería un cambio muy grande desde el punto de vista de la democratización de la economía, pero además de todo lo simbólico sería un progreso importante porque habría más asignación de recursos para las pymes, que ahora son circunstanciales
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