4 de octubre de 2011

PADECIMIENTOS DE LOS INMIGRANTES QUE QUIEREN ESTUDIAR EN LOS ESTADOS UNIDOS



El sueño choca con la cruda realidad

Publicado el 4 de Octubre de 2011

Ante la falta de aprobación de una ley que beneficiaría a los hijos de ilegales (la Dream Act), son miles los jóvenes con preparación de excelencia que pagaron sus estudios pero no pueden conseguir trabajos acordes con su capacidad.
 
Cuando Rhode Island se convirtió en el duodécimo estado estadounidense en ofrecer el beneficio de una matrícula universitaria estatal a una tarifa menor para los inmigrantes que viven en el país sin autorización legal, los partidarios de la medida aseguraban que daría a los estudiantes el tipo de educación avanzada necesaria para tener éxito en el ambiente laboral. Sin embargo, esos estudiantes todavía enfrentan un obstáculo importante, aún con la ventaja de tener un título universitario: muchos no encuentran el camino para obtener el estatus legal y, bajo la actual Ley Federal de Inmigración, los empleadores no pueden contratarlos legalmente.
“Sé de estudiantes que se graduaron como ‘magna cum laude’ (con grandes elogios) y con los más altos honores en sus universidades, pero en este momento están trabajando por el salario mínimo en un restaurante”, dijo Antonio Albizures López, un guatemalteco de 20 años, que llegó a los Estados Unidos cuando tenía un año. Albizures, que busca la residencia legal, dijo que la mejor solución es aprobar la legislación federal conocida como Dream Act, que proporciona un camino a la residencia legal para los estudiantes universitarios.
La Junta de Gobernadores de la Educación Superior de Rhode Island, que supervisa las tres instituciones públicas de educación superior del estado, aprobó la semana pasada la matrícula estatal a partir del otoño de 2012 para los inmigrantes sin autorización legal. Once estados –California, Connecticut, Illinois, Kansas, Maryland, Nebraska, Nuevo México, Nueva York, Texas, Utah y Washington– tienen leyes que permiten a los hijos de inmigrantes ilegales pagar los precios de la matrícula estatal si cumplen ciertos requisitos.
Las investigaciones varían acerca del aumento de las inscripciones gracias al costo reducido de las matriculas estatales.
Un estudio realizado en 2010 por Aimee Chinn, un economista de la Universidad de Houston, no constató un alza considerable de jóvenes de entre 18 y 24 años que pudieron estudiar, aunque sí descubrió que los varones mexicanos asistieron en tasas moderadamente más altas. También halló que las matrículas estatales pueden ser todavía demasiado costosas, dado que los estudiantes inmigrantes no pueden solicitar ayuda educativa federal si están en el país de manera ilegal.
La matrícula preferencial de la Universidad de Rhode Island es de 9824 dólares, comparada con los 25.824 dólares de la matrícula regular. Pero incluso si más estudiantes asisten a universidades públicas con la ventaja de las matrículas estatales, una gran pregunta sigue sin respuesta: ¿Cómo les irá en el mundo laboral después de graduarse, incluso con un título que tradicionalmente facilita obtener el tipo de empleos de alta calificación y bien remunerados que no están disponibles para los que solamente terminan la escuela secundaria? “Incluso con un título universitario, no ha habido una reforma migratoria más general que permita a estos chicos conseguir un trabajo una vez que tienen su título”, aseguró Chinn.<
Tiempo Argentina.
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Si se amparan bajo la obsoleta ley federal de inmigrantes, me pregunto para què demonios les otorgan la matrìcula estudiantil, ademàs de discriminatario constituye una estafa no sòlo econòmica sino a la buena fe. Siempre fuimos discriminados por ser latinos (negros de cuarta).

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