19 de diciembre de 2014


Petróleo, finanzas y control mundial

Durante un reportaje que el editor de Economía de Página 12, Alfredo Zaiat, hizo en dúplex con quien escribe el 18 de noviembre de 2012 en Tiempo Argentino se analizó, entre otras cosas, la extensión temporal que podría tener la crisis financiera que se desencadenó en 2007-2008.

Petróleo, finanzas y control mundial
Durante un reportaje que el editor de Economía de Página 12, Alfredo Zaiat, hizo en dúplex con quien escribe el 18 de noviembre de 2012 en Tiempo Argentino se analizó, entre otras cosas, la extensión temporal que podría tener la crisis financiera que se desencadenó en 2007-2008.
La crisis del rublo en Rusia muestra con claridad que la zozobra y la incertidumbre en el mundo de la economía y las finanzas sigue más vigente que nunca. Ya transcurrieron ocho años y la inestabilidad parece un agujerito sin fin. En el caso de Moscú, la corrida contra el rublo, que perdió el 20% de su valor en dos días, tendrá consecuencias funestas contra la economía de Rusia que, según reconoció su presidente Vladimir Putin, se extenderán por, al menos, dos años.
El ataque especulativo contra la moneda rusa tiene su origen en el castigo que le infringió occidente, particularmente Estados Unidos y la Unión Europea, por no supeditarse a sus caprichos en Ucrania y desafiar sus designios.
Además, forma parte de una pulseada por el precio del crudo entre la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) de mantener su producción sin cambios mientras EE UU sigue bombeando crudo no convencional derrumbando el precio del petróleo a su valor mínimo en los ultimos cinco años.
Tanto es así que el ministro de Petróleo de Arabia Saudita, Ali al-Naimi, dijo en la última semana de noviembre de este año, durante una reunión de la OPEP, que había que "combatir" el shale oil de Estados Unidos. Lo llamativo es que Arabia Saudita, en su condición de socio político de los Estados Unidos, criticó la canilla abierta del shell oil por parte de Barack Obama, pero no aceptó reducir la cuota de producción de petróleo como lo habían sugerido, entre otros, Venezuela para atenuar un poco la caída del precio internacional del crudo.
Estados Unidos, con el apoyo simbólico de Arabia Saudita, fue el gran ganador de la pelea con la OPEP.
El precio del barril de Brent, el crudo de referencia en Europa, pasó de U$S 115 en junio de este año a U$S 59,27, valor que cotizó ayer.
De esta manera, Rusia, el mayor productor y exportador del mundo de  petróleo, que incrementó su producción en 2013 y la llevó al volumen más alto en la era postsoviética, a 10,51 millones de barriles por día, resultó la principal damnificada de esta decisión de los Estados Unidos de seguir vendiendo crudo en el medio de una economía mundial anémica por la crisis de Europa, el débil crecimiento del propio Estados Unidos y la desaceleración de China.
De esta manera, el presidente de EE UU Barack Obama le dio un golpe certero a la economía de Rusia que refuerza las sanciones económicas que le martillaron con énfasis en el sector financiero, de defensa y energético, que debilitaron a la economía rusa.
En este marco, las declaraciones de la canciller alemana Angela Merkel ratificando las sanciones a Rusia por su visión sobre ucrania parecieron un mensaje burlesco.
"Hasta tanto ese objetivo no se logre las sanciones siguen siendo inevitables", agregó Merkel a modo de advertencia.
Así Alemania ratificó la penalización económica a Rusia y le mostró a Putin que el derrumbe del precio del crudo no era fruto de la casualidad.
De paso cañazo, la jugada del petróleo también sacudió de forma directa a otro enemigo de los Estados Unidos, la autónoma Venezuela, cuyo principal y casi única fuente de ingreso es el crudo.
Caracas ya empezó a sentir el rigor del crudo de los Estados Unidos, que puede llegar a conseguir los objetivos que no logró en los últimos diez años Estados Unidos con sus continuas políticas y campañas desestabilizadoras.
Hasta ahora, el cartel de la OPEP establecía una relación de equilibrio en el mapa energético mundial pero el papel protagónico de los Estados Unidos en un mercado muy sensible políticamente modificó esta relación.
El petróleo, entonces, vuelve a resurgir como una herramienta estratégica que se utiliza en sintonía con las maniobras financieras para disciplinar a aquellos países que mantienen actitudes consideradas hostiles a los Estados Unidos y a los mercados.
La crisis económico-financiera, más que nunca, llegó para quedarse, ya no se trata simplemente de un elemento que refleja los desequilibrios en las relaciones de poder de las naciones (como en antaño) que se dirimen con guerras, sino en una herramienta de diseño que alecciona, disciplina a los actores políticos y económicos que apuntan a modificar el status quo mundial. Además, cumple otro papel determinante: favorecen los procesos de concentración del ingreso y la riqueza a nivel global y, lo más importante, apuntan a rediseñar las reglas de juego económicas en las que el piso de la rentabilidad los fijan los negocios financieros.
Tiempo argentino

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