23 de diciembre de 2025

 

La Justicia le pide explicaciones al Banco Central

“Operación de afano y cipayismo”, el letal editorial de Víctor Hugo por el envío del oro al exterior

En su editorial, el periodista y conductor de La Mañana cuestionó el giro de las reservas de oro hacia Londres y se preguntó: “¿Quién carajo es Caputo para disponer esa salida del oro sin opinión parlamentaria o de la justicia?”.

En su editorial, el periodista y conductor de La MañanaVíctor Hugo Morales, cuestionó con firmeza la decisión del Gobierno de Javier Milei, con Luis “Toto” Caputo a la cabeza, de sacar las reservas de oro del Banco Central y trasladarlas, sin explicación ni permiso, al exterior. Operación por la que ahora la Justicia pide explicaciones y por la que el editorialista se preguntó: “¿Quién carajo es Caputo para disponer esa salida del oro sin opinión parlamentaria o de la justicia?”.

El editorial de Víctor Hugo Morales

En la noche helada de junio, los camiones emitían una luz amarillenta. Lo ví. El oro, la masa de lingotes que viajaban hacia Ezeiza, emitían como soles internos y denunciaban la operación. A las órdenes de Caputo, una banda provocaba el desprecio del Gordo Valor. Así cualquiera roba. Nosotros nos jugábamos la vida, al menos. Si la queja sucedía, tenía razón.

El gobierno argentino estaba sacando el oro del país hacia Londres en una operación de afano y cipayismo que denunciaba La Bancaria. Ahora la justicia le ordena al Banco Central que diga dónde está el oro. Fue en junio de 2024. Varios camiones de noche y de día se llevaron el oro. Nadie sabía lo que estaba sucediendo. Por qué lo hacían. A dónde se lo llevaban.

Cuando lea la nota de Melisa Molina en Página|12 podrá renovar el asombro. La derecha lo puede hacer lo más campante. Hacer un presupuesto y una reforma laboral en la cual roban a los pobres para dárselo a los más ricos. Porque estos son los que tienen el poder y si se trabaja para ellos, se saca patente para robar. Robamos todos, todos contentos. Aguante Milei. Vamos, Toto.

Caputo tiene cara de Toto, bueno, distraído, de pocas y modestas palabras. Pero es un jugador de la Champions como decía Marcos Peña, sin aclarar que se refería al anticipo y robo de balones. No es fino al jugar, pero si la tiene que tirar a la tribuna, la tira o la saca por Ezeiza.

Cuando La Bancaria pidió explicaciones, la justicia respondió que la operación estaba cubierta por excepciones legales destinadas a salvaguardar la seguridad del sistema financiero y los secretos comerciales. Raro el juez o la ley. Cualquiera pensaría que la forma de proteger el sistema es evitar que lo roben o, al menos, saberlo.

Ahora la Sala V de la Cámara en lo Contencioso Administrativo dice que hay que dar respuesta a La Bancaria. ¿Quién lo tiene al oro argentino? ¿A cuánto de interés lo depositó? ¿Quiénes ganan? ¿Cómo hace para recuperarlo si lo tiene Londres, que no devuelve los frisos del Partenón de Atenas?

¿Qué ley de Dios le permite a Caputo y Milei mandar el oro a Londres sin preguntarle a nadie la conveniencia de ofrecer al enemigo ese poder económico? ¿Quién carajo es Caputo para disponer esa salida del oro sin opinión parlamentaria o de la justicia? ¿Cómo es? ¿Vas y lo sacás, lo subís a los camiones y le decís al chofer “entregue eso a fulano en Ezeiza, dígale que va de parte mía”?

Es un capítulo alucinante de la saga Milei-Caputo. Mientras la mafia de Clarín se pregunta en tapa por qué de Pilar a Capital, si tenés un helicóptero para viajar, lo usás, en vez de venir por la Panamericana, el país hace una de Netflix: Robo al Banco Central, electrizante búsqueda de la libertad que avanza.

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