23 de mayo de 2015






JUAN DOMINGO PERON

La única verdad es la realidad.

Mejor que decir es hacer, mejor que prometer es realizar.

Para un peronista no hay nada mejor que otro peronista. Este pensamiento está superado por este otro: Para un argentino no debe haber nada mejor que otro argentino.

El único sucesor de Perón será el Pueblo Argentino.

El hombre es bueno, pero si se lo vigila es mejor.

Jóvenes son aquellos que no tienen ni el cerebro marchito ni el corazón intimidado.

El año 2000 nos encontrará unidos o dominados.

La calumnia es el tributo que el egoísmo rinde al mérito.

Yo llevo en mis oídos la mas hermosa música que para mi es la palabra del pueblo argentino.

Para conducir un pueblo la primera condición es que uno haya salido del pueblo, que sienta y piense como el pueblo.

Quienes quieran oír, que oigan; quienes quieran seguir, que sigan. Mi empresa es alta, y clara mi divisa; mi causa es la causa del pueblo; ¡mi guía es la bandera de la patria!

Lo único que vence al tiempo son las organizaciones, pero las organizaciones imbuidas por la mística de un ideal superior a la vida misma de los hombres que lo alientan.

Sin justicia social no puede haber libertad.

Saludo a la mujer que se incorpora a la política; ella es la causa de las virtudes de nuestro pueblo.

No hay nuevos rótulos que califiquen a nuestra doctrina ni a nuestra ideología. Somos lo que las veinte verdades peronistas dicen. No es gritando la vida por Perón que se hace patria, sino manteniendo el credo por el cual luchamos.

Jugamos nuestro destino en la escala de valores: primero la patria, después el movimiento y luego los hombres.

Si llevo sólo a los buenos, voy a quedar con muy poquitos.

En la política como en la vida, el amigo más fiel ha de ser una conducta honrada.

Es la humildad la fuerza que puede dominar al mundo, pero jamás la soberbia.

La verdad es el arma fundamental del político.

Podemos caminar por distintos caminos, pero siempre tras el mismo objetivo.

En el proceder directivo es preciso que el impulso este siempre dominado por la reflexión.

Al éxito se llega por el sacrificio y al sacrificio se lo enfrenta con una causa noble
que se quiere servir.

Debemos trabajar con realidades y no con ilusiones.

El Justicialismo necesita apóstoles y para ser apóstol hay que estar dispuesto a ser héroe y solamente los fanáticos de amor por una causa son capaces de morir por un ideal.

No a todos convenzo y no es para menos. Un conocido aristócrata europeo, que era además embajador de un país de origen ante nosotros, se permitió un día calificarme de "roñoso", porque yo marchaba del lado de los obreros. Me invitó a almorzar. Yo me puse mi traje de general, me puse las condecoraciones recibidas que no cabían en mi pecho y coloqué los sobrantes hasta en los pantalones. Me fui a la comida en un automóvil "cadillac", con un chofer vestido de librea, cuando llegué le di la mano al portero, antes que al dueño de casa. Es que para mí existen dos clases de hombres: los que sirven a sí mismos y los que sirven a los demás. Hace dos mil años que el justicialismo ya era justicialismo. Lo que pasa es que nadie le llevaba el apunte, ni le hacía caso. Pongamos en ejecución lo que hace dos mil años enseño Cristo al mundo....
La fuerza del Padre Eterno-suele bromear el general-reside en que casi nunca aparece y si lo hace, se considera algo excepcional. Si viéramos todos los días al Hacedor Supremo, no faltarían imbéciles que quisieran reemplazarlo y algunos de nosotros, incluso, le perderíamos el respeto.

No critiques a los enemigos, que a lo mejor aprenden...

Un pueblo no se hace en una hora. Un pueblo se hace sobre sus esencias, sobre su historia. Un pueblo avanza sobre el camino de su historia cuando, en una coyuntura excepcional, una generación consigue poner en ebullición creadora las posibilidades nacionales.

La Patria no consiste en el tiempo limitado de nuestras vidas. Nos prolongamos en nuestros hijos como en nuestras obras. En consecuencia aspiramos a proporcionar a las generaciones de mañana una vida más plena. Más fuerte en el respeto de sus derechos. Más feliz en el cumplimiento de sus deberes.

Es evidente que en todos los movimientos revolucionarios existen tres clases de enfoques: el de los apresurados, que creen que todo anda despacio, que no se hace nada porque no se rompen cosas ni se mata gente. El otro sector está formado por retardados, esos que quieren que no se haga nada... Entre esos dos extremos perniciosos existe uno que es el equilibrio y que conforma la acción de una política, que es el arte de hacer lo posible...

Hemos de llevar a la universidad obrera a nuestros muchachos pobres, porque entre ellos, estoy pensando hay más inteligencia y más corazón.

He recordado una vez, y la ocasión se presta para rememorarlo, una frase de los viejos políticos - hay que educar al soberano- nunca pasó de ser una doble mentira, desde que jamás pensaron ellos que el pueblo fuese verdaderamente soberano y tampoco se preocuparon nunca de su educación, acaso porque sabían demasiado bien que educarlos, significaba mostrarle peligrosamente los caminos de la soberanía.
Siempre he creído, que los grandes hombres no pueden atarse a un incidente de su vida. Los tropiezos son obstáculos sólo para algunos hombres. El hombre de valores reales encadenará algo de las veleidades de su propio destino a su voluntad; hará y vivirá su vida sobre las miserias fisiológicas y morales. El éxito, el triunfo y la gloria, están muchas veces ocultos en caminos que jamás se nos hubiera ocurrido recorrer; para alcanzarlos se necesita ‘el hombre’, no ‘los hombres’.
Siempre he pensado que para los hombres bien nacidos luchar con los vivos puede ser un honor; pero luchar con los muertos es una infamia. Aún en un mundo podrido, siempre habrá algo que respetar, algo que reverenciar. Estos vándalos han demostrado haber perdido el respeto a sí mismo. (Acerca de la  profanación, ultraje, robo y desaparición del cuerpo de  Evita)
Soy partidario de que la Argentina y Chile tengan fronteras libres.
Libre no es un obrar según la propia gana, sino una elección entre varias posibilidades profundamente conocidas. Y tal vez, en consecuencia, observaremos que la promulgación jubilosa de ese estado de libertad no fue precedida por el dispositivo social, que no disminuyó las desigualdades en los medios de lucha y defensa ni, mucho menos, por la acción cultural necesaria para que las posibilidades selectivas inherentes a todo acto verdaderamente libre pudiesen ser objeto de conciencia.
Sin Justicia Social no puede haber libertad.
El problema del pensamiento democrático futuro está en resolvernos a dar cabida en su paisaje a la comunidad.
Lo único que vence al tiempo son las organizaciones.
Quienes quieran oír que oigan; quienes quieran seguir que sigan. Mi empresa es alta y clara mi divisa; mi causa es la causa del pueblo; ¡ mi guía es la bandera de la patria !
Queremos una Patria socialmente justa, económicamente libre y políticamente soberana.
Hay demasiados deseos insatisfechos, porque la primera luz de la cultura moderna se ha esparcido sobre los derechos y no sobre las obligaciones; ha descubierto lo que es bueno poseer mejor que el buen uso que se ha de dar a lo poseído o las propias facultades.
Yo llevo en mis oídos las más maravillosa música que, para mí, es la palabra del Pueblo Argentino.
Todos debemos ser artífices del destino común, pero ninguno debe ser instrumento de la ambición de nadie.
Es ya intolerable soportar la miseria en medio de la abundancia. Y es ésta una cuestión a la cual hay que ponerle término de una vez por todas.
La agitación de las masas es un efecto de la injusticia social.  El remedio no ha de estar en engañarlas ni en someterlas por la fuerza, sino en hacerles justicia; porque en países como el nuestro, de abundancia extraordinaria, no puede tolerarse la desgracia y la miseria en medio de la opulencia.
La sangre ahorra tiempo, pero cobra muy caro. (Al respecto de cómo hacer una revolución)
Renunciar a la política es renunciar a la lucha y renunciar a la lucha es renunciar a la vida, porque la vida es lucha.
Si alguna vez llegase a haber otro golpe, el pueblo quedará tan derrotado que la vuelta constitucional servirá solamente para garantizar, con el voto popular, los intereses del imperialismo y de sus cipayos nativos Cada nueva elección no hará sino remachar los nuevos yugos coloniales.
Se puede decir una mentira, pero no se puede hacer una mentira.
Se pueden decir mil mentiras, pero con todas ellas no se puede construir una sola verdad.
Al hombre es preferible persuadirle que obligarle. Por eso el verdadero gobernante es, además de conductor, un maestro. Su tarea no se reduce a conducir un pueblo sino también a educarlo.
Así como no podemos concebir un hombre sin alma, es inconcebible un pueblo sin doctrina. Ella da sentido a la vida y congruencia a los actos de la comunidad. Es el punto de partida de la educación del pueblo.
El gobierno se ejerce con la razón y el derecho. Doblegar violentamente a la razón y al derecho es un acto de barbarie cometido contra la comunidad.
A menudo se cree que una dictadura militar es un gobierno fuerte. El único gobierno fuerte es el del pueblo. El de los militares es sólo un gobierno de fuerza.
El traidor no cambia, cambian los traicionados.
Se construye sobre la mentira y sobre ella, se vive una parodia infamante de la realidad, llamada vida moderna, en la que el hombre va siendo cada día menos hombre y la vida va mereciendo menos la pena de vivirla. Sin embargo, hay mucha gente contenta con este destino que se forja más en las agencias de noticias de la falsedad y de la propaganda, que en la realidad de un que hacer histórico que un día ha de avergonzar a la humanidad misma.
El Movimiento Justicialista celebra como su propia fiesta la fiesta de los trabajadores argentinos, primero, porque el Movimiento Justicialista es un movimiento obrero y segundo porque nadie hizo en su beneficio antes que nosotros lo que nosotros hemos hecho.”

La libertad, para que sea libertad, ha de ser la que el pueblo quiera, y no la que pretendan imponernos desde afuera.  
La lucha por la libertad, para nosotros, es la que nos conduce a la justicia social, a la independencia económica y a la soberanía política.  
Los argentinos tenemos nuestro régimen de libertad constitucional; pero que será de el en la injusticia social, en la esclavitud económica o en el vasallaje político. 
Todo eso nos conducirá a la libertad tan conocida por los trabajadores argentinos: la libertad de morirse de hambre.  
Por eso, el cuento de la libertad es demasiado conocido para que nosotros podamos caer en el.
Nuestro objetivo es social. 
La política y la economía son solo medios. 
Las políticas y las economías que no mejoran la situación social no sirven.
Que cada primero de mayo sea para nosotros un altar levantado en cada corazón para revivir la memoria de los que murieron en defensa de los pueblos.
Sobre los cristianos: Es más fácil cumplir el rito que realizar la doctrina.20 VERDADES DEL PERONISMO
  1. La verdadera democracia es aquella donde el gobierno hace lo que el pueblo quiere y defiende un solo interés: el del pueblo.
  2. El Peronismo es esencialmente popular. Todo círculo político es antipopular y, por lo tanto, no es peronista.
  3. El Peronista trabaja para el movimiento. El que en su nombre sirve a un círculo o a un caudillo, lo es sólo de nombre.
  4. No existe para el Peronismo más que una sola clase de hombres: los que trabajan.
  5. En la Nueva Argentina, el trabajo es un derecho, que crea la dignidad del hombre, y es un deber porque es justo que cada uno produzca por lo menos lo que consume.
  6. Para un Peronista no puede haber nada mejor que otro Peronista.
  7. Ningún Peronista debe sentirse más de lo que es ni menos de lo que debe ser. Cuando un Peronista comienza a sentirse más de lo que es, empieza a convertirse en oligarca.
  8. En la acción política, la escala de valores de todo Peronista es la siguiente: primero, la Patria; después el movimiento y luego, los hombres.
  9. La política no es para nosotros un fin sino sólo un medio para el bien de la patria, que es la felicidad de sus hijos y la grandeza nacional.
  10. Los dos brazos del Peronismo son la justicia social y la ayuda social. Con ello damos al pueblo un abrazo de justicia y de amor.
  11. El Peronismo anhela la unidad nacional y no la lucha. Desea héroes pero no mártires.
  12. En la Nueva Argentina los únicos privilegiados son los niños.
  13. Un gobierno sin doctrina es un cuerpo sin alma. Por eso el Peronismo tiene su propia doctrina política, económica y social: El Justicialismo.
  14. El Justicialismo es una nueva filosofía de la vida, simple, práctica, popular, profundamente cristiana y profundamente humanista.
  15. Como doctrina política, el Justicialismo realiza el equilibrio del derecho del individuo con el de la comunidad.
  16. Como doctrina económica, el Justicialismo realiza la economía social, poniendo el capital al servicio de la economía y ésta al beneficio del bienestar social.
  17. Como doctrina social, el Justicialismo realiza la justicia social que da a cada persona su derecho en función social.
  18. Queremos una Argentina socialmente justa, económicamente libre y políticamente soberana.
  19. Constituímos un gobierno centralizado, un estado organizado y un pueblo libre.
  20. En esta tierra lo mejor que tenemos es el pueblo.
Si por haber salido en defensa de los hombres que trabajan, mi nombre ha de ser execrado por los que vivían felices, con la infelicidad de cuantos contribuían a levantar e incrementar sus fortunas, ¡bendigo a Dios por haberme hecho acreedor a tal execración!
El fin de la riqueza no es simplemente el bienestar material del hombre sino ese mismo bienestar, subordinado al derecho y a la moral.
El capitalismo es una fuerza de aglomeración fría, internacional, sin patria ni corazón. Es, en otras palabras, la aglutinación de lo espurio del dinero. Es también el acaparamiento de la riqueza.
El que no tiene buena cabeza para prever, ha de tener buenas espaldas para aguantar.
Es muy triste el mundo de la injusticia para obligar a los hombres a vivir en él.
Desde el principio de su historia nuestro pueblo ha paseado por el mundo el señorío de sus virtudes. La generosidad, la justicia, la solidaridad, la hidalguía, el amor, el sentido cordial de la dignidad humana, su vocación por la justicia y la libertad, su fe en los valores eternos del espíritu, le han ganado su derecho a la felicidad.
La conducción es un arte simple y todo de ejecución.
Las doctrinas políticas no pueden ser eternas, aunque sean eternos los principios que las sustentan….Solo hay una parte de la doctrina que es eterna: la que cristaliza los grandes principios. Esa sí permanece, porque lo que cambia en el mundo son las formas; el fondo permanece siempre inmutable, y es sobre el fondo que se arman los grandes principios.
Unidos, seremos inconquistables, separados indefendibles.
Siempre he deseado inspirarme en las enseñanzas de Cristo. Lo destaco porque al igual que no todos los que se llaman demócratas lo son en efecto, no todos los que se llaman católicos se inspiran en las doctrinas cristianas. Nuestra religión es una religión de humildad, de renunciamiento, de exaltación de los valores espirituales por encima de los materiales. Es la religión de los pobres, de los que sienten hambre y sed de justicia, de los desheredados.
Cuando se sirve al Pueblo, los sinsabores se compensan con las satisfacciones y se llega a ser grande sin sentirlo, no sólo por lo que se hace, sino también por las injurias y las diatribas que se soportan.
No es más limpio el que limpia mucho sino quien ensucia poco.
Sin duda el peronismo no hubiera sido el mismo sin Eva Perón. Ella puso la cuota de amor y de fanatismo que necesitan las grandes causas. Mientras yo ponía los ladrillos, construía la casa grande que nos iba a cobijar a todos, ella abrigaba a los que estaban afuera para que no se murieran de frío esperando para entrar.
Cada uno de nosotros posee la llave del más resonante triunfo. Busque usted ante de que sea demasiado tarde la disciplina que más la guste y dedíquele dos horas diarias. Al cabo de los años será usted invencible.
Hemos de crear la Universidad Obrera para formar los técnicos del porvenir.
Los hombres y los pueblos que no sepan discernir la relación del bienestar con el esfuerzo, no ganan el derecho a la felicidad que reclaman.
Quién gasta más de lo que produce es un insensato; el que gasta lo que gana olvida el futuro; el que produce y gana más de de lo que consume es un prudente que asegura su porvenir.
He dicho en la Secretaría de Trabajo y Previsión en 1944 que entiendo el gobierno de una sola manera: que cada hombre vaya conociendo e interesándose por la cosa pública. Considero a la Nación como un inmenso mecanismo dentro del cual cada hombre constituye una de sus ruedas. Y cuando una sola de esas ruedas no anda bien, todo el mecanismo se resiente. Vale decir, creo que los pueblos en los que los hombres que los componen no se ocupan de la cosa pública, de las cuestiones que interesan en conjunto, se desentienden porque los políticos los han reemplazado en el interés que los ciudadanos deben tener por la cosa pública, y ese país se pierde.
El deporte enseña a forjar el carácter, a templar el alma y formar esa naturaleza de vencedor que debe tener el ciudadano argentino.
Nuestra aspiración ha de ser que no haya ningún pibe en la Argentina que no practique alguna actividad deportiva. El tiene la escuela para nutrir su inteligencia y tiene la otra escuela de la educación, que es la del deporte, donde debe nutrir su cuerpo y donde debe nutrir su alma; de manera entonces que, sin son importantes, la escuela, el colegio y la universidad, es igualmente importante el campo del deporte, donde él vaya formando su verdadera personalidad, fortificando su cuerpo, sus músculo y fortaleciendo sus huesos.
Así como la clase de los hombres que trabajan va substituyendo a los representantes del individualismo capitalista en el panorama político, también la clase de los hombres que trabajan va substituyendo progresivamente a las empresas individualistas, con las nuevas organizaciones de tipo cooperativo. Ello significa que los trabajadores, por la natural evolución económica de nuestro sistema, van adquiriendo progresivamente la propiedad directa de los bienes capitales de la producción, del comercio y de la industria. Este camino, por el que avanzan ya los trabajadores argentinos, tiene un largo pero fecundo recorrido y posibilitará el acceso del pueblo a la conducción de su propia economía. El viejo ideal del pueblo, en la plena posesión de sus derechos políticos, sociales y económicos, se realizará entonces, y en aquel momento la justicia social alcanzará la cumbre de sus objetivos totales y la doctrina peronista será la más bella y absoluta de las realidades.
Pensamos que tanto el capitalismo como el comunismo son sistemas ya superados por el tiempo. Consideramos al capitalismo como la explotación del hombre por el capital y al comunismo como la explotación del individuo por el Estado. Ambos "insectifican" a la persona mediante sistemas distintos. Creemos más, pensamos que los abusos del capitalismo son la causa y el comunismo el efecto. Sin capitalismo el comunismo no tendría razón de ser, creemos igualmente que, desaparecida la causa, se entraría en el comienzo de la desaparición del efecto.
Nosotros no trabajamos para los historiadores, sino para el pueblo de nuestro tiempo, que ha de ir transmitiendo al pueblo de los tiempos venideros la verdad de lo que hicimos e incluso las nobles intenciones y los grandes sueños que no pudimos realizar.
Yo he de dejar al pueblo organizado, con el destino en sus manos. Si el pueblo, después, hace mal uso de su destino, él será el culpable, pero yo no tendré ningún cargo de conciencia al irme del gobierno.
Tanto he querido que el pueblo no sea engañado que he hecho que él mismo venga a participar del gobierno. He traído gente del pueblo a trabajar conmigo; he llevado gente del pueblo al Congreso y a todas las esferas gubernamentales, y llevaré cada día más para que el pueblo, con sus propias manos, pueda palpar esa verdad. Yo no cambio de causa: yo ya muero con esta causa. Yo defiendo una sola causa: la justicia. Donde está la justicia, allí estoy yo.
No hay que castigar al que se equivoca, sino al que no hace nada para no equivocarse.
La economía nunca ha sido libre: o la controla el Estado en beneficio del Pueblo o lo hacen los grandes consorcios en perjuicio de este.
La amistad es la gran fuerza aglutinante en toda lucha y nada puede desarrollar la solidaridad indispensable como la existencia de una verdadera amistad. Yo sé que esto no es fácil en las circunstancias actuales, pero cuando todos los peronistas trabajen por el bien común, la amistad será su consecuencia.
Siempre he pensado que las revoluciones más profundas y duraderas son aquellas que llegan a modificar la conciencia de los hombres y de los pueblos.
La buena fe de las causas se conoce por el cuño de las obstinaciones.

Juan Domingo Peron

Historia del peronismo














































































































































































































































































































































































































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