20 de agosto de 2024

Milei, Cerimedo y el Golpe a Lula: La Corte Suprema de Brasil desenmascaró la trama detrás de las elecciones en Brasil

La justicia brasileña ha dado un nuevo paso en la investigación sobre el intento de golpe de Estado contra Lula da Silva, involucrando al consultor argentino Fernando Cerimedo, pieza clave en la campaña de Javier Milei y director del portal ultraderechista La Derecha Diario. En este entramado, Elon Musk se enfrenta a la Corte Suprema de Brasil, desobedeciendo órdenes judiciales y cerrando operaciones de X (antes Twitter) en el país. La influencia de las "milicias digitales" y la escalada de tensiones internacionales exponen un peligroso cruce entre política, tecnología y desinformación.



Por Sofía Arregui) La reciente orden de la Corte Suprema de Brasil que exige a Elon Musk entregar los datos de usuarios vinculados a la investigación sobre el intento de golpe de Estado contra Lula da Silva ha desatado una tormenta política de magnitud internacional. En el centro de esta controversia se encuentra Fernando Cerimedo, el consultor digital del presidente argentino Javier Milei, señalado como uno de los principales operadores en la creación y expansión de las "milicias digitales" que promovieron la desinformación masiva durante las elecciones presidenciales de Brasil en 2022.

Cerimedo, un personaje clave en la maquinaria digital de la ultraderecha, se ha ganado una reputación oscura como el estratega detrás de las campañas de odio y manipulación que han sacudido la democracia en América Latina. En Brasil, su rol va más allá de la mera propaganda: según la Policía Federal, Cerimedo no solo diseminó noticias falsas para sembrar dudas sobre el sistema electoral brasileño, sino que también jugó un papel central en la coordinación de esfuerzos para incitar a las fuerzas bolsonaristas a desafiar el Estado Democrático de Derecho.

El ascenso de Cerimedo al estrellato de la ultraderecha no es casual. Su influencia creció exponencialmente durante la campaña que llevó a Javier Milei a la presidencia de Argentina, donde se destacó como el artífice de una red de trolls y cuentas falsas que inundaron las redes sociales con mensajes que buscaban polarizar y radicalizar a la opinión pública. "Quiero ser el Magnetto de la Derecha", proclamó Cerimedo en octubre de 2022, haciendo alusión al poderoso empresario mediático argentino Héctor Magnetto. Sus aspiraciones no se limitaban a Argentina: Cerimedo se proyectaba como el líder de una ofensiva digital ultraderechista a nivel regional.

Sin embargo, su ambición lo llevó a cruzar fronteras, y su involucramiento en Brasil terminó por atraer la atención de la justicia. El juez Alexandre de Moraes, del Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil, lo identificó como uno de los núcleos operativos de las "milicias digitales" que atacaron el sistema electoral brasileño. La investigación lo señala como un actor clave en la difusión de noticias falsas que buscaban justificar un golpe de Estado, apoyándose en supuestas irregularidades en las urnas electrónicas que fueron completamente desacreditadas.

El rol de Cerimedo en este intento de subversión no se limita a la mera difusión de desinformación. Según los documentos judiciales, también participó en reuniones con altos funcionarios militares y asesores de Bolsonaro, donde se habrían discutido planes para deslegitimar las elecciones y preparar el terreno para un levantamiento contra el gobierno electo de Lula. Estas actividades lo colocan en el centro de una trama criminal que no solo amenaza la estabilidad de Brasil, sino que también resuena en toda la región.

El desafío de la justicia brasileña a Elon Musk marca un capítulo crucial en esta historia. El dueño de X (anteriormente Twitter) ha decidido desobedecer las órdenes del STF, argumentando que cumplir con ellas violaría leyes internacionales y comprometería la privacidad de los usuarios. En respuesta, Musk ha cerrado las operaciones de X en Brasil, en un movimiento que podría ser interpretado como un respaldo implícito a los sectores más radicales del bolsonarismo y una muestra de su alineación con figuras como Milei y Donald Trump.

Esta confrontación entre Musk y la justicia brasileña no es la primera. En abril de 2024, Musk ya había sido multado por permitir que las "milicias digitales" operaran libremente en su plataforma, desafiando las medidas del STF. Las multas diarias de 100 mil reales impuestas a X por cada cuenta que incumpla las órdenes judiciales no han sido suficientes para disuadir al magnate, quien parece estar dispuesto a jugar un rol activo en la batalla geopolítica que se está librando en la región.

La negativa de Musk a colaborar con las autoridades brasileñas no solo complica la investigación sobre el golpe de Estado, sino que también pone en evidencia la creciente influencia de los gigantes tecnológicos en la política global. Las plataformas como X han dejado de ser meros vehículos de comunicación para convertirse en actores clave en la arena política, capaces de influir en el destino de naciones enteras.

La relación entre Musk y Cerimedo, aunque no explícita, se inscribe en un contexto más amplio de convergencia entre los movimientos ultraderechistas y los intereses corporativos que buscan socavar las instituciones democráticas. La complicidad entre ambos pone en riesgo no solo la estabilidad de Brasil, sino también la de otros países de la región, donde la estrategia de desinformación y manipulación digital podría replicarse con consecuencias devastadoras.

La resistencia de la justicia brasileña frente a estas fuerzas es un ejemplo de la lucha por preservar el Estado de Derecho en un contexto de crecientes amenazas internas y externas. Sin embargo, la pregunta sigue siendo: ¿podrá Brasil, y por extensión América Latina, resistir el embate de estas nuevas formas de intervención digital que buscan desestabilizar democracias desde las sombras?

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