7 de agosto de 2025

Alista a su gobierno y Ejército para imponer la ocupación israelí en toda la zona

Netanyahu prepara el asalto final a Gaza

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se lava las manos ante la intención de Benjamin Netanyahu de anexionar Gaza a Israel, siguiendo los planes que la extrema derecha y los ultraortodoxos judíos preconizaron aplaudidos por el lobby judío en Washington desde que el primer ministro hebreo ordenara la ofensiva masiva contra la Franja de Gaza el 7 de octubre de 2023, en venganza por la matanza causada por Hamás en territorio israelí.

Lo ha dicho Trump esta semana. Lo que ocurra con Gaza “dependerá en gran medida de Israel”, ha espetado. De la misma forma en que, con armas y apoyo político internacional, EEUU respaldó desde un principio la invasión del enclave palestino y el genocidio de 61.000 gazatíes, ahora Trump evita toda crítica al mesianismo de Netanyahu y se hace un lado para que el líder del Likud termine su trabajo, con esa ocupación militar de toda la Franja y su anexión final.

Los miles de colonos israelíes que llevan ya semanas reclamando en la frontera con Gaza un pedazo de tierra palestina, al igual que las fuerzas más extremistas en el Gobierno de Netanyahu, aplauden este paso hacia la creación del Gran Israel, que incluye también la absorción gradual por colonos ilegales judíos de la mayor parte del otro territorio palestino, Cisjordania.

La decisión está tomada

Netanyahu ha anunciado que su intención es ocupar toda Gaza, cueste lo que cueste, y así lo hará saber en la reunión pendiente con el Gabinete de Seguridad israelí, formado por políticos y militares. Altos mandos del ejército ya han criticado ese paso, pues, de facto, sentenciaría a muerte a la veintena de rehenes israelíes aún vivos en manos del grupo palestino Hamás. Cerca de 250 personas fueron secuestradas en octubre de 2023, durante la incursión en Israel de miles de guerrilleros de Hamás que masacraron a 1.200 israelíes y ciudadanos de otros países.

Según ha publicado la prensa hebrea, Netanyahu defenderá ante el Gabinete de Seguridad israelí la continuación de la ofensiva militar "y su expansión a zonas donde se teme que haya rehenes". Además, añade, el primer ministro israelí propondrá "la ocupación total de la Franja de Gaza".

Altos mandos militares ya han mostrado sus críticas a estos planes. En primer lugar porque podrían suponer la muerte de los cautivos aún en manos de Hamás, ya sea ejecutados por esta organización o en el curso de los bombardeos y la destrucción que implicará el avance del ejército.

Rechazo militar y político a la conquista de Gaza

El jefe del Estado Mayor israelí, Eyal Zamir, ya se ha opuesto a esa ocupación militar total de la Franja y confía en llegar a algún tipo de tregua con Hamás para conseguir la liberación de los rehenes vivos y la devolución de las varias decenas de cuerpos de otros cautivos que siguen en posesión de la guerrilla palestina.

Pero Netanyahu y sus halcones ya han remarcado que los militares deberán acatar las órdenes del primer ministro o renunciar a sus puestos. Un portavoz de Netanyahu afirmó este martes que las fuerzas armadas israelíes “están preparadas para implementar cualquier decisión tomada por el gabinete político y de seguridad”. Este ominoso anuncio se hizo después de que el primer ministro se reuniera durante tres horas con Eyal Zamir.

Netanyahu no solo ignora a los militares. Grupos civiles también han manifestado en vano su rechazo a una invasión total de Gaza, pero estas voces quedan solapadas por quienes reclaman la invasión del territorio vecino, su ocupación militar, su anexión y su posterior colonización, que en realidad comenzó ilegalmente décadas antes, como ocurrió en Cisjordania, y pudo ser detenida y revertida en 2005.

Entre quienes han cerrado filas en torno a Netanyahu está el ministro de Defensa israelí, Israel Katz, quien señaló este martes que, "una vez que el liderazgo político tome las decisiones necesarias, la cúpula militar, como ha hecho en todos los frentes de guerra hasta la fecha, implementará profesionalmente la política determinada".

Hamás ya no es una amenaza

De nada sirve contra este “razonamiento” la postura de 600 funcionarios de seguridad israelíes retirados, entre militares y responsables de servicios de inteligencia, que han escrito una carta conjunta a Trump para que el presidente de EEUU presione a Netanyahu a fin de que éste pare la ofensiva en Gaza de forma inmediata.

“A nuestro juicio, Hamás ya no representa una amenaza estratégica para Israel”, indica la misiva. Según los firmantes, Trump tiene una “credibilidad” ante la mayor parte de los israelíes “para dirigir al primer ministro Netanyahu y a su Gobierno en la dirección correcta: poner fin a la guerra, devolver a los rehenes y detener el sufrimiento”.

También la oposición política israelí ha mostrado su rechazo a la más que probable ocupación de todo el territorio gazatí. Así, el líder opositor Yair Lapid advirtió a Netanyahu este miércoles de que tal paso es “una pésima idea”. Dirigiéndose al primer ministro en su cuenta de X, Lapid fue contundente: "La mayoría de la gente no te apoya; al pueblo de Israel no le interesa esta guerra. Pagaremos un alto precio por ello".

Lapid subrayó la necesidad de que sean gobiernos árabes, por ejemplo Egipto, los que se ocupen de gestionar Gaza, una vez retiradas las fuerzas israelíes, en lugar de pensar en la ocupación y anexión de la Franja.

El político opositor destacó un día antes, en otras declaraciones, que, en caso de anexión, el contribuyente israelí deberá hacerse cargo del mantenimiento de los dos millones de palestinos de Gaza, "de su electricidad y agua, de la construcción de escuelas y hospitales…". Lo que no considera Lapid es que la actual estrategia de Netanyahu y sus halcones apunta a vaciar Gaza de palestinos, desplazándolos por la fuerza o asesinándolos, con bombas o mediante el hambre.

Incluso el ministro de Exteriores israelí, Gideon Saar, pidió que se preste atención a lo que dicen los militares sobre la eventual ocupación completa de Gaza. "El jefe del Estado Mayor debe expresar su opinión profesional de forma clara e inequívoca ante la cúpula política", subrayó Saar.

Desde la ONU, el subsecretario general para Asuntos Políticos, Miroslav Jenča, afirmó ante el Consejo de Seguridad que la ocupación total de Gaza por Israel sería "profundamente alarmante", pues pondría en peligro la vida de más civiles palestinos y de los rehenes israelíes que tiene secuestrados Hamás.

Netanyahu, sordo a cualquier razonamiento

Pero el Netanyahu más autoritario ya se ha impuesto sobre cualquier consideración de diálogo en Israel, con la oposición o incluso con sus propios acólitos. Este país, al que sus defensores a ultranza consideran como la única democracia de Oriente Medio, en realidad hace tiempo que derivó en un Estado terrorista, regido por un líder con ínfulas mesiánicas que utiliza la guerra para eludir su enjuiciamiento por acciones derivadas de ese autoritarismo, y que está rodeado de radicales ultranacionalistas y extremistas religiosos.

Esta jerarquía ultraderechista, apoyada por el ejército y los servicios de inteligencia israelíes, ignora las protestas populares y ha hecho del genocidio de un pueblo, el palestino, una razón de ser para blindar a su país de supuestas agresiones futuras y para aumentar su territorio nacional.

Las matanzas de civiles, el uso del hambre como arma de guerra, la destrucción sistemática de las ciudades, pueblos y viviendas de Gaza han llevado a tribunales como la Corte Internacional de Justicia o la Corte Penal Internacional a considerar las acusaciones de genocidio lanzadas contra Israel, sustentadas incluso por la ONU, y a ordenar la busca y captura internacional de Netanyahu, sin ningún éxito, dada la protección estadounidense.

Limpieza étnica sin pausa

Mientras el Gabinete de Seguridad de Israel evalúa si da ese paso que de facto significará la desaparición de Gaza como territorio palestino, la ofensiva militar y la erradicación de los gazatíes continúan de forma inexorable. Este martes, el ejército ordenó de nuevo el desplazamiento forzoso de miles de personas en una zona de Ciudad de Gaza, la capital gazatí.

Los poco más de dos millones de palestinos que viven en la Franja se han visto obligados, en su mayor parte, a dejar sus lugares de residencia, ya fuera por la presión de los militares israelíes o simplemente porque esos hogares han dejado de existir.

Tras la nueva ofensiva militar lanzada en mayo, el ejército israelí controla cerca del 75% de Gaza, aunque sus operaciones bélicas han alcanzado la totalidad del territorio, sobre todo con sus bombardeos, tanto quirúrgicos como masivos.

En ese territorio dominado por Israel se concentra prácticamente la totalidad de la población palestina, especialmente en el norte y el sur de la Franja. La ocupación de toda Gaza implicaría el despliegue de decenas de miles de soldados israelíes adicionales por toda la extensión del territorio palestino, así como más procesos de desplazamiento de centenares de miles de personas de un extremo a otro de la Franja mientras se persigue a los milicianos de Hamás que puedan haber sobrevivido. En tales circunstancias, las esperanzas de hallar con vida a los restantes rehenes israelíes serían exiguas.

Sabiendo que Gaza ha estado de facto bajo control de Israel desde su ocupación en 1967 (todas sus fronteras y espacios aéreo y marítimo) y a pesar de la salida de las tropas y colonos israelíes en 2005, el mensaje de Netanyahu llamando a la conquista total de la Franja solo parece tener ese significado: la erradicación de todos los palestinos de ese territorio y su conversión en parte de Israel. Que la comunidad internacional asista muda al anuncio de semejante cambio de fronteras y soberanía no dice mucho sobre su coherencia moral. 

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