A partir de las declaraciones de Patricia Bullrich responsabilizando a las feministas por los femicidios
Escoria
La Ministra Patricia Bullrich cruzó el penúltimo peldaño de la escoria, siempre puede transitar uno más escatológico. Interpretando de modo integral a la cruzada neo fascista de la que forma parte, sin hesitar y sin trepidar, dijo finalmente lo que piensa desde su íntima concepción autoritaria: las feministas son responsables de los femicidios. Piensa exactamente igual que los aniquiladores de mujeres y los estupradores, igual que los que ciegan vidas por causa de su identidad sexo genérica, o violan o maltratan y humillan, toda vez que la supremacía masculina faculta la patrimonialidad sobre la corporalidad femenina. En todo caso, Ministra Bullrich, usted debería interpretarse a sí misma porque si algo la caracteriza, es regodearse con el poder patriarcal y poseer ensañamientos patriarcales, y su mímesis es con la arquitectura de la violencia.
¿Desde qué referencia ética puede admitirse que quien se subleva contra la injusticia que padece, quien se empina reclamando que cese el maltrato, solicita liberación y reclama derechos, es responsable de la retaliación extinguidora? ¿Desde qué encuadre desquiciado se puede justificar la muerte de quien pudo poner límites justamente a quien ha atentado contra su vida? Explique Patricia Bullrich cómo ha distorsionado las ecuaciones elementales de la vida, cómo se ha convertido en justificadora de la depredación y la muerte de las mujeres, que obviamente usted no llama femicidios atropellando el propio orden jurídico.
Ministra Bullrich no hesitamos, la hacemos responsable de la emulación del exterminio porque sus palabras son autorizantes, como lo es todo el lenguaje de odio y de anatema que desborda de la figura presidencial y de sus servidores misóginos, de los asesores “anti derechos” que se consagran al vituperio de los casi dos siglos liberadores recorridos por el feminismo. Tiempos crepusculares los que transitamos pero que inexorablemente tendrán un finiquito, y no sólo porque nos gusta recordar que “el mal también se cansa”, como sostuvo Hanna Arendt, sino porque cansaremos con toda nuestra resistencia a quienes se empeñan en obturar la verdadera libertad.
Este país ha recorrido un camino de crecientes derechos para las mujeres y las disidencias sexo genéricas, pero faltan muchos mojones para la conquista de la paridad, teniendo en cuenta sobre todo los retrocesos de este ciclo. Nuestro adversario es el patriarcado y sus protervas formas subordinantes, y como bien sabemos, su configuración no es solo masculina. Ministra, nada es más patético que el patriarcado cuando toma forma de cuerpo femenino, porque ostenta el perfil de la servidumbre voluntaria.
* Socióloga, historiadora, feminista.
Pagina 12
No hay comentarios:
Publicar un comentario