La suma de divisas fugadas ya supera el préstamo del FMI
Se fuga más de lo que se recibe
El factor desconfianza, tras el nuevo esquema cambiario a partir de abril, generó una salida masiva de capitales que no se detiene
La fuga de capitales en lo que va del año ya supera los 17.300 millones de dólares, una cifra incluso mayor que los desembolsos del FMI hacia la Argentina, según un estudio privado. El dato no pasará inadvertido para el Tesoro de Estados Unidos, que evalúa brindar asistencia financiera al país. Si esa ayuda se concreta antes de las elecciones del 26 de octubre, podría derivar en una nueva aceleración de la salida de divisas, financiada en los hechos por los contribuyentes norteamericanos. Un destino superfluo para dólares escasos, que tarde o temprano habrá que devolver.
En lenguaje técnico, la formación de activos externos (FAE) se refiere a la compra de activos en el exterior, o la compra de moneda extranjera por parte de residentes nacionales (empresas o personas físicas). Es decir que ocurre cuando individuos o firmas trasladan sus ahorros fuera del país o los convierten en divisas, disminuyendo la disponibilidad de dólares en la economía local.
En lenguaje coloquial y toda vez que los dólares salen del sistema financiero argentino, se lo conoce como “fuga de capitales” y comprende operaciones como la compra de bonos o acciones extranjeras, la constitución de cuentas bancarias en el exterior, la compra de dólares billete para atesoramiento (aunque no salgan físicamente del país son FAE), de oro o criptomonedas en plataformas extranjeras, etc. Es decir que involucra operaciones complejas pero otras no tanto, y de allí la importancia de las personas físicas en la FAE. Según las últimas estadísticas del Banco Central, cerca de 1,5 millones de individuos compraron dólar billete en agosto pasado, comprometiendo a las reservas internacionales del país.
Desde que el Gobierno eliminó el “cepo” para las operaciones cambiarias de individuos y empresas –exceptuando el giro de utilidades y dividendos al exterior-, la FAE fue aumentando mes a mes, acompañando a la volatilidad en los mercados financieros que también fue in crescendo. Por ejemplo, julio fue el mes con mayor registro de FAE en los primeros ocho del año: 5.432 millones de dólares “salieron del sistema” cuando el tipo de cambio saltó un 12 por ciento. Si se suma la FAE desde comienzos de año, se llega a la friolera de 17.386 millones de dólares, es decir una cifra que supera en 2.917 millones a los 14.469 millones de dólares que desembolsó en el país el FMI, según los cálculos realizados por el Instituto Argentina Grande (IAG).
La FAE reduce las reservas internacionales y limita la capacidad del Estado y del sistema financiero para sostener el crédito, las importaciones o la estabilidad cambiaria. En economías como la argentina —con fuerte restricción externa—, se asocia a las crisis de balanza de pagos y las devaluaciones que una y otra vez enfrentó el país. La acumulación de reservas es a su vez un objetivo en el vapuleado acuerdo con el FMI, si bien se esperan modificaciones después de octubre.
Es de esperar que la FAE haya aumentado en septiembre –luego del traspiés electoral del Gobierno en las elecciones bonaerenses- y continúe subiendo en octubre –pues se descuenta un salto cambiario después de las elecciones-, si bien es difícil de proyectar pues depende de decisiones de tipo resguardo o especulativas que se exacerban en contextos de incertidumbre. Así que todo indica que saldrán del sistema en el año más divisas que el préstamo del FMI. Un dato que no pasará inadvertido en la mesa de negociación con funcionarios del Tesoro norteamericano (en muchos casos la FAE es comandada por empresas o inversores norteamericanos que residen en el país).
Viajes al extranjero
Otro destino superfluo de las divisas de Argentina es el gasto en turismo internacional. Desde el IAG compararon el saldo acumulado por la balanza energética en los primeros ocho meses del año, que fue de 6.515 millones de dólares y quedó neutralizado por el déficit en turismo que ya supera los 7.100 millones. Este gasto absorve los dólares que tanto le cuesta conseguir al país y que además deben financiar también otros gastos más relevantes como el pago de importaciones productivas o el vecimiento de la deuda externa.
El turismo emisivo alcanzó niveles récord en 2025: por ejemplo en el bimestre enero-febrero viajaron al exterior 3,75 millones de argentinos, lo cual redundó en una tasa de aumento del 73,7 por ciento respecto de igual período en 2024. La razón detrás de este crecimiento es la apreciación sostenida del tipo de cambio que es el garante de la estabilidad de precios que defiende el Gobierno. Después de las elecciones del 26 de octubre podría cambiar este panorama.
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