El gobierno griego aprueba un duro plan de ajuste con el país paralizado
Publicado el 10 de Junio de 2011Las huelgas y protestas convocadas ayer en Grecia por los sindicatos prácticamente paralizaron al país. Sin embargo, no tuvieron el efecto deseado: el gabinete aprobó nuevas medidas de austeridad y un plan de privatizaciones por 50 mil millones de euros (73 mil millones de dólares) a fin de que el país pueda seguir recibiendo fondos de rescate de un paquete de ayuda internacional. Las manifestaciones se realizaron antes de que el Consejo de Ministros aprobara los recortes, que ya obtuvieron el visto bueno de la Unión Europea (UE) y del Fondo Monetario Internacional (FMI).
Para colmo, ayer se conocieron cifras oficiales que mostraron que la desocupación alcanzó un nuevo récord con 16,2% en marzo pasado, mientras que el Producto Bruto Interno fue corregido a la baja, con un alza del 0,2% en lugar de 0,8% en el primer trimestre, en relación a los últimos tres meses de 2010. Sobre una base anual, la economía sufrió una caída del 5,5%, superior a la estimación previa de 4,8%.
Los empleados de las empresas estatales, de los puertos y los bancos fueron llamados a una huelga de 24 horas y los empleados públicos y de los hospitales, del transporte urbano, a un paro de medio día. Según la policía de Atenas, unas 10 mil personas participaron en la manifestación conjunta, que los sindicatos calificaron de éxito, al igual que el resto de movilizaciones.
Los trenes suburbanos quedaron fuera de servicio durante todo el día y los hospitales públicos atienden sólo casos de emergencia. Los sindicatos convocaron a una huelga general de 24 horas para el 15 de junio, y otras dos para el 21 y el 28 del mismo mes. Precisamente, el 28 de junio, el Parlamento debe aprobar los recortes en una sesión decisiva. El gobierno socialista dispone de 156 bancas entre los 300 escaños del Parlamento.
En ese marco, el primer ministro, Georgios Papandreu, dijo que el país está en una “encrucijada definitiva” y que las semanas próximas serán críticas. El mandatario dijo ante el gabinete que Grecia debe mandar un mensaje de unidad.
Al borde de la insolvencia, Grecia precisa una liberación rápida de un tramo de 12 mil millones de euros del acuerdo por 110 mil millones alcanzado el año pasado con la UE y el FMI.
El Estado griego no pudo bajar el déficit fiscal más allá del 10% a pesar del ajuste que redujo salarios, pensiones y aumentó impuestos. Las nuevas medidas –reducciones presupuestarias y la venta de activos estatales en empresas y bienes raíces– son un requisito para que Grecia pueda recibir esa partida de dinero.
Así, actualmente el país vive una recesión y desocupación creciente en el marco de protestas sociales masivas contra el ajuste.No obstante, el gobierno griego acordó los últimos días un ajuste nuevo con la “troika” del FMI-UE-BCE (Banco Central Europeo) para ahorrar 6500 millones de euros y recibir una nueva ayuda financiera para afrontar los vencimientos de deuda de 2012.
El presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, dijo ayer que la institución apoya que los acreedores privados renueven de forma voluntaria sus bonos griegos una vez que hayan vencido, pero se opone a cualquier tipo de reestructuración de la deuda griega. Las agencias de calificación de riesgo Moody’s y Fitch consideran que la reestructuración de la deuda griega sería equivalente a un default.
“Sería un enorme error aprobar una decisión que pudiera desencadenar un impago de la deuda griega”, aseguró Trichet. Explicó que el BCE no lleva a cabo un diálogo con un gobierno concreto en relación a la propuesta de Alemania de prolongar el vencimiento de los bonos griegos durante siete años, para que los acreedores privados de la deuda griega también participen en el próximo paquete de rescate a Grecia. <
Efe/AP/dpa/Ansa
Para colmo, ayer se conocieron cifras oficiales que mostraron que la desocupación alcanzó un nuevo récord con 16,2% en marzo pasado, mientras que el Producto Bruto Interno fue corregido a la baja, con un alza del 0,2% en lugar de 0,8% en el primer trimestre, en relación a los últimos tres meses de 2010. Sobre una base anual, la economía sufrió una caída del 5,5%, superior a la estimación previa de 4,8%.
Los empleados de las empresas estatales, de los puertos y los bancos fueron llamados a una huelga de 24 horas y los empleados públicos y de los hospitales, del transporte urbano, a un paro de medio día. Según la policía de Atenas, unas 10 mil personas participaron en la manifestación conjunta, que los sindicatos calificaron de éxito, al igual que el resto de movilizaciones.
Los trenes suburbanos quedaron fuera de servicio durante todo el día y los hospitales públicos atienden sólo casos de emergencia. Los sindicatos convocaron a una huelga general de 24 horas para el 15 de junio, y otras dos para el 21 y el 28 del mismo mes. Precisamente, el 28 de junio, el Parlamento debe aprobar los recortes en una sesión decisiva. El gobierno socialista dispone de 156 bancas entre los 300 escaños del Parlamento.
En ese marco, el primer ministro, Georgios Papandreu, dijo que el país está en una “encrucijada definitiva” y que las semanas próximas serán críticas. El mandatario dijo ante el gabinete que Grecia debe mandar un mensaje de unidad.
Al borde de la insolvencia, Grecia precisa una liberación rápida de un tramo de 12 mil millones de euros del acuerdo por 110 mil millones alcanzado el año pasado con la UE y el FMI.
El Estado griego no pudo bajar el déficit fiscal más allá del 10% a pesar del ajuste que redujo salarios, pensiones y aumentó impuestos. Las nuevas medidas –reducciones presupuestarias y la venta de activos estatales en empresas y bienes raíces– son un requisito para que Grecia pueda recibir esa partida de dinero.
Así, actualmente el país vive una recesión y desocupación creciente en el marco de protestas sociales masivas contra el ajuste.No obstante, el gobierno griego acordó los últimos días un ajuste nuevo con la “troika” del FMI-UE-BCE (Banco Central Europeo) para ahorrar 6500 millones de euros y recibir una nueva ayuda financiera para afrontar los vencimientos de deuda de 2012.
El presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, dijo ayer que la institución apoya que los acreedores privados renueven de forma voluntaria sus bonos griegos una vez que hayan vencido, pero se opone a cualquier tipo de reestructuración de la deuda griega. Las agencias de calificación de riesgo Moody’s y Fitch consideran que la reestructuración de la deuda griega sería equivalente a un default.
“Sería un enorme error aprobar una decisión que pudiera desencadenar un impago de la deuda griega”, aseguró Trichet. Explicó que el BCE no lleva a cabo un diálogo con un gobierno concreto en relación a la propuesta de Alemania de prolongar el vencimiento de los bonos griegos durante siete años, para que los acreedores privados de la deuda griega también participen en el próximo paquete de rescate a Grecia. <
Efe/AP/dpa/Ansa
Tiempo argentino.
============================================
Todo aquel que ponga su firma debería ser juzgado por traición a la patria.
No hay comentarios:
Publicar un comentario