Kueider: El aliado clave para que permitió aprobar la Ley Bases ahora está hundiendo la imagen del gobierno libertario
La convocatoria a sesiones extraordinarias por parte del presidente Javier Milei llega envuelta en tensiones y desacuerdos. Mientras se intenta avanzar en reformas clave como la eliminación de las PASO, el gobierno enfrenta un escándalo mayúsculo por la detención del senador Edgardo Kueider, quien arrastra acusaciones de corrupción que ponen en riesgo la imagen de "la casta política" que Milei tanto ha criticado.
El Gobierno de Javier Milei encara una semana de sesiones extraordinarias plagada de conflictos. Entre la eliminación de las PASO, la reforma de fueros y el escándalo del senador Kueider, el oficialismo se enfrenta a desafíos internos y externos que pueden marcar el rumbo del año electoral.
En la Casa Rosada, la agenda de las sesiones extraordinarias ya está definida, pero el clima político que se avecina es de todo menos sereno. El gobierno de Javier Milei busca avanzar con proyectos clave en su propuesta de "revolución política", como la eliminación de las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) y la reforma de los fueros parlamentarios. Sin embargo, detrás de estos anuncios, se esconde una serie de tensiones internas y escándalos que amenazan con desbordar la estabilidad del Ejecutivo.
El Gobierno tiene prisa por llevar adelante su "reforma política" para modificar las reglas del juego electoral. En este sentido, la eliminación de las PASO, una medida que Milei ha defendido desde su campaña presidencial, ha generado un rechazo rotundo tanto en la oposición como dentro de la coalición oficialista. El proyecto busca desmantelar uno de los pilares del sistema electoral argentino, al que Milei considera obsoleto y costoso. La eliminación de las PASO no solo simplificaría el proceso electoral, según el oficialismo, sino que también tendría un impacto directo sobre los pequeños partidos, a los cuales se les acusa de ser “sellos de goma” utilizados para armar alianzas con fines electorales.
El PRO, la UCR y los bloques opositores han lanzado duras críticas a la propuesta, acusando al gobierno de querer manipular el sistema electoral en su beneficio. Los radicales, por ejemplo, han dejado claro que la medida no solo es antidemocrática, sino que también rompería con los acuerdos de partidos tradicionales. Además, el no envío del presupuesto 2025 al Congreso ya ha puesto en pie de guerra a gran parte de los gobernadores, quienes ven cómo el oficialismo estira la aprobación de esta ley clave para el funcionamiento de las provincias.
Otro de los proyectos que Milei impulsa con urgencia es la reforma de los fueros parlamentarios, cuyo objetivo sería expulsar a aquellos legisladores que enfrenten causas judiciales. Esta propuesta se presenta como un acto de justicia, en línea con la narrativa de Milei de combatir la corrupción y desterrar a los miembros de “la casta”. Sin embargo, la medida ha generado una controversia mayúscula: la expulsión del senador Edgardo Kueider, aliado de Milei y detenido en Paraguay con más de 200.000 dólares no declarados, ha dejado al gobierno en una encrucijada. La situación de Kueider, quien fue un actor clave para el oficialismo en la aprobación de la Ley Bases, ha complicado aún más la imagen de “lucha contra la corrupción” que el presidente intenta proyectar.
En un intento por apagar el incendio mediático que el caso Kueider ha desatado, los estrategas de la Casa Rosada han lanzado una ofensiva comunicacional. Se habla de “expulsar a todos los legisladores con causas judiciales”, pero esta declaración solo ha profundizado las contradicciones internas. Los opositores, especialmente desde el kirchnerismo, ven en este caso una oportunidad para golpear al oficialismo, exigiendo la expulsión de Kueider y recordando que este no es un caso aislado. Kueider, quien había votado a favor de proyectos clave del Gobierno, ahora es el epicentro de un escándalo que amenaza con desmoronar la imagen de la “nueva política” que Milei pregona.
Lo que está en juego no solo es la estabilidad interna del gobierno, sino también su imagen frente a la sociedad. La estrategia mediática de "desviar el foco" con propuestas de expulsar a todos los legisladores con causas judiciales, por ejemplo, no ha logrado calar hondo en la opinión pública. El caso Kueider sigue dominando la agenda, y con ello, la figura de Milei comienza a perder su halo de intachable reformador.
El propio Santiago Caputo, asesor estratégico de Milei, se encuentra en una crisis de imagen. Si bien ha intentado cambiar de tema y desviar la atención con anuncios sobre recortes de gastos y propuestas anti-corrupción, el hecho es que el escándalo Kueider ha sido el primer gran golpe a la narrativa de “cambio” que el gobierno había intentado construir desde el primer día.
Dentro del Congreso, las disputas sobre las bancas también se intensifican. La reforma electoral de Milei y el escándalo de los fueros se cruzan con los conflictos por las vacantes en el Senado. La vacante que dejó el senador radical Víctor Zimmerman, quien asumió como ministro de Producción en Chaco, ha abierto una nueva disputa por quién debe ocupar su lugar. Si bien la UCR busca que su reemplazo sea Dalila Nora, desde el PRO se insiste en que el puesto debe ser para otro candidato, lo que ha desatado una guerra interna sobre el reparto de poder dentro del Congreso.
Mientras tanto, la figura de Kueider se sigue utilizando como un caballo de batalla en el Senado. El kirchnerismo, con Cristina Kirchner a la cabeza, presiona para que el senador sea removido, no solo por las causas judiciales que enfrenta, sino también por la oportunidad de arrebatarle una banca clave al oficialismo. Las luchas por las bancas, en medio de los escándalos, han mostrado la verdadera naturaleza del Congreso: un campo de batallas no solo ideológicas, sino profundamente tácticas y de poder.
A medida que se acercan las elecciones de 2025, el clima político se va enrareciendo. Los anuncios de reformas, la presión sobre los legisladores y la inestabilidad generada por los escándalos podrían tener consecuencias más profundas de lo que el oficialismo imagina. La agenda del gobierno parece estar más centrada en resolver crisis internas que en avanzar con proyectos de largo plazo. La insistencia en medidas como la eliminación de las PASO o la reforma de los fueros no parece encontrar un terreno fértil en el Congreso, donde las tensiones entre oficialismo y oposición se agudizan.
Con la mirada puesta en 2025, el gobierno de Milei sigue dando pasos inciertos mientras el Congreso se prepara para una semana caliente. Los desafíos que enfrenta el oficialismo no solo son políticos, sino también estratégicos, y podrían ser determinantes para el futuro cercano de la Argentina.
EN ORSAI
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