22 de septiembre de 2025

Los fundamentos de la condena al falso abogado

"La relación de D'Alessio con Stornelli era un activo importante para la asociación criminal"

El fiscal fue el gran ausente en el juicio sobre la trama de extorsiones y espionaje. Sin embargo, hay más de 300 menciones a las andanzas compartidas en el fallo que se difundió la semana pasada.

Luciana Bertoia

Carlos Stornelli fue el gran ausente del juicio en el que se examinó la asociación ilícita que tenía como personaje central a su compinche Marcelo Sebastián D’Alessio. Sin embargo, el fiscal federal fue mencionado en más de 300 oportunidades en los fundamentos del fallo que difundió la semana pasada el Tribunal Oral Federal (TOF) 8, que condenó a D’Alessio a trece años y medio de prisión. Extorsiones a cambio de no involucrar a determinadas personas en la causa de los cuadernos –cuyo juicio está previsto que comience en noviembre próximo–, una “cama” al exmarido de la pareja del fiscal y una cámara oculta son algunos hechos que los vinculan en la sentencia. “El hecho de que D’Alessio conociera y entablara una relación con el fiscal federal –de la forma que lo hizo– dio a la asociación herramientas que le permitieron facilitar la puesta en marcha y/o concreción de muchos de sus planes delictivos”, señalaron los jueces Sabrina Namer, Gabriela López Iñíguez y Nicolás Toselli.

En febrero de 2019, estalló un verdadero escándalo cuando se supo que el juez federal Alejo Ramos Padilla investigaba desde Dolores una trama que mezclaba extorsiones y espionaje ilegal. La pesquisa se había originado el 28 de enero de ese año, cuando el productor agropecuario Pedro Etchebest se presentó a denunciar que D’Alessio y Stornelli le querían sacar 300.000 dólares para no involucrarlo en la causa de los cuadernos, que estaba en manos del fiscal y del juez Claudio Bonadio.

Ramos Padilla rápidamente puso el foco en Stornelli y lo llamó a indagatoria. El fiscal no acudió a la cita. Estuvo nueve meses en rebeldía. Al finalizar el gobierno de Mauricio Macri y ante la imposibilidad de la Procuración de seguir sosteniéndolo, se presentó y terminó procesado. En su auxilio salieron la Cámara Federal de Mar del Plata, que alivió varios de sus cargos, y más tarde lo hizo Comodoro Py, cuando el expediente pasó a los tribunales de Retiro.

Stornelli fue invocado una y otra vez en el juicio. Lo mencionaron los testigos, pero también lo hicieron el fiscal Marcelo Colombo y los integrantes del TOF 8. “La conducta desplegada por D’Alessio solo se explica en el marco del vínculo que mantenía con el fiscal. Desoír esta dimensión probatoria equivaldría a omitir arbitrariamente aquello que se ha ventilado en el juicio y que la acusación logró probar”, escribieron Namer, López Iñíguez y Toselli. “La relación de D’Alessio con Stornelli importaba un activo importante para la vida de la asociación criminal”, resaltaron.

No está claro cuándo se conocieron D’Alessio y Stornelli, pero sí que los presentó el periodista Daniel Santoro. El 5 de noviembre de 2018, D’Alessio se presentó a declarar en la fiscalía de Stornelli en la causa sobre Gas Natural Licuado (GNL) –un expediente clave que le permitió a la dupla Stornelli-Bonadio quedarse con la causa de los cuadernos.

Hay registros de mensajes de WhatsApp entre ambos entre el 23 de diciembre de 2018 y el 5 de febrero de 2019, un día antes de que el juez Ramos Padilla ordenara allanar a D’Alessio. Sin embargo, los contactos evidentemente continuaron. 

Se encontraron audios que D’Alessio le envió a su esposa el 11 de febrero de 2019 contándole cuál iba a ser la estrategia para neutralizar la investigación de Dolores. Por un lado, él pensaba presentarse a declarar ante el Ministerio de Justicia. Por otro lado, sabía que Stornelli iba a hacer una denuncia ante la Cámara Federal porteña diciendo que él invocaba su nombre. Con esa denuncia, D’Alessio estimaba que podría quedar detenido a disposición de Comodoro Py –lo que le parecía un mejor plan que ser investigado por Ramos Padilla en Dolores.

Los casos

El 28 de diciembre de 2018 fue un día movido para D’Alessio, aunque estaba de vacaciones en Tulum, México. El fiscal Stornelli le mandó un mensaje preguntándole si estaba disponible.

Stornelli estaba interesado, por entonces, en que D’Alessio lo ayudara a hacerle una cámara oculta a José Manuel Ubeira. Stornelli y Ubeira habían sido amigos por más de quince años. Se frecuentaban. Ubeira incluso lo había representado cuando Stornelli fue el jefe de seguridad de Boca Juniors. Pero la relación se quebró cuando asumió como defensor de Oscar Thomas, exdirector de Yacyretá, en la causa de los cuadernos.

Ese 28 de diciembre, D’Alessio retomó el contacto con un viejo conocido, Pedro Etchebest, con quien no mantenía vínculo desde 2015. Un contador los había presentado en 2012. En 2014, volvieron a encontrarse porque ambos tenían oficinas en el edificio Madero Business Center.

D’Alessio le pidió hablar. Le dijo que Juan Campillo, un exfuncionario que había estado al frente de la Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario (Oncca), lo había mencionado en la causa de los cuadernos. Para darle veracidad a sus dichos, le envió una captura de una conversación con Stornelli en la que D’Alessio decía: “Lo de Pedro, yo me encargo de avanzar con ese sujeto”.

Después de hacer unas consultas con abogados, Etchebest empezó a grabar sus llamadas con D’Alessio. El 6 de enero de 2019 se vieron en el Hotel Alvear Icon. En esa conversación, D’Alessio le dijo al productor agropecuario que era el director regional de la agencia antidrogas estadounidense, la DEA, y que también reportaba a la Agencia de Seguridad Nacional (NSA). D’Alessio invitó a Etchebest a ir a Pinamar para ver a Stornelli.
–¿Cuánto ofrezco el martes? –le preguntó el falso abogado.
–Vamos analizando todo en el camino –lo esquivó Etchebest.

El 8 de enero de 2019, viajaron a Pinamar. D’Alessio se vio con Stornelli en el balneario CR. Cuando volvían, D’Alessio le dijo a Etchebest: “Después me anota en un cuaderno: 300. En uno que tengo ahí. De puño y letra de él, eh. Ahora te lo muestro”. 

Cuando lo allanaron, apareció un cuaderno de cuero negro que tenía anotaciones vinculadas a Ubeira y el número 300 –que serían los miles de dólares que aparentemente pretendían que pagara el productor agropecuario para no ser involucrado en la causa de los cuadernos.

D’Alessio ya se había entrometido con anterioridad en ese expediente para intentar forzar a Pablo Barreiro, exsecretario de Cristina Fernández de Kirchner, para que contratara sus servicios profesionales. La metodología había sido similar: citación en un hotel, presiones en medios de comunicación y alarde de influencia sobre Stornelli y Bonadio.

El 8 de octubre de 2018, Pablo Barreiro se presentó en la fiscalía de Stornelli. Hay un acta que da cuenta de esa presentación, pero no contiene detalles. “Reconocida la discrepancia entre las partes acerca del alcance que corresponde atribuir a esa omisión, lo relevante es que la reunión efectivamente se llevó a cabo sin formalización alguna, circunstancia que evidencia la existencia de contactos por fuera de los cauces procesales ordinarios”, destacó el TOF 8. “En efecto, si Barreiro hubiese sido citado formalmente en calidad de imputado y recibido por el fiscal con las garantías de la ley, podría haber confiado en que su situación sería evaluada conforme a derecho”, añadió.

El 11 de enero de 2019, tres días después del encuentro en Pinamar, Stornelli contactó a D’Alessio para que le hiciera una serie de averiguaciones sobre Jorge Christian Castañón Destéfano, exesposo de Florencia Antonini, actual pareja del fiscal.

Stornelli y Castañón habían sido amigos. Se conocieron en 2003 porque eran vecinos. Castañón tenía un amigo que vivía en el mismo edificio que el fiscal. Incluso llegó a invitar a Stornelli a su casamiento con Antonini e iba a visitarlo cuando era el ministro de Seguridad de Daniel Scioli en la provincia de Buenos Aires.

D’Alessio consiguió datos de Castañón y se ofreció a hacerle una cama. Para el fiscal Colombo, fue un plan ilegal de recopilación de información. “Las averiguaciones encomendadas eran de interés personal de Stornelli y recaían sobre alguien con quien tenía un vínculo proveniente de su ámbito privado”, ponderaron los integrantes del TOF 8.

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