6 de diciembre de 2025

 

El Gobierno vuelve a colocar deuda en dólares en el mercado


Caputo jugando el juego que más le gusta

El ministro de Economía anunció la emisión de bonos en el mercado voluntario, la primera desde 2018, cuando también era ministro. Abre otro ciclo de endeudamiento.

Federico Kucher



El Gobierno anunció el retorno de la Argentina al mercado de deuda con una nueva colocación de bonos en dólares. Se trata de la primera desde 2018 y es el puntapié inicial para un nuevo ciclo de endeudamiento. El ministro de Economía, Luis Caputo, confirmó que la próxima semana se licitará un bono con vencimiento en 2029, bajo legislación argentina, y con un cupón del 6,5 por ciento anual. Los fondos de la operación se utilizarán para cubrir parte del vencimiento de deuda de enero, que supera los 4200 millones de dólares.

Caputo celebró el anuncio y remarcó que el objetivo central es permitir al Banco Central acumular divisas: “La idea es pagar los vencimientos de enero sin que bajen las reservas”. Aclaró que no se trata de “deuda nueva”, sino de refinanciar obligaciones existentes. También aseguró que este paso debería contribuir a bajar el riesgo país, al ofrecer un instrumento con características más convencionales que los bonos surgidos de la última reestructuración.

Desde el Palacio de Hacienda afirmaron que se trata de un paso más hacia la normalización financiera que atraviesa el país. Curiosamente, la última emisión de deuda en moneda extranjera realizada por Argentina había sido en 2018, bajo gestión del mismo funcionario que encabeza hoy la cartera económica. Pero esa estrategia de endeudamiento terminó en una fuerte crisis y con el default de los bonos.

Las estimaciones privadas ubican que la colocación estará entre 1.500 y 2.000 millones de dólares. Aunque el cupón es de 6,5 por ciento, en la práctica el rendimiento de mercado terminaría más elevado —fuentes del sector hablan de tasas cercanas al 9 por ciento o incluso superiores— dependiendo de la demanda final. Esa tasa será una referencia importante para emisiones futuras del sector público y privado.

Más allá de los detalles de la colocación, el gobierno da un paso más para volver a iniciar un nuevo ciclo de endeudamiento en moneda extranjera. Desde la consultora 1816 adelantaron que “el gobierno anunció este viernes que el fisco buscará dólares localmente, pero luce muy probable que también veamos alguna emisión de deuda internacional entre diciembre y enero (bajo la forma de bonos, en el mejor de los casos, o bajo la forma de un repo)“.

Entre analistas del mercado y los informes de las consultoras predominó una lectura positiva, pero sin señalar las consecuencias que generó el enduamiento en 2018, cuando se cerraron los mercados internacionales y la Argentina ingresó en una crisis financiera de proporciones impactantes.

El anuncio repercutió en los precios de los activos: el riesgo país cayó a la zona de los 627 puntos, aunque aún permanece por encima del piso de este año y muy lejos de lo que requeriría un retorno pleno a los mercados globales.

La emisión bajo ley local que anunció el equipo económico le permite no pasar por el Congreso, aunque implica mayores costos que una operación con legislación extranjera. Los inversores especulan que el Gobierno no habría convocado esta licitación de nueva deuda en dólares si no contara con acuerdos previos con los inversores potenciales.

En la city, de todas formas, remarcan que los inversores primero querrán ver los dólares ingrando efectivamente al país y reflejados en la mejora de las reservas.

En el Ministerio de Economía se esperanzan con la llegada de capitales y la caída del riesgo país. Con una tasa soberana más baja, se facilitarían también las emisiones de deuda en dólares corporativas o provinciales. En otras palabras, el inicio de otro ciclo acumulación de deudas y apreciación del tipo de cambio.

Esto último hace que la interpretación del regreso a los mercados, más allá del optimismo de consultores e inversores de la city, no sea unívoca. Mientras el Gobierno lo presenta como un paso imprescindible hacia la normalización de la economía, empiezan a marcarse riesgos de reinstalar una lógica de endeudamiento externo para financiar desequilibrios estructurales.

El modelo de apreciación cambiaria aparece nuevamente como eje de la estrategia oficial: sostener un dólar atrasado en términos reales para contener la inflación. Pero este esquema suele venir acompañado de un aumento en la salida de divisas por turismo emisivo, formación de activos externos e importaciones de bienes que compiten con la industria nacional.

Ese esquema ya mostró sus límites hace pocos años. Entre 2016 y 2018, el ingreso de capitales financieros terminó financiando una expansión de importaciones y fuga de divisas que finalizó con una fuerte crisis cambiaria y la pérdida de acceso al crédito en los mercados internacionales.

Todo esto implica que el anuncio de la colocación de deuda no termina de despejar las discusiones de fondo. ¿Puede la Argentina retomar un sendero de endeudamiento sin acompañarlo de una mejora en la capacidad de exportar?. ¿Cuál es el rol que tendrá la industria en un modelo orientado al ingreso de capitales?. ¿Cómo se evitará que la presión sobre el dólar no vuelva en la próxima contienda electoral?

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